domingo, 29 de diciembre de 2013

Revolucionaria y Romántica

(activista de Femen detenida)

Todo movimiento revolucionario es romántico, por definición
-Antonio Gramsci 

En busca de un menú musical para la celebración del Nuevo Año en el Castillo, convocando a un mejor período que el que ahora agoniza, decidí, en un alarde de comodidad, echar mano de lo más cercano: lo último que está caldeando mi equipo de sonido. 

Al simultanear músicas diversas comme d’habitude, he tenido que elegir entre Beethoven y Led Zeppelin, que compartían alternativamente la bandeja del lector de cedés y que curiosamente maridan a la perfección, a decir de un chef. Para tan egregia celebración finalmente he elegido la revolución del sordo en detrimento del ímpetu eléctrico.

El Opus de las Sonatas para piano (32) de Lv Beethoven supone una revolución en la composición pianística que marcaría todo el siglo XIX. Partiendo de unas primeras partituras clasicistas, a la manera de Haydn y Mozart, en su período intermedio y final, desarrolla un mundo sonoro lleno de novedosas sonoridades, audaces efectos y atrevimientos sensoriales: una revolución romántica que, en una forma casi sinfónica, llevan a una cima extrahumana, como bien se ha señalado.

Un sendero primoroso que va desde la trágica elegancia de la Patética op13, la amorosa dulzura de la Claro de Luna op27 n.2, el fulgor de la Walstein op53, el ímpetu de la Appasionata op57, hasta las dos postreras cimas op110 y op111 adornadas de contrapunto, pasando por la descomunal Hammerklavier op106, mi elección para hoy.

Sonata para piano n.29 en Si bemol mayor opus 106 Hammerklavier: partitura de su último período, Beethoven traspasa aquí todos los límites formales conocidos, dotando de un contenido orquestal al teclado y manejando con soltura, atrevimiento y progreso las posibilidades sonoras de la nueva generación de pianos.

El Adagio sostenuto. Appassionato e con molto sentimento  (casi nada para un metronómico como Ludwig van) es un canto a la Melancolía, ilustre compañera de la Belleza (Baudelaire) y el más sublime monólogo de nuestro compositor. 

Tan excelso movimiento lo escuchamos en la siempre transparente y diáfana interpretación del gran pianista beethoveniano Wilhelm Kempff, quien cuenta, en primera persona, que durante la última visita que realizó a un moribundo Sibelius, éste le pidió que interpretase esta pieza, y tras la atenta escucha, le comentó que “no había tocado como un pianista, había tocado como un ser humano…”


                   (vídeos Barbebleue.i)

Beethoven, Revolucionario y Romántico… algo de que lo andamos bien escasos en estos tiempos.


                          ¡Feliz Nuevo Año!

domingo, 22 de diciembre de 2013

Hindemith: "Sancta Susanna"


Tras "Mörder,  Hoffnung der Frauen" y "Das Nusch-Nuschi"  completamos el tríptico expresionista de Paul Hindemith con la ópera "Sancta Susanna", que fue estrenada en 1922, con libreto, repleto de elipsis y frases incompletas, de August Stramm. Una corta ópera, casi de cámara, con apenas tres voces solistas: soprano, mezzo y contralto.

Sancta Susanna reflexiona sobre la sexualidad femenina dentro del celibato  de una orden religiosa cristiana, recalando en el concepto de pecado,  culpa y  atracción por la penitencia. Cuerpo y mente en conflicto, en una dualidad exacerbada que lleva a la psicosis, narrada a través de un crescendo musical  que, bordeando la tonalidad, eleva la sensación de provocación, llegando hasta el shock puramente expresionista.

Comienza la obra con el inicio del desvarío de la hermana Susanna, delante del altar del convento, de noche. Sor Klementia la interpela mientras observa su aspecto enfermizo. Susanna va pasando sucesivamente desde una inmersión en visiones religiosas, a través del sonido del órgano y las campanas del reloj de la torre,  hasta los sensuales gemidos de la sirvienta con su novio en el jardín. Mientras inicia las visiones eróticas, Klementia relata la historia de Sor Beata, quien tras un trance de masturbación con la cruz del altar fue emparedada tras él. Susanna, incapaz de contenerse, despojándose de sus hábitos, retira el paño del crucificado demandando un castigo similar ante la congregación de monjas que la van rodeando, a los gritos de ¡Satanás!.

