domingo, 24 de enero de 2016

¡Viva la Libertad!


El gran salto cualitativo que proporcionan los genios es que son capaces de superar y destrozar las normas establecidas y, sin perder su impronta originaria, trascender más allá del academicismo uniformador. Una cualidad que evoluciona al Arte y glorifica al autor, convirtiéndolo en elemento germinal de una nueva y sana descendencia, estableciendo sus propias reglas, listas también para su destrucción. La idea como motor, la voluntad como fuerza.

Un nombre señero en la creación y evolución musicales es Franz Joseph Haydn (1732-1809) en muchas y variadas formas y estilos. Una de las más reconocidas es el Cuarteto de Cuerda, por eso hoy quiero ofrecerles en disfrute uno de sus movimientos más libre y hermoso: Adagio-Fantasia del Cuarteto en mi bemol mayor op. 76 n. 6

Un movimiento en el cual la libertad absoluta llega al clasicismo vienés de la mano de la disciplina. Este segundo movimiento del Cuarteto esconde la tonalidad entre sus vertiginosos saltos de escalas y su miríada de modulaciones, a cada cual más libre e impactante.

Su único tema, de sabor melancólico y clasicista, fluctúa entre esta indefinición tonal, volviendo una y otra vez, en distintos atriles, casi a modo de rondó; siempre inaprensible, irreal, sutil, volátil, etéreo, intangible, … fantasioso, especialmente cuando en la segunda parte la escritura se hace más y más compacta.

“Una declaración de guerra a la noción de tonalidad principal” (Hans Keller). Los atonalistas del XX demostrarán el atavismo.

Una sublime delicia, fruto de la libertad del genio:

(vídeo Barbebleuei)
Aeolian String Quartet


4 comentarios:

pfp dijo...

pues viva la Libertad!!! Y si es con Haydn mejor todavía

par de besos,

Barbebleue dijo...

la Libertad, casi con cualquiera...

bicos

Mara dijo...

¡Viva!
Buen fin de semana a ambos.

Barbebleue dijo...

No nos cansaremos de darle Vivas!
Felices días de invierno, Mara