La obra musical del considerado como niño prodigio del Imperio Austro-Húngaro finisecular, Erich Wolfgang Korngold (1897-1957) sufrió un punto de inflexión, no sin retorno, con el advenimiento de la hegemonía nacionalsocialista a finales de los años treinta.
Tras
asombrar a maestros consagrados como Mahler o Zemlinsky, y conquistar
a las audiencias más exigentes con partituras de una belleza lunar,
especialmente su cada vez más revalorizada ópera “Die Tote Stadt”
(La Ciudad Muerta), a mediados de los años treinta comenzó, a
distancia, una relación con la música cinematográfica en la
incipiente industria de Hollywood. En 1938 decidió exiliarse en
California visto el cariz de los acontecimientos en su tierra natal,
teniendo en cuenta que pertenecía a un familia judía.
El
éxito le sonrió en la meca del cine, siendo reconocido y premiado
con algún que otro Oscar a sus producciones musicales. Pero
terminada la Segunda Gran Guerra decidió volver a su tierra y
retomar el repertorio clásico que había abandonado a su pesar.
La
primera obra de esta nueva etapa fue su Concierto para Violín y
Orquesta en Re mayor opus 35, escrito durante 1945, dedicado a Alma
Mahler, y estrenado en St. Louis (EEUU) en 1947 con inmenso éxito,
interpretado por Jascha Heifetz como solista y Vladimir Golschmann a
la batuta. Sin embargo, su lenguaje descaradamente postromántico, de
inmenso lirismo y opulento refinamiento, cosechó el fracaso y el
repudio de las nuevas tendencias intolerantes que dominaban Europa en
esos momentos. Decepcionado y con regusto amargo, hubo de volver a sus trabajos en Hollywood
donde fallecería en 1957.
El
Concierto para Violín recogió, en sus tres movimientos, temas de
algunas de sus colaboraciones cinematográficas, adaptándolos con
maestría para mayor virtuosismo y expresividad del solista. El
segundo movimiento, una Romanza en Andante, desgrana toda la filigrana
lírica de su pluma refinada. Su forma tripartita hace uso del tema
del film “Antony Adverse” como idea principal, introducido
en el clarinete, pero para su
parte central Korngold escribió un tema nuevo de una fragilidad
misteriosa que parece sacado literalmente de esos pasajes oníricos,
con esa belleza lunar que comentábamos más arriba, de su Ciudad Muerta.
Escuchemos
este segundo movimiento, Romance. Andante, en la magnífica interpretación de la fascinante Hilary Hahn con la Deutsche Symphonie Orchestra bajo la dirección de
Kent Nagano. Una maravilla
por encima de modas, post o pre...
6 comentarios:
Korngold fue un hallazgo para mi cuando escuche, por primera vez, La ciudad muerta. Como bien sabes, además del bello concierto que nos traes, tiene lieder de profunda belleza, de hondura sublime.
Bico.
!Hola, Barbebleue! Te la robaré. Volveré y me la llevaré a mi casita virtual. Va a ser inevitable.
¡Gracias!
¡Buena semana!
Korngold es absolutamente genial en todas sus manifestaciones musicales; tuvo la desgracia de vivir a contracorriente de todo, lo que explica, pero no justifica, el desconocimiento que todavía le cubre.
Un beso, Glòria.
¡Ay, Mara! está en tu naturaleza la rapiña... y yo te lo agradezco.
Muy buena.
hipnótico...
... como el sueño con mayúsculas.
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