Escuchemos el fragmento final, desde el clímax sexual hasta el desenlace final:


(vídeo Barbebleue.i)

Helen Donath
Berlin Radio Symphony Orchestra
Gerd Albrecht

El tema de la emancipación sexual de una monja ha atraído desde su estreno una violenta reacción contra esta ópera por parte de la Iglesia. Con ocasión de una producción en Roma en 1977, Sancta Susanna fue objeto de una fuerte controversia, acompañada por vigilias de protesta e investigaciones parlamentarias… (Dizionario dell’Opera)


domingo, 15 de diciembre de 2013

Soñado en Otoño

(acuarela: Félix  Mendelssohn Bartholdy)

Dadme una pluma de oro, y dejadme recostado
entre las flores mullidas en claras regiones, lejos;
traedme un cuaderno más blanco que una estrella,
que la mano de un ángel entrevista entre himnos,
tras las cuerdas plateadas de un arpa celestial:
que lleguen aquí en desfile muchas carrozas perladas,
rosadas túnicas, ondosas cabelleras, vasos diamantinos,
y alas apenas abiertas, y miradas penetrantes.
Mientras, que la música se extravíe en mis oídos,
y cuando se alce cada deliciosa cadencia,
quisiera escribir un verso de tonos gloriosos,
que rebose con las maravillas de las esferas
¡Por alcanzar tan alta cimas mi espíritu ansía!
No halla contento tan temprano en quedar solo.

John Keats (1795-1821)

Una de las obras más programadas y populares de toda la literatura concertística es el Concierto para violín y orquesta Nº2 en mi menor opus 64 de F. Mendelssohn. Una brillante gema donde resplandece el primer romanticismo sobre bases clásicas, porque así es, y no es poco, la música del compositor de Hamburgo.: la gracia aérea y el refinamiento lírico sobre sólidos pilares tradicionales. 

Una partitura de exquisita frescura y rotunda sobriedad ¡perdida con los siglos! que fue escrita en tres movimientos a lo largo de seis años. Fue estrenado en 1845 por su buen amigo el violinista Ferdinand David, y dos años después en Leipzig por el célebre Josef Joaquim

El segundo movimiento, un Andante tripartito de reposadas secciones extremas, nos transporta al otoño en su atardecer soñador y en el delicado vuelo de las cuatro cuerdas jugando con molicie sobre la textura orquestal; aquí con Itzhak Perlman:


(video Nodame2006)

¡Por alcanzar tan altas cimas mi espíritu ansía!
¡Dadme una pluma!

domingo, 8 de diciembre de 2013

Jelly 292


Aunque se suele dar por sentado, conviene recordar, también para aquellos que albergan dudas o desconocimientos, que Jimi Hendrix ha sido, y todavía es, el mejor guitarrista eléctrico que ha habitado, poco tiempo, entre nosotros; ¿y por qué?

Siendo básicamente un bluesman, parodiando el estudio de la voz humana, podríamos aseverar que a su asombrosa tesitura de escalas de blues añade unas cualidades tímbricas fabulosas: desde un volumen de espesor polifónico a un color oscuro matizado por una limpieza cristalina en la ejecución; desde un brillo nacarado a una coloratura (agilidad) demencialmente fascinante; desde un vibrato de sonoridades innovadoras, hijo de una época psicodélica, hasta una capacidad improvistoria descomunal. 

Toda una inmensa técnica que hacía arder en el altar del más profundo sentimiento, convertido en fuego-pasión, extraído de tres pares de cuerdas de su Fender Stratocaster

Así el zurdo de Seattle reúne un conjunto de características extraordinarias que podemos degustar en un tema como el instrumental Jelly 292. Uno de sus registros más memorable y paradigmático:


(vídeoaskjdhagyouqgw askjdhagyouqgw)


sábado, 30 de noviembre de 2013

7. CANTO DE LA NOCHE, en mi menor


La nocturna Séptima Sinfonía de Gustav Mahler, una de las menos reconocidas de su autor, en su abandono del Romanticismo del XIX y su apertura a los nuevas tendencias expresivas del siglo entrante (menos amables), encierra sin embargo en su estructura cíclica todo el Universo musical mahleriano: desde el sosiego y la ternura sublimes hasta los más grotescos, vulgares e inquietantes parajes del alma; un repaso, marchoso, por los diferentes estados del ánimo.

Fue compuesta entre 1904 y 1905, y estrenada por el propio compositor en Praga en 1908, con muy poco éxito, todo hay que decirlo.

Escrita en cinco movimientos, ostensiblemente cíclicos; el Primero, sombrío pero con todo tipo de algarabías rítmicas de amplio desarrollo, y el Finale triunfal rozando la atonalidad; ambos muy densos y expansivos. En medio, como un corazón indiviso, dos Músicas Nocturnas que engloban un Scherzo agitado; la primera, que nace de la visión de La Ronda de Noche de Rembrandt (ver arriba), oscurece y subtitula toda la obra.

La Nachtmusik II (Andante amoroso) es el momento más sereno, también el más triste, y un punto sarcástico. Anclado en un romanticismo obsoleto, mantiene un halo de sosiego en cuerdas y maderas que fluye con su propio lirismo relajado y evanescente; guitarra, arpa y mandolina contribuyen a suavizar las heridas de todo el conjunto Visiones poéticas, según Alma...


