domingo, 3 de julio de 2016

Divertimento


En los tiempos en los que WA Mozart era un jovenzuelo en Salzburgo, a las órdenes del arzobispo Colloredo, la música de “divertimento” era un mero acompañamiento sonoro para festividades lúdicas. Se trataba de composiciones que no requerían una atenta escucha en algún lugar serio (teatro, iglesia) sino más bien suponían un fondo musical para una comida o una conversación animada, generalmente al aire libre.

Ahora que parece que el verano meteorológico se asienta entre nosotros, es buen momento para traer alguna de estas partituras que, como es norma habitual en nuestro querido compositor, están dotadas de un contenido sensorial y anímico de alto nivel. Una suerte de formidable bálsamo en frasco de cristal topacio.

Recordemos pues el Divertimento en Fa mayor para cuerdas y dos trompas KV 247 escrito en 1776 para la onomástica de la Condesa Antonia Lodron, hermana de su patrono el Arzobispo. Una obra que Mozart tenía en gran estima y sobre cuyo Adagio sobrevuelan las cuerdas solas con un destacadísimo primer violín:


(vídeo barbebleuei)

Academy of Saint-Martin-in-the-Fields Chamber Ensemble

2 comentarios:

pfp dijo...

Y
y a mi, por qué me gustará tanto Mozart? será que me lleva directa al cielo?

Barbebleue dijo...

aunque sea un topicazo, Mozart es un regalo de los dioses; esos que viven en el cielo.