Cuantos me conocen saben de mi devoción hacia el director, compositor y musicólogo italiano FM Sardelli . Tal vez por su apariencia cuidadamente excéntrica (recuerda físicamente a F. Zappa), su atrayente lenguaje corporal en el podio, sus sempiternos calcetines rojos con traje negro, su magnetismo personal, y¡cómo no! por su extraordinaria calidad musical sustentada en unos hondos conocimientos humanísticos (en realidad debe de ser por el conjunto de todas). Es por ello que no me ha costado en absoluto perdonarle los cortes (siete arias, un dúo y los balli de cierre de los tres actos) con que presentó su versión del Ariodante (1734) de GF Händel en el Via Stellae, pocos días más tarde de hacerlo en el Festival de Beaune.
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La lectura que nos ha ofrecido con su increíble orquesta Modo Antiquo ha sido de una luminosidad y una transparencia asombrosas. Un acercamiento al Händel maduro, trágico y desencantado, desde una visión italiana, soleada, de tempi ágiles, bien contrastada y con dinámicas bien evidentes pero siempre controladas y musicalísimas. La sonoridad de la cuerda es decididamente indescriptible, más si en un teatro pequeño como era el caso te sitúas en tercera fila directamente al lado de las corcheas. ¡Hay que escucharlos! Estorban las palabras, habla el vello corporal.
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El reparto vocal era el mismo del festival francés, salvo Agnete Munk Rasmussen que por enfermedad de Jaël Azzaretti la sustituyó en el papel de Dalinda. La jerarquía resultó perfectamente marcada según la importancia de los papeles, y el conjunto resultó redondo.
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Ann Hallenberg dibujó un Ariodante de referencia, algunos aficionados hablaban de histórico. La mezzo sueca derrama un embriagador timbre, una rica y sensual carnosidad en toda la tesitura, ataque decidido, apianados prodigiosos, fenomenal coloratura y altas cotas de dramatismo. Sus grandes arias (‘Con l’ali di Constanza’, ‘Scherza infida’, ‘Dopo la notte’, …) resultaron electrizantes, subyugantes, emocionantes, ganándose del respetable todas las variaciones del brava!.
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La lectura que nos ha ofrecido con su increíble orquesta Modo Antiquo ha sido de una luminosidad y una transparencia asombrosas. Un acercamiento al Händel maduro, trágico y desencantado, desde una visión italiana, soleada, de tempi ágiles, bien contrastada y con dinámicas bien evidentes pero siempre controladas y musicalísimas. La sonoridad de la cuerda es decididamente indescriptible, más si en un teatro pequeño como era el caso te sitúas en tercera fila directamente al lado de las corcheas. ¡Hay que escucharlos! Estorban las palabras, habla el vello corporal.
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El reparto vocal era el mismo del festival francés, salvo Agnete Munk Rasmussen que por enfermedad de Jaël Azzaretti la sustituyó en el papel de Dalinda. La jerarquía resultó perfectamente marcada según la importancia de los papeles, y el conjunto resultó redondo.
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Ann Hallenberg dibujó un Ariodante de referencia, algunos aficionados hablaban de histórico. La mezzo sueca derrama un embriagador timbre, una rica y sensual carnosidad en toda la tesitura, ataque decidido, apianados prodigiosos, fenomenal coloratura y altas cotas de dramatismo. Sus grandes arias (‘Con l’ali di Constanza’, ‘Scherza infida’, ‘Dopo la notte’, …) resultaron electrizantes, subyugantes, emocionantes, ganándose del respetable todas las variaciones del brava!.
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Karina Gauvin dio con su Ginevra una réplica a la altura de la descomunal mezzo. Riquísima en matices así como en armónicos, cantó con una facilidad pasmosa, y una línea vocal de embeleso, zarandeando a los asistentes con una emotiva aria “Il mio crudel martoro” que cortaba la respiración, no la suya pues su fiato es inagotable.
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Ambas cantantes unieron a sus fantásticas dotes vocales, una complicidad y una homogeneidad que contribuyó en gran manera al triunfo de la velada.
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Maarten Engeltijes, el joven contratenor que encarnó a Polinesso, supuso todo un descubrimiento: agilidad, belleza, transparencia, elegancia. Sergio Foresti como el Re mantuvo la media alta con su voz atractiva, aún sin ser abrumadora resultaba redonda y conmovedora. En los personajes más secundarios el nivel descendió, como es natural, pero manteniendo con dignidad la riqueza del conjunto, sufriendo el mayor número de cortes en sus originales intervenciones. Krystian Adam, tenor, cantó el Lurcanio y el Odoardo con sentimiento y gusto, sin exceso pero con convicción. La Dalinda de Munk Rasmussen fue casi de soubrette, con una coloratura algo forzada y una cierta heterogeneidad en el agudo.
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La ovación y el griterío finales fueron antológicos: un éxito rotundo y clamoroso. Como el pasado año, Sardelli ha puesto el listón muy alto, dejando un Händel mágico en el Teatro Principal, y a unos espectadores rendidos y felices, entregados. Fuera esperaba una tabla de quesos del país regada con buen Godello. Bravissimo!
