jueves, 28 de junio de 2012

Jean-Jacques ROUSSEAU


Tal día como hoy, hace exactamente trescientos años, nacía en Ginebra el influyente e ilustrado escritor y filósofo Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) 

El Siglo de las Luces nos alumbraba la Modernidad, social e individual; pero a día de hoy, mientras analizamos la grandeza del fracaso político de Rousseau al tiempo que su contribución a la liviana post-modernidad, no podemos evadirnos de la búsqueda, más necesaria que nunca, de un nuevo Contrato Social, superando la ingenua visión de la Bondad Humana. 

Entretenidos en un trabajo tan necesario, ingente y apasionante, convendría recordar la faceta musical del ginebrino. Le Devin du Village es una ópera en un acto estrenada en Fontainebleau en 1752 de la que Rousseau es autor de música y libreto. Un Intermezzo de sencilla belleza italianizante...
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Obertura
(vídeo ciudadanolibertino)

Aria de Colette “J’ai perdu tout mon bonheur”:

(vídeo RachelPortman)


sábado, 23 de junio de 2012

Americana


Se llamaba Greendale y fue editado en 2003, y aunque la gira de promoción del álbum en 2004 contaba con su participación, aquella fue la última colaboración del canadiense Neil Young con el grupo Crazy Horse (Ralph Molina, Frank "Poncho" Sampedro y Billy Talbot). La última hasta hace bien poco, claro, pues acaban de poner en el mercado parte de su reciente trabajo conjunto: Americana

Crazy Horse siempre ha sido la banda personal de Neil Young, tan cercana e intermitente como fue The Band para Dylan. Sus trayectorias se unen en los ya lejanos años sesenta, recién llegado a California el norteño Young, participando en el primer éxito discográfico de éste. A pesar de unirse al supergrupo Crosby, Stills & Nash, Neil Young mantuvo una constante actividad individual en la cual las colaboraciones con los Horse se sucedían de manera discontinua, haciendo cumbre en obras emblemáticas como el fantástico Tonight’s the Night (1975) o el esquizoide Rust Never Sleeps (1979). 

Por su parte la banda también desarrolló una carrera, mucho más débil, como formación estable, pese a la pérdida de su primer guitarrista, Danny Whitten, gran amigo de Young a quien la adicción y posterior muerte por sobredosis de heroína de su colega, le llevó a componer su desolador tema "The Needle and The Damage Done" (1972). 

Neil Young, un cantautor de fuertes raíces folk y blues, encontró en Crazy Horse todo un cóctel vitamínico energizante, llegando a rozar las fronteras del hard-rock. Un soporte, de sonido siempre áspero y desabrido, que le permitía explorar los límites de la emotividad de sus temas. Aunque abierto a la experimentación y a las nuevas tendencias, llegó a ser apelado el padrino del grunge por su acercamiento (incluso discográfico) e influencia en bandas señeras del movimiento como Pearl Jam o Nirvana, Young en todo momento ha regresado a sus orígenes, como se vuelve a demostrar con su última entrega. 

Americana reúne las raíces más profundas de su música, folk, country, blues, con la contundencia de los mejores Crazy Horse. Toda una jam-session de versiones tradicionales con sabor añejo de buen rock y mejor oficio. Podemos apreciarlo en la demoledora interpretación del tema tradicional Oh Susannah, en un vídeo tierno y duro, entrañable y brutal, del propio canal de Neil Young en Youtube:

   

Me alegra el regreso en plena forma del más genuino Neil Young (y Caballo Loco), un tipo legal y siempre comprometido.

viernes, 15 de junio de 2012

Der Lindenbaum (el Tilo)

pfp
Der Lindenbaum
FORMATO: LIBRO (24 páginas)
TÉCNICA: ACRÍLICO SOBRE PAPEL, 21X30cm
JUNIO 2011

¿Puede alguien no amar a un árbol? 
Carencia absoluta de sentimiento y anhedonia
Otra pregunta: ¿es posible dejar de sorprenderse ante un ejemplar? 
Respuesta aproximada: no, no resulta posible para una mente todavía viva. 

