A
pesar de su innegable éxito, especialmente en su país natal, nunca
he sido un gran seguidor de Tom Petty, el rockero de Florida. Una
dilatada carrera desde comienzos de los setenta, le ha convertido en
uno de los artistas con más ventas discográficas; no solo con su
grupo insignia -Tom Petty and The Heartbreakers- sino también con
obras en solitario, como el muy valorado “Wildflowers”, y con
abundantes participaciones con otras luminarias del género, como el
efímero supergrupo The Traveling Wilburys de finales de los ochenta,
formado por Roy Orbison, Bob Dylan, Jeff Lynne, George Harrison y el
propio Petty. Todo un pedigree.
(vídeo
TravelingWilburys)
Pero
el valorado Petty tuvo también unos complicados comienzos. En 1970 uno de
sus primeros grupos locales, de corta vida y nulo éxito, se llamó
Mudcrutch. En breve plazo el grupo se disolvió dejando apenas un
single en el mercado, llevándose a dos de sus componentes a su
posterior y exitoso proyecto: los Heartbreakers.
En
2008 Petty relanzó aquel grupo inicial, reuniendo la casi totalidad
de la formación original, grabando un larga duración y saliendo de
gira por California. Era la resurrección de Mudcrutch.
(vídeo
tompetty)
En
mayo de este año nos llegaba, en medio de una efectiva y potente
campaña publicitaria, la segunda entrega discográfica del grupo:
Mudcrutch 2. Desde el ya lejano “Damn the torpedoes” (1979), un
vinilo que cría polvo en una antigua estantería, no me detenía con
tanta determinación con una obra de Petty, y la verdad es que he
disfrutado a lo grande.
Sin
tener una personalidad musical apabullante ni demasiado singular, el
bajista de Gainesville atesora un oficio que se agradece en estos
tiempos de alta volatilidad musical. Sus compañeros de renacimiento
secundan plenamente esta artesanía sonora, edificando un disco
energético y sobre todo muy sincero.
Cada
uno de los componentes aporta un tema, con una
cierta deriva hacia el
country, pero son las composiciones de tintes dylanianas de Petty
-varias cabezas por delante de sus compañeros- los que dan lustre al
álbum y lo posicionan hacia aquello que hace décadas se llamó Rock
Sureño: potentes guitarreos melódicos sobre sólidas bases
rítmicas, y rhythm and blues de fondo.
Es
tiempo de revisitar a Tom Petty.
Baladita:
“Beatiful Blue”
(vídeo
Ani D)
Caña:
“Dreams of Flying”
3 comentarios:
Quizá los había escuchado alguna vez, pero nunca había oído hablar de ellos !
pfp ¿rockera?
sin duda, antes de nada, primero fue el rock...
par de besos
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