Chicago Symphony Orchestra
Pierre Boulez
(vídeo Barbebleue.i)

domingo, 24 de noviembre de 2013

En Mar, Abierto_VII

     
nebulosa hormiga

VII.    Evasión

La angustia se exacerba ante la inminencia; de ella se alimentan las últimas horas.

Era preciso que ningún elemento torciese el rumbo; apropiada derrota sin deriva.

En el sopor postprandial, arribó en color verde el salvoconducto; por escrito y sin dobleces, como le gusta. Había transcurrido una Era.

Abandonado el uniforme marchó con paso firme, no sin mirar atrás, al fondo de aquel pasillo donde quedaba una parte de su vida y de su aire...

La gloria corresponde a JSBach: Cantata bwv 95 (XVI domingo tras la Trinidad)


Aria de tenor y coral final
Makoto Sakurada, tenor
Bach Collegium Japan
Masaaki Suzuki

domingo, 17 de noviembre de 2013

En Mar, Abierto_VI

nebulosa orión
      VI.     El Drenaje

Aunque existan dudas, el tiempo todo lo alcanza.

En la mañana del sexto día, no sin vacilaciones, le dejaron sin su extensión; podría asegurar que incluso a los parásitos se les toma cariño, son nuestros.

Ahora el alivio henchía sus velas; a todo pulmón sentía recomponerse por dentro,  encajarse de nuevo. Una plenitud vital se expandía entre su íntima esencia…

Navegaba una espera, tranquila, animada; un último retrato para la libertad. Cruzaba los dedos.

Soplaban buenos vientos… con Benny Goodman y su Big Band: Sing Sing Sing (with a Swing)

     (vídeo Barbebleuei)

domingo, 10 de noviembre de 2013

En Mar, Abierto_V

     
nebulosa reloj de arena


V. Il Sorpasso

Las noches son olores y sudores, de plástico plisado; infinidad de flashes de luz en el entreabrir de las puertas. El tiempo galopa más veloz.

La quiebra psicológica se acrecienta al asumir el aplazamiento; los compañeros se van renovando, él permanece. Todos le adelantan en el escalafón de salida.

En plena siesta una novedad, todo un placer. Viaje sobre ruedas a las profundidades, aguardan los grandes equipamientos. Precisan retratos sin cara, blanco y negro, frente y perfil, sin barras de altura…

Todo va bien, lento y seguro.

Se iba otro día, y se levantaba un alivio… Mozart respiraba (por la herida):


Orquesta Filarmónica de Viena
Erich Kleiber
(vídeo Barbebleuei)

domingo, 3 de noviembre de 2013

En Mar, Abierto_IV

      
nebulosa medusa
     
    IV.   FA

Resuelta otra noche y sus posturas, los restos de esperanza salen por el drenaje.

El sufrimiento se expande y las constantes se alteran; aguardan más cables. Se ha perdido el ritmo; la anarquía auricular amenaza con expediciones. La atonalidad no supone una opción.

La preocupación toma el relevo al desánimo; al menos es más vital. Suspende la cuenta atrás, al tiempo que asume la cruz de las vías, en brazos abiertos. Cerrando los ojos, en cómica mueca, cavila ¿saldré purificado?

Antes de caer el sol retoma el ritmo; es algo asintomático que se percibe con el alma. Todo se vuelve más cómodo y más antiguo...

Una consagración, en plan StravinskiDanza del Sacrificio. La Elegida:


London Symphony Orchestra
Claudio Abbado
(vídeo Barbebleuei)

domingo, 27 de octubre de 2013

En Mar, Abierto_III

Nebulosa Mariposa

III.  Fuga

Superada la ansiedad, se instala la depresión, al darse de bruces con la dependencia y la incapacidad, al tiempo que la autoestima se va por el vertedero.

El baño es su ruedo, sangre y arena; se ha mudado en el laberinto de Minos, donde cada adminículo es un tauro afilado.

La siempre reconfortante ducha se ha transformado también; ahora es una pesada y peligrosa tarea entre tubos de plástico de distintos calibres. Entre ellos está prisionero como en una telaraña sin dueña.

El más indecente es el drenaje; un arpón en el alma con maletín ad hoc. Se fuga el oxígeno, quemando anhelos, incendiando alarmas.

Asoma Brahms, y su viento suaviza el dolor; Trío para Clarinete op 114, Andantino grazioso:


Beaux Arts Trio y George Pieterson (cl)
(vídeo Barbebleuei)

domingo, 20 de octubre de 2013

En Mar, Abierto_II

Nebulosa Ojo de Gato

II. Intervención

Tras las abluciones de rigor, es la espera, en especial cuando se alarga más allá de los plazos, otro de los bisturís pre-quirúrgicos. Los minutos devienen horas por las que desfilan todos los jinetes apocalípticos. 

Con la puesta en marcha, sobre ruedas, la mente vira al blanco hasta descubrir el escenario de luz y acero bajo el cual centrarse. Mil manos de látex, adiestradas, enlazan su yo a variados monitores… y en nada, entra en un sueño sin sueños. 

