Milán.
Primeras décadas de 1800. Teatro La Scala. Verdi. El Conservatorio.
Todas
estas variables de uno de los períodos más fructíferos de la Música, cuentan
con un denominador común, todavía hoy bastante desconocido, llamado Alessandro
Rolla (1757-1841)
Es de
amplio conocimiento que Giuseppe Verdi fue rechazado en su intento de acceder
al Conservatorio milanés. Uno de los integrantes del jurado fue el mencionado
Rolla, quien, sin embargo, encauzó positivamente la formación musical del joven
músico de Busseto. La razón de su presencia no era otra que ser el primer
violín y director de la orquesta de La Scala de Milán, y profesor en dicho
Conservatorio.
Alessandro Rolla había nacido en Pavia, un año
más tarde que Mozart. Tras estudiar en Milán, a finales del XVIII era ya primer
violista de la Orquesta Ducal de Parma, donde conoció al gran Paganini (aquí no
hay consenso respecto a si fue alumno suyo). En 1802 llegó al primer puesto
musical en el Teatro milanés, donde desarrolló una brillante labor como instrumentista
y director de la orquesta durante treinta y un años. Años más tarde, fue
nombrado primer profesor de violín y viola en el Conservatorio de la ciudad.
Además
de gran virtuoso del violín, consiguió dar un gran realce al valor de la viola
como instrumento solista. Publicó un abundante opus pedagógico sobre técnica
instrumental de la hermana mayor del violín. Desde el podio de dirección vivió
la gran eclosión del belcantismo,
pasando por su batuta obras universales de Rossini, Bellini o Donizetti, amén de las obras maestras de Wolfgang
Amadeus.
La
composición fue otra de sus ingentes tareas, más centrada en el tratamiento de
los instrumentos de cuerda, de nuevo con especial fervor hacia la viola,
instrumento al que dedicó numerosas piezas, para su mayor gloria. El gusto por
la melodía cantabile y el alto
virtuosismo técnico son constantes en su opus.
Habiendo
vivido en un período tan especial, en su música se pueden rastrear arqueológicos
rescoldos del estilo galante, la
perfecta arquitectura clasicista de Haydn, la elegante sutileza de Mozart o la
pasión romántica de Beethoven, de quien se declaró ferviente admirador y cuya
obra ayudó a difundir en Italia.
Su Divertimento
en Fa mayor para viola y cuerdas, en dos movimientos, es un precioso
ejemplo de genialidad compositiva y técnica instrumental desatada.
I. Andante
sostenuto: dolorida melodía casi vocal que se desliza con timidez
II. Allegro
alla polacca: refinado galope venido del norte
(vídeo
Valentina de filippis)
Simonide
Braconi, viola
Orchestra
da Camera "Ferruccio Busoni" di Trieste .
Massimo
Belli, director
4 comentarios:
fíjate, que me parece que Verdí aprovechó bien la formación con Rolla... ¡¡¡ese Allegro alla pollaca¡¡¡¡
barbazul, como siempre un placer¡
el chico era inteligente, sin duda!
el gusto es mío, pfp
no sé si me he explicado, del minuto 6 en adelante, me ha sonado muy verdiano¡
es curioso! este Rolla suena a muchas cosas... A Mozart también.
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