Un edificio orgánico de tal magnitud y misterio, un monumento escultórico renovador y eficiente, un despliegue arquitectónico clásico y moderno, no puede dejarnos indiferentes; cualquiera que sea su especie o cultivar, porte o hábito, siempre es una fiesta. 

Y no es tan solo, que no es poco, por su estructura física. Una columna cuyo basamento se hunde en la tierra que lo engendró, buscando sustento en su doble acepción; cuyo fuste expansivo se adorna de la personal piel del entorno y de la edad; y cuyo capitel, amplio, variado, voluble, embellece y acoge, respira y refresca, abraza y apela (en la llamada de tus ramas, me sereno), y en muchos casos nos guía en el cambio estacional. 

El asombro también es deudor de su labor emocional, de su función de acogimiento, de su poder de protección; bajo él nos sentimos amparados, de la lluvia y del sol, de la desolación y el desaliento... 

Así lo ha visto y sentido, personificado en la majestuosidad del Tilo, el poeta Wilhelm Müller (1794-1827) y así lo ha musicado, con la exactitud de la poesía, Franz Schubert en el quinto y popular lied de su último ciclo Die Winterreise D 911 (Viaje de Invierno): Der Lindenbaum ¡cuán hermoso y musical resulta su título en el idioma de Goethe! 

Este lied se convierte en el más acogedor y confortador de todo el trágico y pesimista ciclo invernal. El viajero tiene un confidente, un acompañante en modo mayor, un refugio en tresillos... ¡No perdamos la capacidad de admiración! aún en medio del crudo invierno. 

En torno a la fuente, cerca del portón, 
Está un árbol de Tilo 
Yo he soñado bajo su sombra, 
Tan dulces sueños. 

Y he tallado en su corteza 
Muchas palabras amorosas; 
Siempre me siento atraído hacia él, 
Sea que esté alegre, o triste. 

Hoy debí pasar cerca suyo 
Cuando moría la noche, 
Y aún en la oscuridad, 
Debí cerrar mis ojos. 

Y sus ramas susurraron 
Como si me estuvieran llamando 
"Ven hacia mí, querido amigo, 
Aquí encontrarás tu paz!" 

Un viento frío sopló 
Directamente sobre mi rostro; 
Mi sombrero voló de mi cabeza, 
Y no regresó. 

Ahora, me encuentro muchas horas 
Distante de aquél lugar; 
Pero aún escucho el murmullo: 
"Aquí encontrarás la paz!" 

Retoña de nuevo en la inmortal voz de Dietrich Fisher-Dieskau, un hito de la tesitura baritonal recientemente desaparecido ¡a su mayor gloria, Maestro!, y en las manos de Alfred Brendel:

   
(vídeo mychinamusic) 

Agradecimientos: a todos los artistas colaboradores, Müller, Schubert, Fischer-Dieskau, Brendel, pfp, y a todos los árboles del mundo...

sábado, 9 de junio de 2012

El piano transparente de Mozart: Sonatas (4)


Estamos ya en Viena, hacia 1783, con el tercer grupo de Sonatas para piano KV 330-333. Un período de febril actividad por parte de Mozart; posiblemente el más ocupado de toda su vida. Resulta evidente que tanto para su labor concertística como docente necesitaba mucha y nueva música. 

La más popular ( merced a su Rondó que no lo es ) posiblemente sea la Sonata en La mayor KV 331. Una pieza sin pretensiones pero muy peculiar. En primer lugar por su forma; no es habitual un primer movimiento escrito en forma de Tema y Seis Variaciones, de color folclórico. Y especialmente atractivo es su movimiento final (Rondó) Alla Turca: una preciosa turquesca que nos remite de inmediato a su estrictamente contemporáneo y delicioso singspiel Die Entführung aus dem Serail KV 384. Ya saben, una moda de entonces... una pieza de siempre, sencilla y luminosa, donde fluye sin obstáculos toda la gracia y la elegancia del espíritu mozartiano ¿qué aficionado al piano no ha puesto su vista y sus dedos sobre ella?