Al volver, después de un tiempo inmensurable, el mundo es lento y reposado, pero la consciencia, plena. Los destellos fluorescentes se tornan finas cortinas de luz blanquísima sobre la cual pululan humanos femeninos en un baile frenético pero rítmico. La sensación es de una ciencia-ficción ya rancia… 

Respira aliviado mientras recupera la razón, su razón, atando cabos. 

Del panel de mandos parece llegar el Andante con moto del Trío con piano D929 de Franz Schubert:

Beaux Arts Trio
(vídeo Barbebleuei)

domingo, 13 de octubre de 2013

En Mar, Abierto_I

Nebulosa Burbuja

AL IR A DORMIR   (Hermann Hesse)

Ahora que el día se ha fatigado,
que mi nostálgico deseo
sea acogido por la noche estrellada
como un niño cansado.

Manos, abandonad toda acción.
Mente, olvida todo pensamiento.
Ahora todos mis sentidos
quieren caer en el sueño.

Y el alma sin más guardián
quiere volar, liberadas sus alas,
en el círculo mágico de la noche,
para vivir profundamente mil veces.

I.   Ingreso

Casi todo comienza por el principio, pero pocas veces éste es el instante más amargo, difícil y doloroso. Cae la tarde.

Cuando las aminas despertadoras se esconden bajo las camas y los corticoides euforizantes saltan por las ventanas, los fantasmas salen a revolotear como vampiros del claroscuro.

Y al echar mano de la razón, atópase con la realidad. Ésta le perfora con su implacabilidad: ruido, hacinamiento, dolor, cargazón, y ¡el baño! … ¡dios santo, si solo cabe la puerta!

El protocolo es claro; le despojan de lo que es, le embuten en un pijama de otra talla, y desaparece bajo dos pulseras con códigos de barras ¡diferentes! La duda le asalta por última vez ¿huir? ¡sería fácil! No, entregarse del todo…

Es lo que hizo mientras nacía la noche… y Elisabeth Schwarzkopf recorría elegante el “Beim Schlafengehen” ("Al Ir A Dormir") de los Cuatro Últimos Lieder de Richard Strauss:


(vídeo Barbebleuei)

sábado, 5 de octubre de 2013

En Kareol


Casi mítico, en su aspecto fabuloso, resultó conocer que durante el LXI Festival de Ópera de A Coruña, tendríamos una función, en versión concierto, de la mítica, en su aspecto legendario, ópera Tristan und Isolde de Richard Wagner.

Y no solo por la formidable obra programada sino también por el elenco presentado, que además fue mejorando con el tiempo, como los caldos. Catherine Foster, la Brünnhilde del pasado –Bayreuth 2013- dejaba a última hora su puesto a Eva-Maria Westbroek, la Isolde del futuro –Bayreuth 2015- Algo de misterio envolvía el cambio, pues la soprano holandesa todavía estaba preparando el rol para su estreno en Dresde este otoño, y dos días antes de la función coruñesa defendía su estupenda Sieglinde en Berlin.

¡Estaba claro que algo divino soplaba sobre este TuI! Así también lo entendió un público entregado que colmó el Palacio de la Ópera, y que esperaba ansioso a que sonase ya el primer acorde de Tristán, pistoletazo de salida de una armonía cromática que cambiaría la faz de la música clásica para siempre.


Un venerable Eliahu Inbal enseguida encendió la mecha de la Orquesta Sinfónica de Galicia con una lectura incandescente y brillante, veloz y vital, de fuerte carga dramática sabiamente mantenida, y muy expresiva e implacable especialmente en un áspero primer acto en el cual llevó al límite a la pareja protagonista. Según avanzaba la obra, se fue relajando en la propia sublimidad romántica, divina y humana, de la ópera. La estupenda orquesta gallega respondió sin concesiones ni reservas, clara y diáfana, tanto en el arropamiento místico de la cuerda como en la excelsitud evocadora de las maderas. Del Coro de la OSG en su mínimo papel apenas se puede añadir más al consabido cumplidor.

Reconocimiento hecho a los tres pequeños papeles secundarios, bien elaborados, de Borja Quiza, Melot; Francisco Corujo, un pastor, un marinero; y César Sanmartín, un piloto, comenzamos el repaso al elenco por el rey Marke de Gidon Saks, un precioso rol que fue dicho con una mezcla de nobleza y envaramiento por el bajo israelí, en todo momento expresivo y doliente, obteniendo una gran acogida entre el público.

La Brangane de Iris Vermillion  alumbró lo mejor de la mezzo alemana: un color muy particular –agrio, según un colega- y una declamación matizada y redonda, que la llevó a una perfecta simbiosis con el maternal personaje.

