domingo, 29 de abril de 2018

Flauta dulce


Hoy les propongo comparar la sonoridad, el timbre, de la entrada anterior del oboe, con el de la flauta dulce, también llamada flauta de pico.

Un instrumento muy antiguo, de enorme uso hasta la llegada del Clasicismo y del Romanticismo, con su potente poderío orquestal, pero que ha tenido una renacimiento en el pasado siglo.

La dulzura innegable de su sonido se amalgama con un agradable perfume a música antigua, y también, a primeras lecciones de música escolar.

Escuchemos un precioso ejemplo de música de flauta de pico, contrastada con el dessus de viola, una de las más agudas de la familia de las violas, en otra obra del siempre recomendable G.P. Telemann (1681-1767): Trio Sonata en re menor TWV42:d7


martes, 17 de abril de 2018

Oboe solista


Pocos instrumentos, salvo posiblemente el clave, me retrotraen al amplio Barroco musical como el oboe.

Un instrumento de viento madera que fue perdiendo peso y protagonismo a lo largo de los siglos sucesivos, tanto en la orquesta como en el papel solista. Tal vez la irrupción del clarinete, con su romántico timbre melancólico, pudo acentuar esta tendencia.

El oboe atesora una tímbrica mucho más frágil, netamente dulce y pastoril, en clara competencia con la familia de las flautas.

Casi todos los grandes nombres del tardobarroco le han dedicado honores principales, como este precioso Concierto en mi menor TWV 51:e1 del siempre genial y longevo, Georg Philipp Telemann (1681-1767), que les propongo escuchar en la modélica versión de Il Fondamento:




jueves, 5 de abril de 2018

El Canto del Cisne



Si alguna cualidad define bien el arte musical de Franz
 Schubert (1797-1828) es la fluidez expresiva, esa 
facilidad para dejarse  ir y llevar. Tal vez radique ahí 
la extraordinaria cercanía de su  música. 

Grandes ejemplos los encontramos entre lo que 
posiblemente sea su opus más aclamado: 
los Lieder, las canciones. 

Buena excusa, aunque no se necesite, para escuchar una 
vez más ese maravilloso lied "Ständchen" (Serenata), 
perteneciente a su falso ciclo   Schwanengesang 
(El canto del cisne) D 957. En realidad un ramillete 
de sus últimas canciones, recogido de forma póstuma.
 
El inconmensurable barítono Dietrich Fischer-Dieskau 
acompañado por su pianista de cabecera, Gerald 
Moore, nos llevan y  nos traen de la mano de Franz: 
El texto es del poeta Ludwig Rellstab (1799-1860),
una de cuyas traducciones, tomada de Kareol, 
les adjunto: 

SERENATA 

Quedo implorando mis canciones 
A ti a través de la noche;
Abajo, en la tranquila arboleda,
¡Amada, ven a mi lado!
Murmurantes, esbeltas copas susurran
A la luz de la luna,
El acecho hostil del traidor 
No temas, tú, amada.
¿Oyes gorjear a los ruiseñores?
¡Ay! Ellos te imploran,
Con el sonido de dulces quejas
Imploran por mí.
Comprenden el anhelo del pecho,
Conocen el dolor del amor,
Conmueven con los argentinos sonidos
A todo tierno corazón.
Deja también conmoverse tu pecho,
Amada, escúchame;
¡Trémulo aguardo el encuentro!
¡Ven, hazme feliz!