domingo, 26 de julio de 2015

Luto


tal vez no hayas sido
la mejor del mundo,
¡es imposible!
pero a mí me has querido
más allá de lo que exigen 
las leyes...

a mi suegra (1927-2015)
RIP

Gracias. Seguro que te hubiese gustado:


(vídeo Barbebleuei)

Elisabeth Schwarzkopf
Philarmonia Ochestra & Chorus
Otto Klemperer


El quinto movimiento "Ihr Habt Nun Traurigkeit" de Ein deutsches Requiem, Un Requiem Alemán, de J. Brahms, habla de dos pilares de la fe cristiana: la Resurrección y el Consuelo. Musicalmente introduce a la soprano solista quien, con el Coro, aporta la Paz mayestática, aquella que reconocemos, y agradecemos, desde el gran Bach.

domingo, 19 de julio de 2015

El Verano y la Alondra


Según un proverbio finlandés “el verano comienza un mes después de que la alondra llega”. Todo un símbolo de esperanza que se hace poema en la obra “A una Alondra” de George Meredith (1828-1909):

Alondra,  veo tu alegría y quiero evocarte!
Tus alas te llevarán al seno de la aurora.  

Solamente puedo verte, pero al descubrir tu canto
es como si el cielo me hablase.

(…)
Así eran los días  cuando era niño;
dulces, mientras yo vivía en ellos;

queridos, ahora que se han ido.
A pesar de todo,
al ver tu vuelo,
sigo creyendo que el cielo me habla.


Un poema que sirvió de inspiración al prolífico compositor inglés Ralph Vaughan Wiliams (1872-1958) para escribir “The Lark Ascending” (El vuelo de la Alondra) una lírica romanza para violín y orquesta, donde un lírico sabor popular alcanza cotas de gran misticismo:


(vídeo Basicallybenign)

Metidos en nuestro propio y tórrido verano del sur, este humilde pájaro también ha dejado hermosas y populares letras en la voz del siempre llorado Federico:

Y, aunque no me quisieras te querría,
por tu mirar sombrío,
como quiere la alondra al nuevo día
solo por el rocío

(Madrigal de verano)
FG Lorca


domingo, 12 de julio de 2015

Suite sobre Versos de Miguel Ángel


El destino me ha enviado al sueño eterno
Pero no estoy muerto. Aunque enterrado en vida.
Vivo en vosotros, cuyas lamentaciones escucho.
(…)
Vivo en los corazones
de la gente que me quiere. Porque no soy polvo
y el quebranto mortal ya no me puede tocar.

Pocos, muy pocos artistas, han pasado a la inmortalidad con su nombre de pila; posiblemente solo los muy grandes: Miguel Ángel, el genial pintor, escultor y arquitecto renacentista; Rafael, el pintor de Urbino; tal vez Juan Sebastián, el kantor de Leipzig…

Michelangelo Buonarroti (1475-1564) nos legó también, por si fuese poca su obra plástica, más de trescientas composiciones poéticas, especialmente sonetos y madrigales, donde, llevado por su necesidad estética, vuelca sus más íntimas inquietudes sentimentales. La Poesía como vehículo de la gran Belleza.

Y la Música siempre a su lado:  en los últimos años de su vida (1974-75) D. Shostakovich tomó una traducción al ruso de once poemas de Miguel Ángel para componer un ciclo de canciones llamado Suite sobre Versos de Miguel Ángel para bajo y piano (op. 145). Meses después transcribiría la obra para bajo y orquesta con el número de opus 145a.

Este ciclo sinfónico, según reconoció a su hijo Maxim, sería para él una última e innumerada Sinfonía, la Décimosexta. En ella rinde tributo a dos de sus más venerados compositores: M. Mussorgsky, y su maestría en el tratamiento de la voz de bajo, tan unida a la música rusa del XIX. Y por otro a G. Mahler, especialmente a su también no reconocida última Sinfonía, Das Lied von der Erde (La Canción de la Tierra), obra sublime para Shostakovich: “si me dijeran que me queda sólo una hora de vida, me gustaría escuchar el último movimiento de Das Lied von der Erde”

Los once poemas seleccionados guardan relación con la vida y obra del compositor de San Petersburgo, y conforman un dramático ciclo que se cierra en la Inmortalidad, que Shostakovich retrotrae a su propia infancia.

