El quinto domingo tras la Pascua de Resurrección de 1724 estrenó JS Bach, en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, la Cantata “Wahrlich, wahrlich, ich sage euch” (En verdad, en verdad os digo) BWV 86, basándose en el Evangelio de San Juan.
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La inicial aria de bajo, la Vox Christi, expone las confortadoras palabras hacia sus discípulos en una hermosa polifonía a cinco voces en forma de fuga tripartita, con los oboes d’amore doblando a las cuerdas:
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La inicial aria de bajo, la Vox Christi, expone las confortadoras palabras hacia sus discípulos en una hermosa polifonía a cinco voces en forma de fuga tripartita, con los oboes d’amore doblando a las cuerdas:
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Stephan MacLeod, bajo
Bach Collegium Japan
Masaaki Suzuki
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El aria de contralto “Ich Hill doch wohl Rosen brechen” en forma da capo, se embellece con un obligado virtuoso de violín cuyas figuraciones evocan las espinas de las rosas a las que alude el texto:
El aria de contralto “Ich Hill doch wohl Rosen brechen” en forma da capo, se embellece con un obligado virtuoso de violín cuyas figuraciones evocan las espinas de las rosas a las que alude el texto:
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Robin Blaze, contratenor
Bach Collegium Japan
Masaaki Suzuki
Robin Blaze, contratenor
Bach Collegium Japan
Masaaki Suzuki
1 comentario:
De nuevo, la mañana del domingo comienza con la música sacra de JS Bach que quiso y pudo transmitir una invitación a la plegaria, esa oración que no necesita palabras y se difunde y eleva, dibujando en el aire las heridas del alma que no son sino las espinas de nuestras vidas, de las que, aun cicatrizando con el gran bálsamo de estas Cantatas, sus señales permanecen como testigos y constancia de nuestro existir, así como vive el sublime suspiro ante la belleza, a pesar del tributo de un predecible sufrimiento...
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