domingo, 11 de enero de 2009

Primer domingo tras la Epifanía: BWV 32

Liebster Jesu, mein Verlangen (Dulce Jesús, mi anhelo) fue compuesta en 1726 en Leipzig. Su texto está basado en el episodio del extravío del niño Jesús en el templo, según el evangelio del día. Se trata de uno de los mejores ejemplos de Cantata dialogada: el alma (soprano) y Jesús (bajo)
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En el aria de soprano que inicia la obra, un lamento de contenida ansiedad, la voz solista está concertada con la quejumbrosa melodía del oboe y toda su gama de dulzura:
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Arleen Auger, soprano
Bach-Collegium Stuttgart
Helmuth Rilling

2 comentarios:

Anónimo dijo...

!Qué dulce caminar sobre las huellas de quien ha iniciado el hermoso diálogo! y dejarse llevar por la resonancia de esta Cantata que invita a la intimidad y que, aun con la carga de tristeza que se adivina, no deja por ello de poseer el brillo de la esperanza...

pfp dijo...

"lo sublime conmueve, lo bello encanta" dice el Sr. Kant

pues a mi esta aria me conmueve, debe ser sublime