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Acompaño la reseña con algunas arias destacadas de esta versión, grabadas en el Festival de Beaune el pasado día 4 de julio con los mismos intérpretes:
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Ambas cantantes unieron a sus fantásticas dotes vocales, una complicidad y una homogeneidad que contribuyó en gran manera al triunfo de la velada.
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Maarten Engeltijes, el joven contratenor que encarnó a Polinesso, supuso todo un descubrimiento: agilidad, belleza, transparencia, elegancia. Sergio Foresti como el Re mantuvo la media alta con su voz atractiva, aún sin ser abrumadora resultaba redonda y conmovedora. En los personajes más secundarios el nivel descendió, como es natural, pero manteniendo con dignidad la riqueza del conjunto, sufriendo el mayor número de cortes en sus originales intervenciones. Krystian Adam, tenor, cantó el Lurcanio y el Odoardo con sentimiento y gusto, sin exceso pero con convicción. La Dalinda de Munk Rasmussen fue casi de soubrette, con una coloratura algo forzada y una cierta heterogeneidad en el agudo.
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La ovación y el griterío finales fueron antológicos: un éxito rotundo y clamoroso. Como el pasado año, Sardelli ha puesto el listón muy alto, dejando un Händel mágico en el Teatro Principal, y a unos espectadores rendidos y felices, entregados. Fuera esperaba una tabla de quesos del país regada con buen Godello. Bravissimo!
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Acompaño la reseña con algunas arias destacadas de esta versión, grabadas en el Festival de Beaune el pasado día 4 de julio con los mismos intérpretes:
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'Con l'ali di constanza'
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La intensísima 'Scherza infida'
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'Il mio crudel martoro'
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La intensísima 'Scherza infida'
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'Il mio crudel martoro'
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'Doppo notte'
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Añado enlaces para descargar este Ariodante en la función de Beaune (4 julio 2009):
Ariodante - Ann Hallenberg, mezzosoprano
Ginevra - Karina Gauvin, soprano
Polinesso - Maarten Engeltjes, contratenor
Dalinda - Yaël Azzaretti, soprano
Lurcanio/Odoardo - Krystian Adam, ténor
Il Re di Scorzia - Sergio Foresti, bajo
Modo Antiquo
FM Sardelli
9 comentarios:
Me alegro de que disfrutases de este OPERÓN que es Ariodante, sobre todo teniendo en cuenta que tanto en el podio como en el papel principal tenías a dos especialistas. Gracias por los enlaces.
Qué bien, Barbe, veo que disfrutaste un montón...! Gracias por los enlaces...
es un gusto leertelo contar, gracias
¡Qué maravilla Barbe!
Siempre he querido saber como suena Ann Hallenberg al natural. En disco me encanta, pero muchas veces lo que en disco suena de maravilla, en el teatro o en la sala de concierto se intuye (caso Mingardo, por ejemplo).
Me alegra un montón que nos hagas los dientes largos.
Gracias a todos. Decididamente este Festival me alegra los veranos.
Me encantó lo que nos dejaste pero ¿para cuando un you tube para los quesos y el godello?. Muchas gracias.
!Bellísimo!
Quién tuviera nuevas palabras para expresar una emoción contenida que no encuentra la luz más que en sí misma.
Estoy de acuerdo en que las protagonistas estuvieron magníficas, en que el resto del reparto presentó un nivel aceptable, y en que el carácter que Sardelli imprimió a la obra fue vibrante y efectivo pero la orquesta desafinó constantemente.Además de las trompas, la cuerda tocó por aproximación en muy repetidas ocasiones. Es cierto que las condiciones del Principal no son las mejores desde muchos puntos de vista, pero ya el año pasado el primer coro de la Juditha fue para salir corriendo ya que aquello sonaba a rayos. No me sirve el argumento de que son trompas naturales o instrumentos de tripa. Luego llega otra gente y suena bien.
Coincido con un comentario anterior en que muchos de estos grupos/cantantes historicistas son grupos de estudio. En directo la cosa defrauda. Días atrás Alessandrini tapó constantemente a la Mingardo. Cierto que no es difícil taparla, pero sabiendo las condiciones de la solista, creo que debió de prestar más cuidado al balance.
Conchita, lo malo de 'youtube' es que carece de capacidad para conmover gusto y olfato.
Hola Carlos, bienvenido, yo también estoy de acuerdo con la magnificencia de las protagonistas, la mística de Sardelli, el ocultamiento de la Mingardo (algo harto fácil), también con la exactitud de las notas de las trompas naturales(aunque aquí a estas alturas ya habrás podido comparar con las de Alan Curtis que directamente estaban en otra octava), incluso podría concederte el beneficio de la duda sobre la perfección de la afinación en las cuerdas, a tanto no llego, pero no me negarás la belleza de su acariciante sonido, la homogeneidad de su conjunto, la expresividad de sus ataques,... y ¡hombre! 'desafinó constantemente' me parece, cuando menos, excesivo. Pero en lo que estoy en radical desacuerdo es en el comentario de que son 'grupos de estudio': la expresividad, el dramatismo, la comunicación, la magia musical que transmite Modo Antiquo (o Il Giardino Armonico, etc) en directo es un plus que la inmensa mayoría de los que abarrotábamos el T. Principal, este año y el pasado, no quisiéramos perdernos jamás.
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