Variadas y excelsas son las agrupaciones musicales que desfilan cada año durante el mes de julio por Santiago dC (Concerto Italiano, Il Giardino Armonico, Venice Baroque Orchestra, Cappella della Pietá de Turchini, Musiciens du Louvre, London Consort, Coro Monteverdi, Poeme Armonique, Accademia Bizantina, Il Complesso Barocco, Europa Galante, ...) Salvo alguna pequeña tasa de mediocridad, necesaria para asentarnos en el suelo, el nivel global es claramente de Excelencia.
Bajo estas premisas llegó Federico María Sardelli con su orquesta Modo Antiquo y convulsionó el pequeño y coqueto Teatro Principal de la capital gallega. Traían en los atriles la partitura de la Juditha Triumphans de Vivaldi, analizada en un reciente post.
Constaba el elenco de un espléndido coro Capilla Peñaflorida, atento, preciso, motivado, con unas sopranos casi angélicas.
Entre las solistas destacaron la pureza tímbrica e idiomática de Nicki Kennedy como Vagaus, la Judith de la mezzo Marianne Beate Kielland de precioso colorido, la valiente y resultona Silvia Vajente como Abra, pero una mediocre actuación de Guillemette Laurens como Holofernes. Sin reproches para Gabriella Martellacci en el pequeño papel de Ozias.
La orquesta de Sardelli es enormemente atractiva para el oído, une una precisión técnica apabullante, destacable en el ataque a los tutti en las cuerdas, con un sonido rico, cálido, sensual, embriagador. O una precisa y "afinada" elevación de metales barrocos desde el fondo izquierda. La dirección de Sardelli es un prodigio de dinámicas y matices, adornado con un elegante despliegue de expresión corporal. Y si necesita una guinda, nos la deja en forma de un profundo respeto musicológico hacia el opus del Prete Rosso. El resultado en forma de sonido lleva al más puro desenfreno sensorial.
Un nirvana culminado en interminables bravos, palmas de tango y pateos aprobatorios, que llevaron a bisar el coro inicial de la obra.
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Bajo estas premisas llegó Federico María Sardelli con su orquesta Modo Antiquo y convulsionó el pequeño y coqueto Teatro Principal de la capital gallega. Traían en los atriles la partitura de la Juditha Triumphans de Vivaldi, analizada en un reciente post.
Constaba el elenco de un espléndido coro Capilla Peñaflorida, atento, preciso, motivado, con unas sopranos casi angélicas.
Entre las solistas destacaron la pureza tímbrica e idiomática de Nicki Kennedy como Vagaus, la Judith de la mezzo Marianne Beate Kielland de precioso colorido, la valiente y resultona Silvia Vajente como Abra, pero una mediocre actuación de Guillemette Laurens como Holofernes. Sin reproches para Gabriella Martellacci en el pequeño papel de Ozias.
La orquesta de Sardelli es enormemente atractiva para el oído, une una precisión técnica apabullante, destacable en el ataque a los tutti en las cuerdas, con un sonido rico, cálido, sensual, embriagador. O una precisa y "afinada" elevación de metales barrocos desde el fondo izquierda. La dirección de Sardelli es un prodigio de dinámicas y matices, adornado con un elegante despliegue de expresión corporal. Y si necesita una guinda, nos la deja en forma de un profundo respeto musicológico hacia el opus del Prete Rosso. El resultado en forma de sonido lleva al más puro desenfreno sensorial.
Un nirvana culminado en interminables bravos, palmas de tango y pateos aprobatorios, que llevaron a bisar el coro inicial de la obra.
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Como ilustración una pequeña broma de minimalessandro sobre la música comentada:
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Sólo resta felicitar, de nuevo, a José Víctor Carou, director del Festival, y a su equipo por el regalo que cada año nos hacen.
5 comentarios:
Me alegro que disfrutaras, BArbebleue... Oír Vivaldi bien tocado y cantado es de lo mejor que le puede pasar a uno...
Buen verano...
Lo mismo te deseo, Mei.
Y puedo decirte que ha sido el mejor Vivaldi que he escuchado, al menos en directo. Salimos flotando...
Qué envidia ese pedazo de festival. Me alegro de que lo disfrutases, la ocasión lo merecía.
!! Qué bien que disfrutéis tanto con la música (la buena música)!!
Yo no entiendo pero se lo que me gusta, lo que me hace soñar, lo que me sorprende y lo que acaricia mis emociones... Y Vivaldi, ese Vivaldi que gracias a ti, Bbb, he podido escuchar, cumple todos esos requisitos...
el Stellae es de cinco estrellas por lo menos está claro, me alegro que lo hayas disfrutado tanto. Besos
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