   
(vídeo PianistThatPractice)
Mitsuko Uchida, piano

viernes, 1 de junio de 2012

Y triunfaron los Colonna...

Entonces quise ver 
a mi excelsa novia, 
coronada como reina del mundo... 
Pues, sabes que 
¡mi novia se llama Roma! 

Sabemos desde muy pequeños que el futuro no está escrito (¿o sí?) pero que, siendo inasible, tiene una gobernanza (¡tan de moda!) que responde al nombre de destino (¡también conocido como dios de los mercados!). Pues el tal gobernador, siempre eficiente (¡no como MAFO!) con un sencillo quiebro, me llevó, tras una ausencia tan llorada como prolongada, hasta el Teatro Real de Mortier (¡qué bien suena!) para presenciar una ópera en concierto (sic) de Richard Wagner, repudiada por el propio compositor ¡!!! (sic, sic, sic) ... Por cierto, el regio teatro, además de subir precios ha dejado los programas de mano a la altura del bono-basura

RIENZI era el último tribuno (de Roma) y así se llama la obra de don Ricardo, que cuenta con un libreto suyo basado en una novela de Edward Bulwer-Lytton, el inventor de la novela histórica, el hombre de la chica inapropiada. Un texto un tanto farragoso pero evolutivo; imposible como el de todas las óperas. 

La partitura carece de estilo definido; huele a todo ¡incluso a Wagner! Se mueve entre la ampulosidad de la Grand Opera y el Verdi más popular, mientras apabulla con más heroísmo que tragedia con el omnipresente Coro que ejerce de narrador y actor, en actitud esquizoide. Si le añaden una orquesta casi siempre en tutti, casi siempre en ff, el efecto es demoledor: uno se siente de túnica vestido, laureada la cabeza y salvador de doncellas y capitales de la civilización... 

Entre tanta efe y palabrería, más de vez en vez que de cuando en cuando, asoma el wagner del porvenir... En ciertos pasajes de la Obertura, y especialmente en la Plegaria de Rienzi del Acto Quinto, aparece ese lirismo místico, que como una espina dorsal, recorre todo el organismo wagneriano desde Lohengrin hasta Parsifal. Escuchen atentamente si no (¡es Windgassen!):

   
(vídeo OperaDepot) 

Modo Crítico (conciso): función del 24 de mayo de 2012, triunfaron los Colonna... 
Claudia Mahnke: un Adriano Colonna vigoroso e íntimo a la vez, flexible y hermoso. 
Stephen Milling: Steffano Colonna de bella profundidad maligna y untuosa. 
Andreas Schager: Rienzi de noble timbre, irregular en fiato y metal pero compasivo y creíble en su plegaria, de mejorable fraseo. 
Anja Kampe: difícil cometido con el papel siempre crispado e inclemente de Irene, pero salió airosa, que no brillante. 
Grandes primarios para unos co-primarios mucho más pedestres, entre los cuales cabe destacar la siempre solvente Marta Mathéu como Mensajero de la Paz (¡adelante, chica!). 
Coro Intermezzo, coro titular del TR reforzado para la ocasión por el Philharmonia Chor de Viena: espectaculares, impactantes, imprescindibles... 
La Orquesta titular, Sinfónica de Madrid, ofreció un sonido muy por encima de mis recuerdos, con unos metales en un estado de forma como nunca había escuchado; fue conducida con decisión y empuje por Alejo Pérez, escaso en paleta de matices, si bien es cierto que la partitura no concede tregua. 

Vale, de acuerdo, no hubo la magia de la Traviata de Lisboa, ni el vértigo de la Prima de Riesgo (¡país!), pero ¿¡y lo que he disfrutado!?