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En el tardobarroco el Concierto era la máxima y más popular forma de expresión musical instrumental, así que el 24 de marzo de 1721 Bach envió un manuscrito al Margrave conteniendo Seis Conciertos Para Diversos Instrumentos. Había estado revisando su obra concertística, compuesta para su orquesta de Cöthen, y de ella escogió aquellas partituras que consideraba más adecuadas para la ofrenda. Algunas piezas fueron recuperadas de antiguas obras y otras completadas para la ocasión; en ningún caso se trató de un ciclo nuevo.
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El taller-laboratorio de Bach funcionaba a jornada completa, y ya tenía suficiente fondo de armario al frente de la pequeña pero coqueta Orquesta de Cöthen para extraer una música fascinante, que parece nunca recibió los honores de ser interpretada por la de su destinatario.
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No fue hasta 1880 cuando Spitta, biógrafo de Bach, añadió la Marca del destinatario de tan bella música: Seis Conciertos de Brandemburgo BWV 1046-1051 (y así pasaron a la historia)
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Siendo uno de los mayores exponentes del Bach más secular, más cortesano, el gran valor de dichos conciertos, aparte de su belleza melódica y armónica, estriba en la variedad tímbrica e instrumental puesta en evidencia hasta límites casi insanos para la época. El color, las texturas, las combinaciones atrevidas de sonoridades, todavía nos sorprenden y por momentos nos suenan muy modernas. La sabia combinación de formas, del concerto grosso y el concierto solista se instala en toda la obra sin límites claros.
Concierto n.1 en fa mayor bwv 1046 para 2 corni di caccia, 3 oboes, fagot, violino piccolo, cuerdas y continuo
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Es el único de su estirpe que consta de cuatro movimientos y tiene ascendencia formal francesa. El origen del primero, segundo y cuarto movimientos se remonta a la Sinfonía de la Cantata de Caza bwv208 (1713) a los que Bach añadió un tercero.
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Una entrada triunfal, pompa y gloria, el triunfo de César según la interpretación simbolista de Philip Pickett, ennoblecida por el sonido, y la ceremonia, de la trompa de caza. Una obra vitalmente colorista en su juego de metales y maderas, desde el cobre al palisandro, y el efecto contrastante de la árida sonoridad del violín piccolo (una tercera más alto).
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Escuchemos la primera versión históricamente informada (como se dice ahora) que penetró mis oídos: The English Concert dirigidos por Trevor Pinnock (vídeos EuropaCandidus)
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I. (Sin indicación de tempo) (Allegro): comienza con la estrepitosa aparición de las trompas en solista, para alternarse y fundirse con los oboes, entre incursiones del ritornello, a un ritmo galopante.
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II. Adagio: desprovista de metal, Bach encarga una amarga melodía en canon en el oboe y el piccolo, con efecto tremolante, y cuyo final, entre silencios, pudiera tomarse como algo contemporáneo.
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III. Allegro: un concertado en el que reaparecen las trompas para decorar el palacio sonoro, entre las cuales flotan los violines en solistas, bajando y reposando en la cuna de las maderas, antes de remontar el vuelo; mientras el lucimiento en la fiesta corresponde a los solos del piccolo.
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IV. Menuetto - Trio I - Menuetto - Polacca - Menuetto - Trio II - Menuetto: suite de danzas con un atomizador minueto en el tutti que separa los dos tríos para viento, el primero para oboes y fagot, el segundo para trompas y oboes, y la danza polaca para cuerdas situada justo en su punto medio, y que nos retrotrae al origen del movimiento, pues el Elector de Sajonia era también Rey de Polonia.
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Unos Conciertos que merecen cada uno una pieza separada. Una música formidable, mi primera música culta. Amigos, esta música me pone a 110 (más, ahora no se puede)
4 comentarios:
De este primer concierto, me impresiona profundamente el Adagio, me identifico con el sentimiento que debió inspirar a JS Bach, me recuerda...
Preciosa joya de mi músico entre los músicos, que desconocía.
Gracias amigo querido, como siempre.
precioso concierto que hace olvidar penas y cataclismos. Lo he escuchado comparándolo con la versión de MUSICA ANTIQUA KÖLN, dirigida por Reinhard Goebel, y la verdad, no sé por cual decidirme, las dos son fantásticas.
gracias como siempre Barbazul, y besos
A mi me enciende el tercer movimiento. Besos, Josefina
Quédate con las dos, Pilar. Besos.
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