viernes, 29 de enero de 2010

Die Frau ohne Schatten: Acto III

Ich – will – nicht!

El sensacional tercer acto se abre bajo una bóveda subterránea con la pareja de tintoreros separados cada uno en una cámara, incomunicados. El ambiente es opresivo en los vientos graves, a los que se va sumando la tristeza del tema de los No Nacidos en arpas y celestas. La desesperanza y la angustia provocan la tortura de la Mujer (Schweigt doch, ihr Stimmen! - ¡Callaos voces!), quien solicita el perdón de su marido.

Sobre la desalentadora cantinela de los violonchelos, Barak comienza un monólogo, unos de los momentos más intensos y hermosos de la obra (Mir anvertraut – Me fue confiada) que posteriormente es convertido en un sublime dúo con su esposa, en una atmósfera de perdón y angustia en el extendido melodismo straussiano. El fragmento finaliza en la dulzura de Barak hacia la Mujer (Fürchte dich nicht - No tengas miedo) mientras la trompetas anuncian la superación de su prueba y el camino libre hacia la superficie, seguido, siempre por separado, de su esposa. Oigamos este maravilloso pasaje en las voces de Christa Ludwig y Walter Berry con Karajan:

Un interludio orquestal nos cambia la escena llevándonos hacia la roca-montaña, un Templo ante cuya escalera, que lleva a su grandiosa puerta, llegan la Emperatriz y el Ama en una barca sin guía que se detiene obstinadamente en la orilla. Mientras el Ama quiere abandonar el lugar, la atmósfera musical se va aclarando para iniciar el irreal dúo de las dos mujeres. En el clarinete se desarrolla el tema melódico que nos indica que la Emperatriz reconoce, por su sueño, el lugar y el momento: las trompetas anuncian el juicio al Emperador (Sie halten gericht - Le están juzgando). Tras los vanos intentos de disuasión, la Emperatriz asume su destino y despide para siempre al Ama (Ich gehöre zu ihnen, du taugst nicht zu mir - Yo soy una de ellos, Tú no me eres útil) y entra a través de la gran puerta, siendo imposible para el Ama seguirla.

Desquiciada, el Ama exclama su maldición hacia los hombres (Was Meschen befürden? – ¿Lo que los humanos necesitan?) al tiempo que intenta convencer a Barak, quien todavía está buscando a su esposa, para que se vengue de ella (Strafe sie,räche dich - Castígala, Véngate de ella). Su caída en desgracia es total, aparece el Mensajero, quien tras impedirle el paso, le impone el castigo de Keikobad enviándola de vuelta en la barca hacia el mundo de los humanos, en medio de una tormenta orquestal.

La escena nos presenta ahora a la Emperatriz ante el Templo. La irresistible belleza straussiana del violín nos introduce en la Gran Prueba de la Emperatriz, dando comienzo a su primera parte –la Plegaria- (Vater, bist du’s? – Padre, ¿estás ahí?): reconoce ante Keikobad su fracaso en conseguir una Sombra, pero asegura haber descubierto el don del Sacrificio, arropada por la trompa y las escalas ascendentes de los violines. Escuchemos la escena en la voz de Julia Varady con Solti:

En respuesta se inicia la Tentación en forma de fuente del Agua de la Vida. El Guardián del Umbral le urge beber del manantial para adquirir la Sombra de la Mujer de Barak. Pero al escuchar el lamento de la pareja de tintoreros, y conocer su destino si acepta, rehúsa beber (Blut ist in dem Wasser, ich trinke nicht! - ¡Sangre hay en el agua, no beberé!)

Un tremebundo crescendo orquestal le descubre semioculto al Emperador ya petrificado, tan solo puede mover los ojos. Comienza la segunda parte de la PruebaLa Renuncia- En medio de un intenso dramatismo, introducido por unos golpes de gong, la Emperatriz ya no puede cantar… su desesperación se vehicula en recitativo (Erfüllt der Fluch! – ¡La maldición se ha cumplido!): pide morir, mientras unas voces sobrenaturales repiten la advertencia del Halcón. El Guardián la vuelve a tentar con el Agua de la Vida, pero ante las voces suplicantes de los tintoreros, y en un clamoroso silencio orquestal, con un dramático grito la rechaza definitivamente (Ich will nicht! - ¡No la quiero!). El momento es excelso, más aún en la voz de Rysanek con Böhm

La Prueba ha sido superada, desaparece la fuente, la escena se ilumina, los agudos tremolantes de las cuerdas reproducen el tema de la Sombra que preludia la aparición de una larga sombra a los pies de la Emperatriz. En ese mágico instante el Emperador se despetrifica iniciando un arrebatador pasaje henchido de pasión (Wenn das Herz aus Kristall - Cuando el corazón de cristal, se quiebre en un grito) al que se le unen las voces de los niños. Oigámoslo en la interpretación de Plácido Domingo con Solti:

Aparece el reino de Keikobad donde la imperial pareja canta un sublime dúo con la orquesta desatada, en un ambiente de impetuoso romanticismo.

