domingo, 11 de enero de 2015

Música para Viola desde La Scala


Milán. Primeras décadas de 1800. Teatro La Scala. Verdi. El Conservatorio.
Todas estas variables de uno de los períodos más fructíferos de la Música, cuentan con un denominador común, todavía hoy bastante desconocido, llamado Alessandro Rolla (1757-1841)

Es de amplio conocimiento que Giuseppe Verdi fue rechazado en su intento de acceder al Conservatorio milanés. Uno de los integrantes del jurado fue el mencionado Rolla, quien, sin embargo, encauzó positivamente la formación musical del joven músico de Busseto. La razón de su presencia no era otra que ser el primer violín y director de la orquesta de La Scala de Milán, y profesor en dicho Conservatorio.

Alessandro Rolla había nacido en Pavia, un año más tarde que Mozart. Tras estudiar en Milán, a finales del XVIII era ya primer violista de la Orquesta Ducal de Parma, donde conoció al gran Paganini (aquí no hay consenso respecto a si fue alumno suyo). En 1802 llegó al primer puesto musical en el Teatro milanés, donde desarrolló una brillante labor como instrumentista y director de la orquesta durante treinta y un años. Años más tarde, fue nombrado primer profesor de violín y viola en el Conservatorio de la ciudad.

Además de gran virtuoso del violín, consiguió dar un gran realce al valor de la viola como instrumento solista. Publicó un abundante opus pedagógico sobre técnica instrumental de la hermana mayor del violín. Desde el podio de dirección vivió la gran eclosión del belcantismo, pasando por su batuta obras universales de Rossini, Bellini o Donizetti, amén de las obras maestras de Wolfgang Amadeus.

La composición fue otra de sus ingentes tareas, más centrada en el tratamiento de los instrumentos de cuerda, de nuevo con especial fervor hacia la viola, instrumento al que dedicó numerosas piezas, para su mayor gloria. El gusto por la melodía cantabile y el alto virtuosismo técnico son constantes en su opus.

Habiendo vivido en un período tan especial, en su música se pueden rastrear arqueológicos rescoldos del estilo galante, la perfecta arquitectura clasicista de Haydn, la elegante sutileza de Mozart o la pasión romántica de Beethoven, de quien se declaró ferviente admirador y cuya obra ayudó a difundir en Italia.

Su Divertimento en Fa mayor para viola y cuerdas, en dos movimientos, es un precioso ejemplo de genialidad compositiva y técnica instrumental desatada.
I. Andante sostenuto: dolorida melodía casi vocal que se desliza con timidez
II. Allegro alla polacca: refinado galope venido del norte

(vídeo Valentina de filippis)

Simonide Braconi, viola
Orchestra da Camera "Ferruccio Busoni" di Trieste.
Massimo Belli, director

4 comentarios:

pfp dijo...

fíjate, que me parece que Verdí aprovechó bien la formación con Rolla... ¡¡¡ese Allegro alla pollaca¡¡¡¡

barbazul, como siempre un placer¡

Barbebleue dijo...

el chico era inteligente, sin duda!

el gusto es mío, pfp

pfp dijo...

no sé si me he explicado, del minuto 6 en adelante, me ha sonado muy verdiano¡

Barbebleue dijo...

es curioso! este Rolla suena a muchas cosas... A Mozart también.