domingo, 19 de enero de 2014

Amistad y Venganza


A finales de julio de 1783 WA Mozart y Constanze Weber iniciaron una estancia de tres meses en la ciudad natal del compositor, Salzburgo. El propósito de la visita era doble: por una parte presentar a su padre Leopold y a su hermana Nannerl  a Constanze, con quien se había casado el verano anterior. Por otra, estrenar su Misa en do menor KV427, en honor a su esposa.

Aprovechando la estadía quiso rendir visita a su viejo amigo Michael Haydn, el hermano más joven de Franz Joseph. Desgraciadamente se encontró a su colega enfermo y terriblemente disgustado debido a la presión del tiránico arzobispo Colloredo. Éste le había encargado la composición de seis Dúos para violín y viola, y en vista del retraso en la entrega -debido a su enfermedad tan solo tenía completadas cuatro piezas- había suspendido su sueldo. Conmovido por el doble sufrimiento de Michael, y también atraído por un cierto sabor de venganza hacia el arzobispo que tanto le había amargado la vida hasta 1871, en un par de días le entregó, de su inspiración, los dos Dúos que faltaban para completar la colección.

Aún en un género menor dentro de la música de cámara, Mozart regaló a su amigo dos partituras de amplia elaboración e inusitada belleza: los Dúos para Violín y Viola en Sol mayor KV423 y en Si bemol mayor KV424, ambos en tres movimientos, dos rápidos que engloban uno lento.

Mucho más elaborados que los del joven Haydn, siendo además un reputado intérprete de viola, Mozart asigna un papel destacado a este instrumento, a la altura del violín; remedando su Sinfonía Concertante para las mismas cuerdas. La más aguda de ellas dialoga en todo momento con su subsecuente: unas veces con la ternura de una madre con su hija, otras con la confidencia de dos hermanas, y en algunas ocasiones con la pasión de dos amantes.

El Dúo en Sol mayor despliega un bello trabajo contrapuntístico, sin duda reflejo del estudio del gran Bach. El Allegro inicial con sus tres temas melódicos es buen ejemplo de contrapunto elaborado e imitaciones modulantes. Sigue un Adagio de fuerte aliento lírico repartido sucesivamente entre las ocho cuerdas. Termina con un Rondeau (allegro) una galanteríe francesa en forma rondó-sonata, en cuyo desarrollo repetitivo se cuelan dos cánones.

Escuchemos la obra completa en la interpretación de Arthur Grumiaux –violín- y Arrigo Pellicia –viola-


(vídeo Barbebleuei)

La amistad, incluso entre colegas de profesión –y una pizca de picante- hecha sublime Belleza: WA MOZART.

6 comentarios:

pfp dijo...

un despota Colloredo, ilustrado pero déspota¡ y Mozart, capaz de hacer esta maravilla para ayudar a un amigo?¡... viva la amistad¡

un abrazo

Barbebleue dijo...

el Amor, y la Amistad es una de sus variantes, siempre produce maravillas...

otro abrazo, pfp

Esdedesear dijo...

Maravillas maravillosas. Me encantó.
Gracias Barbe,amigo.

Barbebleue dijo...

Esdedesear un beso, maravillándome...

Unknown dijo...

Precioso el gesto de Mozart que tan sobrado andaba siempre de inspiración.
¿Qué serrá que Colloredo me suene siempre a ser siniestro?

Gracias, barbe.

Barbebleue dijo...

Sobrado, inspirado, generoso y manirroto... justo lo contrario que el príncipe-arzobispo.

De nada, Glòria