El Kurwenal de Jukka Rasilainen fue compuesto todo él con oficio más que con instrumento. La pulcritud y la experiencia salían en ayuda de la única voz incapaz de traspasar la orquesta.

Stephen Gould, el heldentenor estadounidense reciente Siegfried en Munich, comenzó forzado y muy opaco su Tristán navegante, sin rastros de metal; ¡vale que Tristan no es Siegfried pero también es un héroe!. En el dúo de amor del segundo acto y especialmente en su descomunal soliloquio del tercero, se vino arriba, creció en todas las facetas de la voz y su expresión, cuajando un asombroso personaje, crudo, real, doliente, interiorizado plenamente.

Todos los oídos estaban puestos en la Isolda de la Westbroek, y tampoco su arranque fue sobresaliente, lo cual era natural pues el primer acto es el más dramático y pesado de la heroína; sobre un timbre hermoso y amplio, el agudo no terminaba de salir, llegando el comprometido fraseo a bordear la frontera del vibrato natural. Iba forzada y se le notaba en toda la gestualidad; daba la impresión que era la parte menos adelantada en su preparación del personaje. Ella misma había declarado que Isolda es su límite wagneriano. En el segundo acto, mucho más cómoda, supo sacarle todas las virtudes a su voz -brillo, timbre, matiz- regalándonos, con Gould, una maravillosa escena de pasión nocturna, de amor humano y divino. El esperadísimo Mild und Leise final, mucho más trabajado, sumergió a la audiencia en esa inmensidad musical que representa esta ópera wagneriana.

Éxito rotundo, agradecimientos enfervorizados, para un Tristan und Isolde al nivel de lo mejor que hoy día pueda escucharse en el más reconocido teatro o auditorio. Lo dicho al comienzo: ¡Fabuloso!

A falta del audio de la Westbroek nos conformaremos con la Muerte de Amor de Isolda en mi versión favorita: Kirsten Flagstad con W. Furtwängler:

(petrof4056)



domingo, 29 de septiembre de 2013

Stairway to Heaven

                                                 (anastasiya malakhova)

Si existe un tema mítico en el rock, es sin duda esta balada heavy de Led Zeppelin, algo así como Escalinata al Cielo. Un crescendo lírico, imparable de originalidad y virtuosismo, hacia cimas exaltadas de ritmo y fuerza. Conocida por todo el mundo, no sé si es la mejor canción de la historia pop-rockera, pero sin duda es la que más nominaciones tiene...

A finales de los ochenta, Frank Zappa, el exigente músico de Baltimore, formó para su última gira, la que él mismo denominó como La Mejor Banda Que Nunca Hayas Escuchado En Tu Vida, grabando con ella una serie de directos antológicos; en total registraron tres discos antes de su precipitada disolución. En el tercero de ellos, cosa nada común en Zappa pues le sobraba genio compositivo, añadieron diversas versiones de grandes temas de décadas anteriores: Purple Haze de Hendrix, Sunshine of your Love de Cream, este Stairway de Plant y Page, o el mismísimo Bolero de Ravel. 

Como es habitual, la canción toma nuevas hechuras en sus manos, aún manteniéndose muy fiel al original, celebrando el clímax con el cambio de vocalista, de Ike Willis a Bobby Martin, intercalando un solo marca de la casa, y envolviendo la electricidad en una poderosa sección de metales encabezada por los hermanos Fowler.

Disfruten de Zappa y de su versión del Stairway to Heaven, en directo en Towson en 1988, no lejos de su ciudad natal :


(vídeo PastowanyKaban)

domingo, 22 de septiembre de 2013

6. TRÁGICA, en la menor

-Retro_Grade1
Considerada por una parte de la crítica como una de las más perfectas, la Sexta Sinfonía de G. Mahler fue escrita entre 1903 y 1904, en la menor; en esta trágica tonalidad se abre y en ella misma concluye, exhausta. Para Alban Berg era “la única Sexta, a pesar de la Pastoral”

Su estructura formal es decididamente clásica; cuatro movimientos en los que se enseñorea la forma sonata con su temática y su tonalidad. Entre los dos movimientos extremos, dos descomunales Allegros, se instala la inestabilidad de las piezas centrales, un Scherzo y un Andante; no fue hasta el último ensayo antes de su estreno que el compositor fijó su orden de aparición: S/A.

La Grandiosidad heroica del Finale, Allegro moderato, con su sucesión progresiva de marchas vitales cuyos límites explotan en los golpes de martillo, golpes del destino del héroe, hasta la elegíaca coda de metales y el reposo en el pizzicato de las cuerdas, representa el meollo esencial de la Sinfonía. 

Pero no cabe duda de que en la elevada pureza del Andante moderato habita la trascendentalidad. En ese movimiento, tal vez el más romántico y el menos atrevido, a través de sus oleadas de cuerda respiran el héroe y el artista, más allá de lo inexorable… una pieza cuya noble hermosura nos hace tanto bien.

