El
Fuego. La Luz. Desde hace siglos uno de los espectáculos artísticos
que aportan más empaque y atracción a los actos festivos son
aquellos que conocemos bajo el nombre general de pirotecnia.
Diferentes dispositivos preparados para producir vistosos juegos
visuales, sonoros y fumígenos, que conocemos como Fuegos
Artificiales o Fuegos de Artificio.
Su
origen se remonta a la invención de la pólvora en China, y todavía
hoy gozan de gran aceptación popular en fiestas importantes y
celebraciones. En este mes de Agosto, festivo por sus cuatro
costados, son habituales en cualquier festividad que se precie.
En
1749, el rey Jorge II de Gran Bretaña y Hannover también lo
entendió así y decidió celebrar el reciente Tratado de Paz de
Aquisgrán (1748), tras la Guerra de Sucesión Austríaca, con una
extraordinaria sesión de Fuegos de Artificio en Green Park. Para mayor solemnidad del evento se
encargó la música del mismo a GF Händel, quien compuso su
celebérrima partitura “Music for the Royal Fireworks” HWV 351
(Música para los Reales Fuegos de Artificio), a mayor gloria del
Rey. El espectáculo se desarrolló el 27 de abril de 1749 con un inmenso éxito, a pesar de la lluvia y del incendio que afectó a la ubicación de los músicos ¡efectos secundarios de la pirotecnia!
A
pesar de que el encargo musical real incluía tan solo instrumentos "guerreros", viento y percusión -se desplegaron hasta 24 oboes, 12 fagotes, 9 trompas y 9
trompetas- Händel, con buen criterio, logró introducir una sección
de cuerda que realzaría la calidad y variedad de las diferentes
secciones y atmósferas de la obra.
Aunque
la partitura cuenta con cinco movimientos, sin duda el más
esplendoroso y magnífico es el primero: la Obertura. Movimiento que
comienza con una solemne y lenta marcha -en adagio-, destinada a
introducir el séquito real desde Saint James hasta el lugar del
acontecimiento en el vecino Green Park. A continuación, sin demora,
el primer allegro hace estallar la pirotecnia musical con un
prodigioso despliegue de recursos de melodía y color, que tan solo
se sosiega en un lento intermedio conducido por las benditas cuerdas
händelianas.
Realmente, todo un espectáculo! Escuchen:
Realmente, todo un espectáculo! Escuchen:
(vídeo
protestant7)
3 comentarios:
¡Siempre tan ceremonioso anunciando algo grande! Händel que siempre está en mí.
Gracias, Barbe!!!
fiesta!!!
No hay fiesta que se precie sin algo tan grande como la Música.
Beso, Glòria; beso, pfp
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