El pasado año tampoco ha sido generoso en lo que
respecta a la música llamada popular, salvo alguna sorpresa agradable como el
retorno en buena forma del Duque Bowie.
Sobresaliendo sobre la media, más bien baja, me gustaría destacar
el séptimo álbum de una más que promesa del siempre surtido mundo de los folksingers: Josh Ritter.
El cantautor de Idaho, mecido por la verde Irlanda, posee ya
un bagaje importante desde que se pasase al profesionalismo allá por el año
2000. Y por lo que muestra en su última obra The Beast In Its Tracks (2013)
sigue conservando la dulzura, el buen gusto y la calidad de toda su carrera.
No es que aporte substancias nuevas, pero revitaliza la vieja
estirpe del cantautor folk, ese cronista del amor y la sociedad, que sin subirnos al séptimo cielo nos deja siempre
un agradable post-gusto. Unos personajes que si no existieran tendríamos que
crear, ahora que gracias a los siempre formidables hermanos Coen, parece volver
a primera plana en los media la figura del folkie
y la eterna discusión sobre la función social del Arte.
Ritter aúna y nos agasaja con la intensidad por
impregnación de Bob Dylan, la elegancia compositiva de Tim Hardin, el brillante optimismo de Jim Croce o la cálida ingenuidad de los primigenios
Simon&Garfunkel… y todo con fuertes aromas country.
Escuchemos, en directo, A Certain Light:
Tal como suena en Anatomía de Grey, In Your Arms Again:
(vídeos dougrice)
9 comentarios:
Urte berri on!
Que sea un feliz año nuevo, Barbebleue.
Gracias.
P.S.:
;)
Estupendo año! Gracias.
Un beso, Mara-Mara
cierta luz, para cantarla con los ojos cerrados¡
... y la luz son colores, para cerrar los ojos!
bikos, pfp
Siempre consigues alucinarme. Tu saber es infinito. ¿De qué no sabes?
Feliz año.
Muy dulce, me retrotrae a mis dulces momentos con Simon&Garfunkel, que eran entonces emociones fuertes para mi.Aún lo son cuando pongo el DVD de Central Park. Un abrazo sentimental, Barbe.
No sé nada del infinito, Glòria...
Alucinante Año, un beso.
Pues yo todavía recuerdo cómo entré en combustión la primera vez que escuché sus "Sounds of Silence", en casa de un primo...
Un beso, Conchita.
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