(vídeos Tokkemon)



domingo, 15 de septiembre de 2013

Donne Barocche III


Traemos otra monja, benedictina, a nuestra cita con las mujeres y la música; no es de extrañar pues pocos lugares en esa época eran más adecuados para la formación musical que una congregación religiosa. En este caso se cree que profesó en el famoso convento Santa Radegunda de Milán, cercano a Bérgamo su ciudad natal. Nos referimos a Rosa Giacinta Badalla (1660-ca1715)

A los veinticuatro años, vio la luz su única publicación: una colección de Mottetti a voce sola (Venecia 1684) -motetes para voz sola y continuo-. En ellos demuestra una interesante  imaginación compositiva, originalidad y virtuosismo en la escritura vocal, y un gusto por la claridad del lenguaje musical.

Uno de ellos, "Non Piangete" para soprano y bajo continuo, destinado a la fiesta del nacimiento de la Virgen María, va transitando de un comienzo sombrío y estático hasta una gloriosa y alegre aria final plena de artificio vocal:


(video Bizzarrie Armoniche BizzarrieArmoniche)

domingo, 8 de septiembre de 2013

klangfarbenmelodie

Con este término describía Schönberg el opus 9 de Anton Webern (1883-1945): sonido-color-melodía, melodía tímbrica. Bien se puede utilizar para resaltar una de las grandes cualidades de la obra del compositor austríaco, también para su opus 10 Fünf Stücke für Orchester (1911-1913) -Cinco Piezas para Orquesta-, obra previa a su adopción del dodecafonismo serial como estética musical. 

Timbre, color, y también concentración absoluta, máxima depuración del lenguaje sonoro. Era también su maestro, Schönberg , quien reconocía que “lo más importante a la hora de componer era la goma de borrar” ¡Poco pero mucho!  Es la de Webern una escritura refinada, de pequeña forma, casi puntillista, que da vida a una poesía mágica, y que “destruyendo el lenguaje, rehabilita el sonido” (Boulez) 

Su opus 10 es un conjunto descarnado de componentes musicales, plenamente asociativos pero sin unidad temática, que conduce a una cierta intimidad sonora, reforzada por el uso camerístico de la orquesta; apenas un instrumento por sección, eso sí, adornados por el exotismo en la elección: una mandolina, una guitarra, un arpa, una celesta, un armonio, una flauta, un oboe, un clarinete bajo, un clarinete, una trompeta, una trompa, un trombón, y una cuerda en cada voz. Y además una instrumentación diferente para cada suspiro… 

Cinco Piezas en disposición simétrica: fluidez, sencillez, concentración, color, … cinco soplos del llamado “verdadero poeta musical” 

I. Sehr ruhig und zart (muy tranquilo y tierno), expresivo y acogedor 
II. Lebhaft und zart bewegt (vivo y tierno), más enérgico con un intenso fortissimo final, como un despertar exaltado. 
III. Sehr langsam und äusserst ruhig (muy lento y calmado), sobre dos ostinatos rítmicos se asienta el misterio. 
IV. Fiessend, äusserst zart (fluyendo y muy tierno), una mandolina en un visillo 
V. Sehr fliessend (muy fluido) , energía en el silencio, desvaneciéndose


(video frogpitt)


domingo, 1 de septiembre de 2013

Primo la música, dopo le parole (¿o era al revés?)


La eterna cuestión de prioridades en el teatro musical es retomada y puesta en valor ¡en forma de ópera! con la última creación lírica de Richard Strauss. Nos referimos a CAPRICCIO op 85 compuesta durante 1941 y estrenada el 28 de octubre de 1942 en Munich. Una pieza dialogada para música o en palabras del propio Strauss “tal vez solo un manjar para sibaritas musicales”

Sobre una idea de Stefan Zweig, el propio compositor y el afamado director Clemens Krauss escribieron un libreto sencillo y elegante, a la par que irónico, sobre la relación y jerarquía de la música y el texto en la obra lírica, que va más allá al introducirse en la propia esencia del Arte. Ensamblado maravillosamente en una relación amorosa entre la espectadora protagonista (Condesa) y la personificación del arte musical (compositor) y el literario (poeta).  La condesa está enamorada pero no sabe de quién…

No por casualidad está ubicada la acción teatral en el período de la reforma operística de Gluck, que ponía patas arriba el dicho de Mozart “la poesía es la criada obediente de la música”; otro acierto, no podría ser de otro modo, es el final abierto rubricado con el banal anuncio del mayordomo que cierra la obra “la cena está servida”

Flamand, el compositor, y Olivier, poeta, pelean con sus artes por ganarse el amor de la condesa Madeleine, quien duda por quién decidirse y encarga a ambos la composición de una ópera sobre los acontecimientos del día y los personajes reales del palacio. Al día siguiente, en la biblioteca, decidirá, si es que puede… ya sabemos que en toda elección siempre se pierde algo.