Escuchemos tres poemas de la Suite en la histórica versión del gran bajo Y. Nesterenko acompañado por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Moscú, dirigida por Maxim Shostakovich:

3. Amor:


7. Al Exilio:


9. Noche:



(vídeos Barbebleuei)

domingo, 5 de julio de 2015

La Flauta de Josep Pons


Había decidido titular esta crónica “Una Flauta sin Magia” pero he pensado que la Música de WA Mozart jamás está desprovista de un cierto halo de prodigio, por muy modesta que sea su interpretación. Por cierto, una cualidad al alcance de muy pocos.

Cerrando la Temporada Lírica de A Coruña 2014-2015 se retomó una coproducción del Festival Mozart con el Liceu barcelonés, con dirección escénica de Joan Font (Els Comediants) ya vista en esta capital, y que funciona extraordinariamente bien en la simbólica ópera del compositor de Salzburgo. Sencillo y elegante, funcional y acogedor, dicho montaje añade además un cierto grado de esoterismo y fabulación muy atractivo para el público, manteniéndose siempre en una visión muy clásica del extraño cuento de Schikaneder.

El punto flojo, y no es poco, ha estado en el aspecto vocal, muy justo y apurado en su conjunto. Al aprobado, e incluso algo más, llegaron las principales voces masculinas: el edulcorado Tamino de Pancho Corujo, y el muy histriónico y sobreactuado Papageno de Borja Quiza (el más aplaudido). Suspenso sin remedio para el Sarastro insuficiente de David Sánchez, quien sin el empaque obligado de tan noble personaje, desaparecía literalmente cuando trataba de bajar a las profundidades de su rol. La Pamina de Mariola Cantarero comenzó muy insegura, para acercarse al suficiente en el segundo acto, por delicada línea de canto y lirismo, aunque fuera de estilo en todo momento, acercándose más a una reina donizettiana que a una princesa del clasicismo vienés. La Reina de la Noche, una estrella en toda Flauta, sustituída a última hora María José Moreno por Helena Orcoyen pecó de lo que tantas Reinas: no es un personaje para una ligera, sino que precisa una vocalidad, como mínimo, de soprano spinto; su primer aria fue un desastre, casi inaudible, y en su segunda, supo al menos dar todas las notas con agilidad. El resto de coprimarios, Papagena, Monostatos, Sacerdote, Hombres Armados, Niños, Coro, correctos, con ganas pero sin magia.

El salvador de la representación ha sido, en mi opinión, el enorme oficio y calidad musical del director Josep Pons al frente de la siempre excelente Sinfónica de Galicia, quien tras dibujar, desde la Obertura, un Mozart cristalino, de diáfanas texturas, y encanto ingenuo, supo echar más de un capote a los cantantes, adecuando los reguladores a las deficiencias vocales y acomodando tanto la orquesta a sus intérpretes que con Sarastro llegó casi a apagar los atriles para que la voz del bajo pudiese escucharse al menos en primera fila. Muchos cantantes todavía le estarán dando las gracias...

Una Flauta de oficio, pues, para una Música que no se puede apagar ni con deficiencias, ni queriendo, ni soplando. Pero si solo se conforman con lo mejor:

(vídeo incontrario motu)

Esperamos mucho más de la Temporada 2015-2016 que ya se ha presentado y que nos propone una Salomé con L. Lindstrom, A. Dohmen y C. Merrit; un Holandés wagneriano con G. Grimsley y E. Metlova; un Trovatore con G. Kundy y A. Arteta; la Partenope de Händel con P. Jaroussky; una Suor Angelica pucciniana con E. Podles y B. Frittoli e incluso, deogratias, un Castillo de Barbazul....