Poco valorada y prácticamente ausente de las programaciones musicales, la Segunda Sinfonía en si bemol mayor op.52 de F. Mendelssohn (1809-1847) fue estrenada en Leipzig en 1840, con el sobrenombre de "Himno de Alabanza", para la conmemoración del cuarto centenario de la invención de la imprenta de Gutenberg.
Se trata de una sinfonía-cantata, o sinfonía coral, en la que la participación de la voz cobra relevancia en los últimos movimientos de la obra. Siempre se ha reseñado la gran influencia del Beethoven coral, especialmente su Novena Sinfonía, pero también merece la pena volver a destacar la huella que el redescubrimiento del gran Bach (Johann Sebastian) dejó en el genial y joven compositor de Hamburgo. Dos de las tres grandes "Bes" de la música alemana.
A pesar de sus innegables lagunas compositivas, por las que fue tachada incluso de aburrida, algunos de sus temas han podido trascender al tiempo y a la bruma, como este Allegretto un poco agitato:
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