Como bien le definía David Cross, compañero en la tercera reencarnación de King Crimson, Fripp es un idealista que cree en el poder de la música, pero que también funciona en el mundo real. Por ello nunca ha dejado de evolucionar tanto a nivel individual como en conjunto; ahí está para demostrarlo el único grupo rock que no ha envejecido.
Dentro de la amplia, variada, poliédrica pero consecuente carrera musical del alma mater del Rey Carmesí, hoy nos vamos a detener en una de sus facetas más vanguardistas y arriesgadas: los paisajes sonoros. O como con gran desparpajo él mismo los definía: un sencillo método de meter mucho ruido con sólo una guitarra.
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Fruto de su colaboración con Eno (impulsor de la ambient music), nacieron en la década de los setenta como Frippertronics, utilizando su guitarra eléctrica y un dispositivo analógico de delay formado por dos grabadoras de cinta en paralelo, concretamente dos Revox A77, que se retroalimentaban sónicamente y retardaban la emisión del sonido resultante. Estas experiencias musicales fueron evolucionando al ritmo del desarrollo de las técnicas digitales de tratamiento del sonido, hasta alcanzar la madurez en los sucesivos trabajos presentados a mediados de los noventa. Para ello, aparte de su omnipresente guitarra Les Paul como fuente sonora, utilizaba sistemas de retardo digital, procesadores digitales de sonido y sintetizadores de guitarra. Siempre sobre una base de total improvisación, muchos fueron grabados en sesiones en vivo, con mayor o menor trabajo en estudio.
La consecuencia musical es un sonido omnipresente, arrítmico, envolvente, hipertexturado e irreal. Teñido, casi siempre, de una profunda tristeza y ensimismamiento, pasando desde la extática contemplativa casi religiosa hasta el más hondo desgarro y sufrimiento.
Frippertronics 1979
Soundscape 2003 (obsérvese la diferencia de cacharrerío)
Frippertronics 1979
Soundscape 2003 (obsérvese la diferencia de cacharrerío)
Midnight Blue, del álbum A Blessing of Tears (1995)
Presentación en SplashCast con óleos de John Miller, pintor
al que Fripp se sentía muy unido. (Gracias, Ximo)
Sometimes God Hides (extracto), del álbum Gates of Paradise (1997)
(dedicado a Titus)
6 comentarios:
In the Court of the Crimson King es uno de mis álbumes preferidos...
La verdad es que hace tiempo que no les sigo... me ha gustado mucho Midnight Blue tan bien ilustrado con las pinturas de Miller...
PS: ¿Debería revisitar a Tangerine Dream...?
Bueno, Barbebleue, que puedo decir. Estoy tan agradecido por la dedicatoria de esta magnífica entrada de tu blog que hasta he escrito bien tu nick, jejeje. La música de Fripp siempre me ha parecido que estaba un paso por delante de la de cualquier otro músico de su generación, ya desde In the Court of the Crimson King, pasando por el fantástico Islands y acabando con la formación de doble trío de los últimos King Crimson. Además de eso, sus Frippertronics son auténticas maravillas, como se puede comprobar aquí mismo. Espero impaciente la parte II y todas las que quieras dedicarle a Fripp en un futuro. Gracias, gracias, gracias.
In the Court... no sólo fue y es un soberbio álbum, sino que supuso un salto de calidad y una influencia sonora que llega hasta hoy. Pero Fripp y KC son mucho más, es un proyecto evolutivo que sigue vigente, con muchos puntos álgidos como el increíble Islands, el energético Red, el precioso Starless and Bible Black o el sensacional Track. Y en su evolución siguen manteniendo el genoma KC: intensidad, plenitud, virtuosismo, belleza, eclecticismo
Mei, la revisita a Tangerine Dream, los reyes de la música planeadora, mejor que sea a dosis bajas.
Hoy, ignorancia total y cierta curiosidad.
La presentación en SplasCast preciosa.
Gracias a ti por mencionarme en uno de mis blogs de cabecera y de visita obligada, del cual cuando salgo, estoy un poco más feliz que al entrar.
Preciosas palabras, Ximo, que se agradecen.
Que bueno es compartir algunos puntos de vista, lo cual podrás corroborar al ver mi blog.
Saludos:
Daniel F.
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