domingo, 9 de octubre de 2016

Del genio, el lenguaje y la forma


Una de las facetas más gloriosas del genio es sin duda la subversión de la verdad artística, de la forma y del lenguaje, en mayor o menor grado. Esa capacidad para hacer suyas unas reglas acordes a cada época pero profundamente impersonales, y lanzarlas hacia el porvenir.

Esta evidencia, una más del poliedro del artista genial, se puede rastrear en el mundo de la música clásica no solo en luminarias que pusieron patas arriba el orden formal establecido como un Schönberg, con su revolucionaria utilización de la escala musical, o un Beethoven, con su salto de calidad y subjetivismo en la expresión musical, por no hablar de un Brahms, apodado “el progresista”. También en compositores considerados “conservadores” encontramos indicios de esa faceta, tan ligada a la propia personalidad. Pensemos en el recorrido desde el salón galante a una expresión claramente prerromántica de un WA Mozart, o incluso en un personaje tan apegado a la tradición como fue JS Bach, tildado, en más de una ocasión, de atrevido cuando no de provocador.

Remontándonos todavía más atrás podemos encontrar a un genio del XVII que nos ha dejado clara muestra de su evolución estética, y la de su tiempo, en su amplio opus. Claudio Monteverdi (1567-1643) expresa como pocos el largo camino de la forma musical que conducía de Mantua a Venecia, el paso de la prima pratica (Stile antico) a la seconda pratica (Stile moderno o nuovo) que estableció el Barroco temprano y todo un lenguaje de futuro.

La claridad armónica, el privilegio de la melodía supeditada al texto, la evolución hacia la monodia, la libertad contrapuntística,, el tratamiento de las disonancias, o la preponderancia en la expresión de los sentimiento íntimos (affetti), fueron características básicas del nuevo lenguaje musical que Monteverdi impulsó con su genio, a pesar de grandes querellas.

Para ejemplificar este paso de gigante les propongo la escucha de dos breves piezas de nuestro compositor invitado. Dos piezas similares, dos Sanctus, pertenecientes a dos Misas escritas en diferente época y estilo.

Sanctus de la Missa da cappella a sei voci “In Illo Tempore”, escrita en 1610 en estricto y severo estilo antiguo, polifónico y pleno de melismas.

(vídeo Antonio Lucio)

Sanctus de la Messa a quattro voci da cappella, publicada en 1650 en la luminosa seconda pratica:

(Vídeo Barbebleuei)

¡Disfruten las diferencias!

2 comentarios:

pfp dijo...

distintas, pero no podría elegir entre estas dos joyas, preciosas las dos!

Barbebleue dijo...

de lo mejor de cada estilo!