Reaparecen Barak y su Mujer, a la cual su recobrada Sombra se le convierte en un Dorado Puente sobre el abismo que les permite por fin reencontrarse (Dein Schatten, er führt mich zu dir! - Tu Sombra me lleva a ti)

Radiantes se reúnen las dos parejas en un canto de amor conyugal que inicia Barak con un himno jubiloso (Nun will ich jubeln - Quiero gritar de alegría como nadie lo hizo jamás) y que finalizan como cuarteto en una apoteosis orquestal del más genuino Strauss.

Pero para Hofmannsthal es el Coro de Niños No Nacidos quien debe cerrar la ópera, en límbica calma y con una más que enigmática frase:

¡Si hubiera alguna vez una fiesta,

nosotros seríamos en secreto

no sólo los invitados,

sino también los anfitriones!

FIN

Discografía recomendada:

1. Rysanek, Golz, Höngen, Hopf, Schöffler – Wiener Philharmoniker – Karl Böhm 1955. Excepcional lectura plena de poesía y de lirismo, de opulencia diamantina en la orquesta. Cuenta además con Rysanek (la mejor Kaiserin) y un soberbio Schöffler como Barak. IMPRESCINDIBLE

2. Varady, Behrens, Runkel, Domingo, Van Dam – Wiener Philharmoniker – Georg Solti. 1992 Lectura heroica, pétrea, expresionista, arrolladora de Solti con una estupenda Hildegard Behrens. MUY RECOMENDABLE.

3. Voigt, Schwarz, Hass, Heppner, Grundheber – Staatskapelle Dresden – Sinopoli 1996. Una versión íntima y delicada, ajustada y viva, con algunos desfallecimientos tensionales, y algunas insuficiencias vocales pero con un Kaiser de lujo, Heppner. RECOMENDABLE.

4. Rysanek, Ludwig, Hoffmann, Thomas, Berry – Wiener Staatsoper – Karajan 1964. Lectura elegante, ligera, de una opulencia de bisutería, y escaso dramatismo, que cuenta, además de la Rysanek, con unos tintoreros sensacionales, Christa Ludwig y su marido Walter Berry. RECOMENDABLE.

En formato DVD recomendaría la excelente labor orquestal de Solti en Salzburgo 1992, y la preciosa puesta en escena de Ichikawa (vista en el Real) con Sawallisch a la batuta.

6 comentarios:

pfp dijo...

a las versiones que anteriormente había escuchado de esta ópera, añado ésta, la tuya, tan brillantemente expuesta y explicada.
un millón de gracias y un abrazo señor del Castillo

Josefina dijo...

Me sobrepasa y me atrae profundamente esta ópera. Va a ser necesario escuchar una y otra vez estos fragmentos (bellísimo el dúo de los esposos) antes de pasar a versiones que recomiendas.
La argumentación es apoteósica y apocalíptica...
El coro final, esas frases inquietan el alma, la hacen temblar como la hoja que pronto va a desprenderse de su rama.
Gracias una vez más Barbebleue.

GLÒRIA dijo...

Me pasa lo que a josefina: Me sobrepasa esta ópera pero voy a trabajarla sin prisas y, cuando sea necesario, recurriré a la estupenda guía que has publicado en estos tres últimos posts.
Tomo muy buena nota de lo recomendado en cd y dvd.
Mil gracias.

Barbebleue dijo...

Merece la pena acercarse una y otra vez a esta cumbre lírica; es compleja sí, pero nunca defrauda.

Abrazos, Pilar, Josefina y Gloria.

Raulo dijo...

Muchas gracias, la informacion sobre esta opera me ha servido muchisimo, la ire a ver y escuchar el proximo viernes y no queria concurrir sin una aproximacion para poder apreciarla mejor.
Una vez mas un enorme GRACIAS.

Barbebleue dijo...

Gracias a ti Raulo, por comentar y pasear el Castillo.

¡Ojalá la disfrutes!... tanto como se merece esta genial obra.