En la morbidez decadente de la cuerda el maestro Strauss nos regala la perfecta combinación de notas y letras, hace poesía de la música, y nos demuestra la indisolubilidad del arte lírico. Desde el sexteto introductorio hasta el intenso lirismo de la dubitativa escena final a partir de la Mondscheinmusik, la obra adquiere incluso una función moral.

Escuchemos el final de un capricho, con la siempre atractiva Renée Fleming:
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(vídeo Onegin65)



domingo, 25 de agosto de 2013

El maldito (Rumor)

¿Quién diablos es el tipo que está con Parker?

En todos los tiempos han existido, al menos en el mundo artístico, talentos que no han podido, o sabido, o querido, conectar con el gran público, con el éxito y la fama. Gente de indudable talla que, como siempre por varios factores, su carrera ha sido opacada más allá de lo razonable y deseable. Se suelen llamar malditos, como si portasen un estigma o una mutación genética que imposibilita su éxito pero que les confiere un aura tan atractiva como inquietante, al menos bajo el prisma del espectador interesado.

A mediados de los setenta, agonizando entre dinosaurios la década prodigiosa (1965-1975) comenzaban a despuntar en el Reino Unido verdes ramas de un tronco sólidamente anclado en raíces soul, rock’n’roll y blues. Un movimiento que con el tiempo llegaría a tener nombre, new wave, abrasado por el nihilismo punk pero con la frescura de unos postulados estéticos tan lozanos como elegantes. Aquí podríamos encuadrar también a un ecléctico de mayor renombre, Elvis Costello.

En este contexto llegó a mis manos en 1976 el primer disco de un tipo llamado Graham Parker; un gafitas menudo que portaba pedigree de buen músico de pub. Howling Wind era el título de su primera entrega, acompañado de una banda excelente, The Rumour,  del brillante Brinsley Schwarz a la guitarra solista, y tsunamis de órgano por doquier. En la producción, Nick Lowe.

Sin duda el tal Parker y su obra eran un compendio, una mixtura de influencias, tan evidentes como atractivas, de músicas ya oídas y valoradas. Había mucho Dylan,  en sus declamaciones arrastradas; había intensidad tipo Van Morrison en su soul-pop metálico; había el descaro vocal del mejor Jagger; había deslizamientos reggae hacia territorios ska,  Tal vez había demasiado y en exceso conocido, pero era, y es un precioso y talentoso disco repleto de pequeñas joyas de pop con apellidos. ¡Que se lo digan a Bob Dylan! (Hey, man, I just want to say, man, that I really like your albums, man); o al Boss, que llegó a colaborar en sus grabaciones.

Escuchemos algunas cosas:

A lo Dylan:   YOU'VE GOT TO BE KIDDING:

A lo Van:   SILLY THING

A lo Jagger:   SOUL SHOES

Regateando… con un magnífico trabajo de guitarra:   DON'T ASK ME QUESTIONS

domingo, 18 de agosto de 2013

5. QUINTA, en Do♯ menor: elipsis y geometría


Gustav Mahler - Gordon Shaw

Llegamos a la Quinta, para la cual recuperamos una antigua crónica sobre su interpretación a cargo de la OSG. Estamos en verano...

No se alarmen, no voy a hablar del Círculo de quintas; tampoco sabría. Con este geométrico título quiero referirme a la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler escuchada el pasado jueves 18 en el Auditorio de Galicia. La interpretación corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica de Galicia con uno de los valores en alza de la dirección orquestal, el Maestro Pablo González, titular de la OBC a partir del próximo septiembre.

Las Sinfonías de Mahler son auténticos tapices poliédricos, pero aquí quiero hablar de una órbita elíptica en la interpretación de esta Quinta, situando como centro al propio Mahler, por su mayor o menor proximidad al espíritu compositivo, que desde cada personal foco mantiene siempre su propia perfección geométrica e incluso su bella excentricidad.

La vibrante y sólida, sin reciedumbres, arquitectura sonora del monumento mahleriano, que construyó González se apoyaba en dos columnas maestras: por un lado, en la clarificación del ambiente sonoro, siempre diáfano y eufónico; y por otro, en el absoluto control de dinámicas, amplias pero aseadas, arrolladoras pero pulcras. Así el edificio abundó en una amplia expresividad, a la vez amena y atractiva, más aún tratándose de una sinfonía larga y agitada. En el aspecto estilístico, el maestro optó por la implicación humana, contenida, nada mística pero de una intimidad que huyendo del romanticismo se afirma en el expresionismo de sus bruñidos metales cromáticos, y en la evolución de sus propios estados anímicos.

Ia. Trauermarch: desde la fanfarria inicial, asociada por algunos a la Quinta de Beethoven, sensacional prestación de trompas, trompetas, trombones y tuba en todo este inmóvil movimiento, soporte sonoro de él, contrastado en la nostálgica melodía de los violonchelos. Unos bronces que aportaban toda la pompa de las elegías mayúsculas.

