Fue apagarse las luces en la sala y
aparecer un hombre enjuto, dinámico, completamente de negro, salvo el bies
rojizo de la camisa, bajo el foco que destacaba a un Stenway & Sons gran cola.
Energía fue la intensa impresión que transmitió el muy galardonado pianista Paul
Lewis mientras recorría
los escasos metros desde el backstage;
energía en el contenido saludo al público; energía al sentarse en
la medida butaca y comenzar de inmediato con las primeras notas de la
Sonata para piano n.º
9 en Si mayor D575 de
Franz Schubert.
Con esta obra casi experimental daba
comienzo su recital en el excelente Ciclo
EnclavedeCámara que se
viene desarrollando en nuestra ciudad.
A continuación, sin apenas pausa
para unos contenidos aplausos, Lewis leyó las íntimas Cuatro
Baladas op.10 de
Johannes Brahms.
Tras el breve intermedio, con renovada energía, siguió con un
Brahms maduro y a ratos melancólico, sus Tres
Intermezzi op 117,
para terminar con Franz
Liszt y una pieza rotunda
de sus Años de Peregrinaje: “Après
une lecture du Dante. Fantasia quasi Sonata”.
Aquí ya hubo gigajulios de entrega, en una lectura descomunal y muy vehemente.
La impresión final es que Paul
Lewis es efectivamente energía; energía física, mecánica,
electromagnética, termodinámica, pero energía en forma proteica.
No hay en su pianismo concesión al glúcido, ni mucho menos a la
grasa. Como su propio cuerpo, como su gestualidad artística desde
las manos a las piernas, desde la cabeza al abdomen, Lewis es pura
estructura, sin concesiones. Con una técnica apabullante, su
discurso instrumental fluye sin desmayo, con una contundencia que
pudiendo pecar de mecánica, se envuelve en un dinamismo que lo
vuelve pasional. De ahí su elección del repertorio más adecuado:
los grandes y proteicos compositores para piano del XIX, desde
Beethoven hasta Brahms.
De ahí la sabia elección, y el
orden, del programa de su recital: Schubert – Brahms – Liszt. Tan
solo eché en falta un rabioso Beethoven , como este que hoy les
propongo: Sonata n.º
23 op 57 en Fa menor “Appassionata”:
(vídeo noaxfreeloader)
Lo dicho, proteína, fibra,
dinamismo, … Energía: por tanto, trabajo y calor.
3 comentarios:
INMENSO, el cerebro de de Beethoven!
Vi a Paul Lewis en Barcelona hace unos cuantos años y me gustó muchísimo. Era un prodigio de entrega, respeto, seriedad. Se merece el prestigio y el éxito que tiene y celebro que lo hayas disfrutado live.
He escuchado solo un rato el Beethoven que has puesto. Reincidiré y volveré a sentir su fuerza subterránea.
Beso, Barbe.
Sinceramente creo que Lewis respeta y entiende el inmenso cerebro de don Ludwig.
Besos pfp, besos Glòria.
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