domingo, 21 de agosto de 2016

Fuegos de Artificio


El Fuego. La Luz. Desde hace siglos uno de los espectáculos artísticos que aportan más empaque y atracción a los actos festivos son aquellos que conocemos bajo el nombre general de pirotecnia. Diferentes dispositivos preparados para producir vistosos juegos visuales, sonoros y fumígenos, que conocemos como Fuegos Artificiales o Fuegos de Artificio.

Su origen se remonta a la invención de la pólvora en China, y todavía hoy gozan de gran aceptación popular en fiestas importantes y celebraciones. En este mes de Agosto, festivo por sus cuatro costados, son habituales en cualquier festividad que se precie.

En 1749, el rey Jorge II de Gran Bretaña y Hannover también lo entendió así y decidió celebrar el reciente Tratado de Paz de Aquisgrán (1748), tras la Guerra de Sucesión Austríaca, con una extraordinaria sesión de Fuegos de Artificio en Green Park. Para mayor solemnidad del evento se encargó la música del mismo a GF Händel, quien compuso su celebérrima partitura “Music for the Royal Fireworks” HWV 351 (Música para los Reales Fuegos de Artificio), a mayor gloria del Rey. El espectáculo se desarrolló el 27 de abril de 1749 con un inmenso éxito, a pesar de la lluvia y del incendio que afectó a la ubicación de los músicos ¡efectos secundarios de la pirotecnia!

A pesar de que el encargo musical real incluía tan solo instrumentos "guerreros", viento y percusión -se desplegaron hasta 24 oboes, 12 fagotes, 9 trompas y 9 trompetas- Händel, con buen criterio, logró introducir una sección de cuerda que realzaría la calidad y variedad de las diferentes secciones y atmósferas de la obra. 

Aunque la partitura cuenta con cinco movimientos, sin duda el más esplendoroso y magnífico es el primero: la Obertura. Movimiento que comienza con una solemne y lenta marcha -en adagio-, destinada a introducir el séquito real desde Saint James hasta el lugar del acontecimiento en el vecino Green Park. A continuación, sin demora, el primer allegro hace estallar la pirotecnia musical con un prodigioso despliegue de recursos de melodía y color, que tan solo se sosiega en un lento intermedio conducido por las benditas cuerdas händelianas. 

Realmente, todo un espectáculo! Escuchen:

(vídeo protestant7)


3 comentarios:

Unknown dijo...

¡Siempre tan ceremonioso anunciando algo grande! Händel que siempre está en mí.
Gracias, Barbe!!!

pfp dijo...

fiesta!!!

Barbebleue dijo...

No hay fiesta que se precie sin algo tan grande como la Música.
Beso, Glòria; beso, pfp