Supieron
aunar frescura, ternura y desparpajo con una calidad y
elegancia musicales muy por encima de su género. Letras
imaginativas, muy directas, un tanto psicodélicas, encajaban como
guantes en melodías de raíces populares y ramas complejas. Tal vez por
eso nunca alcanzaron el éxito comercial masivo, viviendo siempre en
los extrarradios de la fama, en las nebulosas de la independencia.
Su
primer disco homónimo, en el sello Ópalo, data de 1971, y sin
apenas éxito las llevó a su primera cumbre discográfica:
Heliotropo
(1973) más refinado en arreglos y más variado en composiciones.
Escuchemos “Habanera
del primer amor”:
(vídeo
lavocaciondezakun)
Diez
años más tarde, darían un paso al frente con su sexto álbum
Taquicardia
(1984) donde el sencillo pop de raíz folk se envolvería en una
sofisticación de cuerdas y metales de aromas jazzísticos, obra del
Maestro Reverendo, sin abandonar el toque naíf y la elegancia
estructural. “Taquicardia”,
la canción:
(vídeo
Ogu3290)
Una
pareja sencilla pero opulenta. In memoriam.
2 comentarios:
Ellas consiguieron crear un sonido, el de sus voces tan bien engarzadas y su forma de decir, palabra por palabra, las canciones que nacían originales.
Es agradable recordarlas con las manos en la masa.
un beso, Barbe.
Un estilo muy personal que solo conoció un cierto éxito cuando entró en la cocina. ¡Nada como el estómago!
Bicos, Glòria.
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