domingo, 28 de abril de 2013

2. RESURRECCIÓN, en Do menor



Grosse Auferstehung (1911) - W. Kandinsky

¡Resucitarás, sí resucitarás,
polvo mío, tras breve descanso!
¡Vida inmortal
te dará quien te llamó!

La Segunda Sinfonía de Gustav Mahler encuentra su génesis en un poema sinfónico, de escaso éxito vista la despiadada crítica que le dedicó el director Hans von Bulow; se trataba de Totenfeier (Ritos fúnebres).

Poco a poco Mahler lo va encajando, como primer movimiento, en su proyectada segunda obra sinfónica, de la que avanza en dos nuevos movimientos, segundo y tercero. Pero no es hasta otro encuentro con Bulow, esta vez en su funeral, cuando el compositor da forma definitiva a su obra, a partir del poema Die Auferstehung (La Resurrección) de Fiedrich Gottlieb Klopstock (1724-1803) interpretado durante las exequias del conductor. A partir de dicho texto, reelaborado por Mahler, cobra sentido toda la Sinfonía, en un movimiento final absolutamente impresionante y glorioso: el problema de la vida y de la muerte resuelto en la Resurrección.

Todo el Universo musical mahleriano concentrado en la primera obra de la trilogía sinfónica basada en los Wunderhorn Lieder.  Con un contingente de medios descomunal también es pionera en la introducción de la voz, en este caso soprano, alto y Coro. En total, cinco movimientos en torno a hora y media de duración:

1. Allegro maestoso: es el Totenfeier, una marcha fúnebre de amplia envergadura y poderoso dramatismo, cuyo tema basado en el Dies Irae será retomado en el finale.

2. Andante moderato: un plácido y sencillo laender vienés que evoca los tiempos felices de la vida.

3. In ruhig fliessender Bewegung: basado en el lied San Antonio de Padua predica a los peces, tiene un desarrollo incansable a modo de movimiento perpetuo con aromas de su Bohemia natal, pero donde aparece ya el “grito de desesperación”

4. Urlicht: un nuevo Wunderhorn lied , para alto, que en forma luminosa introduce el gran final.

5. Im Tempo des Scherzos: este descomunal movimiento se divide en dos amplias partes. La primera, puramente instrumental, se abre con el grito de desesperación para desarrollarse desde Dies Irae hasta el tema de la Resurrección con amplias repeticiones y modificaciones que van preparando la llegada de la segunda parte. Los tutti de la orquesta nos pasan de la nada al Todo con tan solo dejarnos llevar…

Entra el Coro en pianissimo y a cappella e introduce la parte final declamando el poema de Klopstock en sucesivos versos intercalados con sublimes interludios orquestales, a los que se van uniendo los dos solistas, para, incrementando la tensión, llegar al clímax de la obra con el Coro en fortissimo y el tañido de campanas.

Siendo Georg Solti un destacado mahleriano, especialmente referencial en la lectura de La Segunda, escuchemos su interpretación de la parte final de la obra, desde la entrada del Coro, en un concierto en vivo en la Philharmonie el 3 de marzo de 1979, con Lucia Popp, Mira Zakai, el Coro de la Catedral de Santa Eduvigis y la Orquesta titular, la Filarmónica de Berlin:

(vídeo Barbebleuei)

7 comentarios:

Josefina dijo...


Infinitamente bella esta sinfonía,
ha llegado al dolor más íntimo de mi ser y, sin rozarlo apenas, lo ha transformado en amor.

Gracias, Barbebleue.

"Con alas que he conquistado
en ardiente afán de amor, ¡levantaré el vuelo hacia la luz que no ha alcanzado ningún ojo! ¡Moriré para vivir!"

Barbebleue dijo...

Otra de las cualidades de la Gran Música: ser un Consuelo. En este caso, Explícito y Sublime.

Un beso, Josefina.

pfp dijo...

Josefina lo ha dicho todo, gracias, Josefina, gracias, barbazul...

besos a los dos

Barbebleue dijo...

... pues yo tampoco añado nada más, salvo un beso, pfp

Anónimo dijo...

Me gustaría llevármela algún día, Barbe. Por aquello de superar la muerte, la tristeza...

Gracias.

Barbebleue dijo...

Cuando te sea necesaria, Anderea.

Anónimo dijo...

Gracias.