A mediados de los años
cincuenta, cuando Frank Zappa consiguió por fin hablar por teléfono con su
ídolo musical de juventud, Edgar Varèse, el compositor nacido en París le
comentó que estaba trabajando en una nueva obra titulada “Déserts”. Esta
circunstancia estimuló todavía más la imaginación del adolescente Zappa pues
por entonces el músico norteamericano vivía cerca del desierto de Mojave,
California. Desde entonces Zappa tomaría como suya la máxima de su maestro: “The present-day composers refuse to die”.
Edgar Varèse (1883-1965) es
un compositor muy personal, inimitable, explorador infatigable del sonido
acústico y electrónico, divulgador y maestro del timbre instrumental, profundo
y provocador como artista avanzado a su tiempo.
“Déserts”, la nueva
partitura de Varèse tras veinte años sin escribir para orquesta, no explicita
el desierto de arena, el páramo exterior, sino el desierto interior, la soledad
profunda del ser humano. En palabras escritas del propio músico: “Déserts significa para mí no solamente los
desiertos físicos, de arena, de mar, las montañas o la nieve, del espacio
exterior, las calles desiertas en las ciudades; no solamente esos aspectos
baldíos de la naturaleza, que evocan la esterilidad, el alejamiento, la
existencia fuera del tiempo, sino también ese lejano espacio interior que
ningún telescopio puede alcanzar, donde el hombre está solo en un mundo de
misterio y de soledad esencial” (carta a Ódile Vivier).
Obra para viento y
percusiones, que incluyen el piano, explora ese íntimo interior plagado de
silencios. En las disonancias desatadas de los vientos, en sus ritmos
imposibles, en los variados y refinados timbres, en la intensa repetición de
motivos, en el exquisito sentido del color, o en la quietud sonora que emana,
hallamos el latido del corazón más profundo y las preguntas más antiguas que
todos nos hacemos cuando cerramos los ojos en compañía de uno mismo.
La partitura completa
incluye también tres pasajes de “sonidos organizados”, material sonoro grabado
en cinta magnética que incluye ruidos de fábricas o improvisaciones de músicos
en directo. Si bien este conjunto pre-registrado está hoy día disponible para
su ejecución con la parte orquestal, el propio compositor precisó que “Déserts”
podía ser ejecutado sin el añadido de música electrónica. Así lo podemos
disfrutar en el siguiente vídeo:
3 comentarios:
parece muy adecuado iniciar el año con una música que nos acerque a nuestros desiertos particulares, que sirva para comprender y comprendernos más y mejor...
feliz año, felices músicas!
En ese silencio interior, donde el arte de las musas se inspira en la armonía de las esferas celestes, discurren nuestras vidas cuando la soledad es el desierto profundo de un mundo lleno de misterios
El desierto de la soledad también tiene su belleza.
Gracias, pfp. Gracias, Josefina.
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