El afamado grupo historicista que fundaran, a mediados de los ochenta, Giovanni Antonini (flauta y dirección) y Luca Pianca (laúd), fue otro de los triunfadores del Via Stellae 2008. Segunda visita consecutiva al Festival y segundo éxito rotundo, esperemos que la calurosa acogida contribuya a su fidelización..
En esta ocasión presentaron una muestra (nos. 1-2-3-5-6 y 12) de su reciente grabación del opus 6 de Georg Friedrich Haendel: Doce Concerti Grossi. Una nutrida representación de instrumentista en el ripieno concertaba con los solistas del concertino, separados y elevados, a cargo de los históricos primeros atriles del grupo: el violín con fazzoletto de Enrico Onofri, Marco Bianchi al 2º violín, Paolo Beschi al violonchelo, Luca Pianca al laúd y el arpa de Margret Köll. Todos conducidos, como es habitual, por la danzante dirección de Antonini.
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Quizás en esta actuación les encontré más contenidos y analíticos, menos pasionales que en otras interpretaciones. Puede ser por causas objetivas como la impronta de la grabación, el distinto enfoque para un registro sonoro de estas obras haendelianas. O subjetivas: más cansancio, peor estado anímico o mala colocación del cerumen auditivo del oyente que les escribe. En todo caso, una belleza sonora a la altura de unos pentagramas de amplia variedad estilística y debidos a la influencia de Arcangelo Corelli sobre el músico sajón.
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Il Giardino Armonico, agrupación de reconocido prestigio internacional es actualmente orquesta residente del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid, donde registraron los antedichos Concerti. Destacan por su acercamiento al XVII y XVIII de manera harto personal. Ya desde la portada de sus Cuatro Estaciones vivaldianas dejaron meridianamente clara su personalidad y provocación artística: refinado sonido en una tormenta perfecta, de enormes contrastes y furiosas dinámicas. Brillantes y entusiastas, frescos y transparentes, dramáticos y vibrantes, en la mejor tradición del artista italiano y tal cual debe entenderse el Barroco. Un deleite en la vitalidad efusiva con sabores de riesgo y experimentación sonora, y un grupo de artistas rompedores e inquietos. Véase algún ejemplo, cortesía de OedipusColoneus:Antonio Vivaldi - Concierto "La Notte" (RV 104) - Allegro



Acto II: Continúa la visión. Paul se imagina de noche en un solitario muelle frente a la casa de Marietta. Observa y confía a los confesores de acero ( las campanas de Brujas ) el sufrimiento intenso de su alma llena de miedo y culpabilidad. En la búsqueda del alma de su esposa difunta, se ha convertido en el esclavo del cuerpo de una viva. Reencuentra a su empleada Brigitta, ahora una novicia en un grupo de monjas, su vieja y fiel sirvienta le ha abandonado por haber roto su juramento de fidelidad a su mujer. De repente una extraña silueta se aproxima al lugar: es Frank que ha sucumbido también a los encantos de la seductora, y con el que rompe su amistad. Riendo y cantando se aproximan en barco los miembros de la troupe de Marietta. Paul se esconde y vigila. Alguien le hace la corte a Marietta que aparece del brazo del bailarín Gaston. Todos están felices, beben y cantan “ A bas Bruges “. Marietta les sugiere repetir al aire libre la escena de Helène de la obra que vienen de representar. Victorin, el escenógrafo, silba el motivo de la resurrección de Robert le diable. Desde la vecina Catedral llega el sonido de un órgano, y en el claustro, las monjas se asoman a las ventanas como testigos fantasmas y silenciosos. Nubes de tormenta surcan el cielo y las campanas suenan interminablemente. Parece que esta ciudad piadosa y muerta se manifiesta en un deseo de protesta. Cuando Marietta se dirige hacia Gaston interpretando un baile lleno de seducción, Paul se precipìta hacia ella; no ha podido soportar que Marietta convierta en ridícula la secuencia de la resurrección, una noción santa a sus ojos. Marietta despide a sus amigos y se queda a solas con Paul; éste la cubre de reproches, le revela los sentimientos que había tenido guardados y le dice que en ella sólo había amado el recuerdo de su mujer. Profundamente herida, Marietta decide luchar contra su difunta rival. Despliega todos sus poderes de seducción y atrae de nuevo hacia ella a Paul, quien incapaz de contenerse, se rinde. Le expresa el deseo de entrar en su morada pero Marietta se niega, prefiere ir a su casa, a la casa de Marie. Allí desea pasar la noche con él y borrar para siempre al fantasma.
Lucy Crowe, Celine Scheen, Julia Lehzneva, Blandine Staskiewicz, sopranos
