domingo, 3 de agosto de 2014

Planetario


Es sorprendente, aunque también natural, que las noches más cortas sean las más visitadas. En verano, repuestos de la gloria del sol, disfrutamos mucho más de la noche, de sus luces y de sus sombras, que también las hay.

Ocultos y cambiantes, algunos planetas cercanos se invitan a la fiesta de las luces. Ellos no titilan, son pobres; pero tienen sus momentos de gloria en nuestras retinas.

El compositor británico Gustav Holst (1874-1934) les dedicó todo un poema sinfónico, una suite para orquesta. Su opus 32, estrenado en 1918, consta de siete movimientos; uno a cada planeta dedicado. Sin una significación mitológica o astrológica, cada uno de ellos va desfilando por el escenario orquestal con características propias, profundamente marcadas. Según el mismo autor son "siete influencias del destino y componentes de nuestro espíritu".

Marte: el portador de la Guerra
una página de violenta fuerza y de ritmo implacable abre la partitura:

(vídeo HDclassical)

Venus: el portador de la Paz
momento de hadas a tempo lento.
Mercurio: el Mensajero alado
primer scherzo aéreo
Júpiter: el portador de la Alegría
profundamente alegre y popular, este movimiento se culmina en un verdadero himno melódico:

(vídeo Carlos Garcia)

Saturno: el portador de la Vejez
metales sombríos
Urano: el Mago
segundo scherzo, violento por momentos
Neptuno: el Místico
música de susurro instrumental que finalmente vibra en un coro femenino sin palabras

(vídeo doramas67)

Música programática sin programa.
Música para todos los públicos.

Música para mirar al Cielo.

2 comentarios:

pfp dijo...

tanto mirar la luna este verano, y no había disfrutado de estos planetas sensacionales de Holst...

gracias por el regalo, barbazul

Barbebleue dijo...

gracias a ti, pfp, por mirar al cielo...