Creo
haber comentado en anteriores ocasiones, en estas mismas páginas, la altura
formal del Cuarteto de Cuerda; sin duda la plantilla instrumental dotada con la más pura expresión musical que un melómano puede recibir. La sensibilidad especial que transmite el sonido
de las cuerdas, la pureza desnuda del diálogo de las distintas voces, la concreción sonora del sentimiento musical, todo conduce a la
más intensa conmoción del mensaje.
También
han sido expresadas aquí la profundidad y rotundidad del legado musical de
Johannes Brahms; su capacidad para navegar por los ríos más subterráneos del sentimiento
humano, en las anchuras de las cuerdas más bajas.
Uniendo
ambos presupuestos no obtenemos más que Belleza en estado cristalino, opaco o
no: los tres Cuartetos de J. Brahms.
El Cuarteto de Cuerdas en do menor op51 n.1 vió la luz en 1873; el compositor de Hamburgo, al igual
que le ocurrió con sus Sinfonías, tardó muchos años en atreverse a publicar un Cuarteto
(tan larga era la sombra de Beethoven). Cuatro movimientos para una obra
austera y de gran rigor formal.
II. Romanze. Poco
adagio:
dos temas diversos para un movimiento quejumbroso con todo el perfume del patetismo brahmsiano:
(video Alex
G.)
Takács String Quartet
Takács String Quartet
III. Allegreto molto moderato e comodo – Un poco più animato:
un scherzo y trío con una gracia melancólica y ciertas notas
de humor:
(video Barbebleuei)
Quartetto Italiano
Quartetto Italiano
6 comentarios:
Una de las cosas que más me gustan de vos, Señor del Castillo, es vuestra capacidad para seguir admirando y enseñarnos a vuestros fieles a admirar. Entheos
¡Qué sería de nosotros sin... locura, éxtasis, frenesí! ¿cómo le llamamos?
Gracias por seguir admirando lo admirable. Un beso.
maravilla de cuarteto. ¡Sabia Conchita¡, me sumo a su comentario.
par de besos
y al tuyo también, barbazul
oro par
par de oro para Brahms, claro¡
triple pfp: ¡eso sí es admirable!
beso de oro.
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