Ib. Stürmisch Bewegt: vehemencia interpretativa, agitación interior, descarnada y humana que sacude de manera precisa, muy precisa, a todos los atriles. Posiblemente el momento más eficaz, dulce y redondo de la interpretación.

II. Scherzo: más anodino el excesivo scherzo, de ritmo vienés, popular y elegante en su danza, pero algo extraño y ajeno, como mirado desde fuera, tal vez buscando una distancia preventiva.

IIIa. Adagietto: el célebre movimiento, regalo de bodas de Alma Mahler, fue leído con hondura, pero sin el arrobo suficiente en las cuerdas más agudas. Dejó flotando un sentimiento sin huella en el alma, salvo en aquellos íntimos pasajes en los que el amor intenso del compositor deambula, ingenuo, entre las violas y los violonchelos

IIIb. Rondo-Finale. Allegro: la monumental polifonía, en forma fugada, con rasgos de ironía y desapego, tiende a la alegría vital, con la, ahora sí, óptima asistencia de todas las secciones, y de nuevo, el fulgor del metal rematando el proyecto.

Un gran Mahler, personal, elíptico, embridado, tal vez no genial pero con la talla suficiente para exclamar, con la últimos acordes todavía resonando, un sentido y también contenido ¡Bravo!

Desde la Goldener Saal del Musikverein (otro monumento) escuchemos el comienzo de la Quinta Sinfonía de Mahler bajo la dirección de Leonard Bernstein:


(vídeo Tokkemon)

domingo, 11 de agosto de 2013

MIKROKOSMOS

                                    foto: rogelio moreno g

Durante el período en que le conocí, mi padre generalmente solo aceptaba a estudiantes avanzados de piano. No obstante, cuando yo tenía cerca de 9 años (1933), estuvo de acuerdo en comenzar la enseñanza desde el nivel más elemental. 

Su programa de enseñanza no seguía una técnica aceptada de enseñanza del piano. Al principio yo solo cantaba. Después se improvisaron ejercicios dirigidos en parte al control independiente de los dedos. En el curso de nuestras lecciones algunas veces él me pedía que esperase mientras se sentaba en su escritorio. Yo mientras solo podía oír el rayado de su pluma sobre el papel. En unos minutos traía al piano un ejercicio, o una pieza corta, que yo debía descifrar enseguida para aprenderla a continuación, de cara a nuestra siguiente lección. Así nacieron algunas de las piezas más sencillas de estos volúmenes. 

No obstante él continuaba componiendo otras a un ritmo mucho más rápido del que yo podía aprender. Escribía pequeñas composiciones según le iban surgiendo las ideas. Pronto había una gran colección donde poder elegir, lo cual me permitía aprender aquellas piezas asignadas a mí desde la belleza de los manuscritos. Eventualmente se dedicaba a ordenar las piezas para su publicación. 

Mikrokosmos es un ciclo de 153 piezas para piano, escritas con una finalidad educativa. Esto es, suministrar piezas para piano capaces de ser tocadas por los alumnos desde el mismo comienzo, y continuar con otras de progresiva dificultad. Y la palabra Mikrokosmos, que debe ser interpretada como una serie de piezas en muchos estilos diferentes, representa un pequeño mundo. 
                                                                                                                                                                                                    -Peter Bartók 


Los cuatro primeros libros de esta colección de piezas para piano han sido compuestos para ofrecer a los principiantes –niños o adultos- un material de estudio que abarque, lo más posible, todos los problemas encontrados en los comienzos. 
… 
Un mismo problema está a menudo tratado en varias piezas, para ofrecer al profesor y al alumno posibilidad de elección. 
… 
Las piezas y ejercicios están agrupados progresivamente de acuerdo a su dificultad técnica y musical... Las indicaciones metronómicas sobre todo en los tres primeros cuadernos deben considerarse aproximadas… A medida que el alumno avance no se le debe alentar a variar el tempo dado, y los libros quinto y sexto estas indicaciones deben ser seguidas rigurosamente. 
… 
En cuatro de las piezas hay una parte para segundo piano. Es muy importante que el alumno tenga la oportunidad de ejercitarse en la ejecución concertada lo más pronto posible… Otras cuatro piezas están escritas para canto con acompañamiento de piano. La enseñanza musical debe ser desarrollada por medio de ejercicios vocales apropiados… Estos ejercicios son muy útiles para acostumbrarse a la lectura de tres pentagramas en lugar de dos, cuando el alumno canta acompañándose él mismo al piano.
 … 
                                                                                          -Béla Bartók

Tras las palabras del compositor y de su hijo, escuchemos del Libro III las piezas:
79. Hommage à J.-S. Bach
80. Hommage à R. Schumann


Del Libro V:
137. A l'unisson
138. Cornemuse


Claude Helffer, piano

(vídeos Barbebleuei)