La energía, la capacidad de transformación del Arte, es una de las cualidades innatas a la obra maestra, imprescindible para su efecto y transmisión. Una potencia vivificadora que es condición superior, puntal y clave de bóveda de una partitura o de un intérprete.
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En el género del jazz-rock o fusión, una de las bandas más energéticas que he conocido ha sido la primera Mahavishnu Orchestra. No hacen falta millones de vatios de potencia, ni gritar en exceso, para transmitir la energía de la gran música, la fibra interior del sentimiento.
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En el género del jazz-rock o fusión, una de las bandas más energéticas que he conocido ha sido la primera Mahavishnu Orchestra. No hacen falta millones de vatios de potencia, ni gritar en exceso, para transmitir la energía de la gran música, la fibra interior del sentimiento.
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Durante los setenta, el extraordinario guitarrista inglés John Mclaughlin, conocido también como Mahavishnu, venía de tocar en las revolucionarias obras de Miles Davis (Bitches brew, por ejemplo) y en su enorme riqueza interior virada a oriente, montó su Orchestra con otros destacados instrumentistas, todos nombres de gran altura en el mundillo jazzístico de la época:.
Rick Laird, bajo eléctrico.
Jan Hammer, teclados.
Jerry Goodman, violín eléctrico.
Billy Cobham, percusionista fuera de serie, también acompañante del gran Miles.
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Esta primera Mahavishnu era puro fuego espiritual; luego vendrían reediciones menos interesantes, más elegantes y oníricas pero sin la energía primitiva, con incursiones en la denominada Third-Stream unificando jazz, rock y clásica con ilustres colegas: el director de orquesta Michael Tilson Thomas, el violinista de jazz Jean-Luc Ponty, o el productor George Martin, … Pero esa es otra historia.
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Las características de esta banda incomparable, por belleza, potencia y personalidad, eran:
* Poderosos ritmos, lanzados desde la percusión, desasosegantes, intensos, asfixiantes, febriles, imparables, …
* Melodías aéreas de aroma oriental, sobrevolando la vorágine rítmica.
* Arabescos y figuraciones exóticas por encima del adorno, de elevada capacidad estética.
* Instrumentación refinada, directa, ampliamente distorsionada, con cincelados solos justos y necesarios, sin hojarasca. Impagable la contundencia percutiva de Cobham y la agilidad, elegancia y el vivificante sonido de la mítica guitarra de doble mástil de Mclaughlin
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Su segundo álbum “Birds of Fire” (1973) fue la orgullosa cima de una Orchestra de inmensa espiritualidad consumida en un pasional y físico incendio musical. Escuchemos tres temas:
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Birds of fire: Inicio a lo grande con tres golpes de gong seguidos de acordes de guitarra que introducen un taquipneico ritmo sobre figuraciones del violín. La guitarra se explaya desafiante sobre todo ese fuego. El tema obsesivo del violín se perpetúa para introducir el solo en los teclados, mientras toda la banda se acelera en un energético crescendo final anárquico:
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Sanctuary: Acordes de guitarra sobre platillos misteriosos, entrada de la inquietante y exótica melodía en el violín mientras se instala el ritmo. Redoble percutivo para entrar en una sección aérea a cargo de los teclados, que se eleva en el agudo solo de guitarra. Nuevo redoble que nos devuelve a la melodía original más proteica y desasosegante que nunca:
Sanctuary: Acordes de guitarra sobre platillos misteriosos, entrada de la inquietante y exótica melodía en el violín mientras se instala el ritmo. Redoble percutivo para entrar en una sección aérea a cargo de los teclados, que se eleva en el agudo solo de guitarra. Nuevo redoble que nos devuelve a la melodía original más proteica y desasosegante que nunca:
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.Thousand Island Park: tema íntimo y delicado iniciado con el diálogo de guitarra acústica y piano, que plantean un tema juguetón, que se va desarrollando plácidamente en ambos instrumentos sobre una línea de bajo eléctrico:
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7 comentarios:
Yo era más de Weather Report. No sé por qué la Mahavishnu nunca me enganchó, porque mira que estaban bien.
Me ocurrió lo contrario, Allau. Mira que tenían gente extraordinaria los Report pero nunca me impactaron tanto como la Mahavishnu, tampoco Return to Forever.
Sería por el aroma oriental... ¿?
A pesar del aroma oriental, los dos primeros temas me han producido inquietud y desconfianza, el tercero me ha gustado mucho, mucho.
Ya ves, voy experimentando músicas nuevas para mi... pero música.
Josefina, deberías escuchar de nuevo el segundo tema. Tal vez ahora te produzca quietud y confianza...
Siempre resulta agradable experimentar nuevas estéticas y sonidos. Así uno elige mejor sus preferencias.
Hmmm, me persigue el Viagra. ¿Será una señal?
(Comentario anterior suprimido por ser únicamente publicitario)
esos golpes de gong iniciales y toda la percusión acompañando a las figuraciones de violín... me quedo con los "pájaros de fuego"; fuego con traca final de castillo de fuego, de fuegos artificiales... fiestón total
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