viernes, 24 de febrero de 2012

Messiaen: SEPT HAÏKAÏ

En este mundo,
Encima del infierno,
Viendo las flores
-Kobayashi Issa- (1762-1826)
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El Haiku ó Haikai es un poema breve japonés, de tres versos no rimados subdivididos en cinco, siete y cinco moras o sílabas; de ambientación natural, su impactante lirismo recae en su sencillez y en su condensación evocadora.
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En 1962 tras un viaje de conciertos por Japón, un Olivier Messiaen (1908-1992) profundamente impresionado por el país del sol naciente, compuso unos Proyectos para pequeña Orquesta y Piano solo: Sept Haïkaï.
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Siete breves piezas, a modo de haikus, donde condensaba sus impresiones sobre lo que había visto, oído y entendido del Japón. El conjunto, de una belleza tímbrica arrebatadora (feliz síntesis entre el mundo musical de Messiaen, alternativo y naif, y el exotismo de extremo oriente, y más acá), es perfectamente simétrico: una Introducción y una Coda engloban dos evocaciones del paisaje y dos imitaciones de cantos de pájaros, dejando la parte central, el cuarto haïkaï, para una lenta y ceremoniosa música imperial: Gagaku. Un ciclo rítmico eterno...
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I. Introducción: ritmos de la India, polifonía compleja, un canto sólido; como los dos reyes guardianes que encuadran la entrada a los templos budistas (Messiaen)
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II. El Parque de Nara y las Linternas de Piedra: evocación paisajística de la región de Nara, con su templos y su avenida principal con 3000 linternas de piedra.
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III. Yamanaka – Cadenza: el canto de los pájaros del lago Yamanaka, al pie del monte Fuji, con cadenza del piano:
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Haikus I-III:
(vídeo NewMusicXX)
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IV. Gagaku: pieza hierática, estática, a la vez religiosa y nostálgica: movimiento lento, implacable (Messiaen). El encanto irritante de los instrumentos de la música de la corte imperial japonesa: Shô (órgano de boca) e Hichiriki (oboe primitivo) reemplazados por un grupo de ocho violines y una trompeta, respectivamente.
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V. Miyajima y el Torii en el Mar: nueva evocación paisajística saturada de color, de una montaña cubierta de pinos y arces japoneses, que alberga un precioso templo sintoísta, y un torii (pórtico) en el mar. Imaginad todos esos colores mezclados, el verde de los pinos, el oro yel blanco del templo, el azul del mar, el rojo del torii (Messiaen)
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Haikus IV-V:
(MrRaph87)
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VI. Los Pájaros de Karuizawa: vuelven los cantos de los pájaros de montaña, de la región cercana al volcán Asama-Yama, con nuevas cadenzas del piano.
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VII. Coda: retoma la introducción para completarla, y cerrar la obra con el segundo rey-guardián.
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Haikus VI-VII:
(MrRaph87)
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Joela Jones, piano
The Cleveland Orchestra
Pierre Boulez
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Dedicatoria de Olivier Messiaen : « A Yvonne Loriod, à Pierre Boulez, à Madame Fumi Yamaguchi, à Seiji Ozaw, à Yoritsuné Matsudaïra, à Sadao Bekku et Mitsuaki Hayama, à l'ornithologue Hoshino, aux paysages, aux musiques, et à tous les oiseaux du Japon ».

viernes, 17 de febrero de 2012

El piano transparente de Mozart: Sonatas (1)

On croirait voir la robe ou l'ombre transparente
D'un esprit qui voyage et passe dans les cieux
-Baudelaire-
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Conviene insistir: el genio musical de WA Mozart encuentra en el piano su medio más natural de expresión; engloba y expone toda su potencia creadora, que es inmensa y que trasciende a lo conocido como música de entretenimiento. Va mucho más allá del denominado estilo galante, deudor en su caso de FJ Haydn, para transmitirnos una Belleza clásica y refinada.
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Mientras, Él, a lo largo de su vida iba clarificando su propio lenguaje sonoro, hasta llegar a la transparencia absoluta y esencial. Así lo vamos a ir descubriendo mientras recorremos esta mini serie sobre sus Sonatas para Piano, demostrando, una vez más, la bendita inutilidad del Arte. La Estética como fin...
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Dejando obviamente aparte sus primeras Sonatas, obras infantiles, perdidas en su totalidad, comenzamos por un primer grupo de seis Sonatas escritas entre el otoño de 1774 en Salzburgo y comienzos de 1775 en Mannheim: las KV 279-284.
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Sonata en si bemol mayor KV281: obra plenamente galante, intrascendente, pero ¡ay, cuán hermosa!; como todas, escrita en tres movimientos; y como casi todas, con la más alta cota de seducción habitando en su movimiento lento:
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II. Andante amoroso: suavidad, delicadeza, elegancia,... en las manos de la exquisita Maria Joao Pires:
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(vídeo Barbebleuei)

viernes, 10 de febrero de 2012

Szymanowski (x H-C)

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Una cosa no acepto.
Volver a ese lugar.
Renuncio al privilegio
de la presencia.

Te he sobrevivido suficiente
como para recordar desde lejos.

Wislawa Szymborska –Despedida de un paisaje-
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Uno de los grandes renovadores de la gran escuela musical polaca a comienzos del siglo XX, miembro del grupo Joven Polonia, fue Karol Szymanowski (1882-1937)

Precoz y dotadísimo compositor, dueño de una personalísima armonía, en cuya obra podemos rastrear diversas y cronológicas influencias: desde una primera etapa, post-romántica, deudora de Wagner y R. Strauss; una segunda fase simbolista e impresionista, influida por Debussy; hasta un retorno a valores nacionalistas basados en un folclore popular. A esta tercera y última fase pertenece su magnífica Sinfonía Concertante para piano y orquesta op. 60, compuesta en 1932 y dedicada a su mentor Artur Rubinstein.
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El auge y valoración de la obra del compositor, recordemos los recientes y exitosos montajes de su ópera Krol Roger en el GTL y TR, nos sirve hoy de excusa para presentar una flamante interpretación de su Sinfonía Concertante (27 de enero de 2012 Herkulessaal, Munich) bajo la batuta del granadino Pablo Heras-Casado, más que una promesa de la dirección orquestal española. Tras su afortunada incursión en el podio de la Filarmónica de Berlin, ahora nos llega al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, con Emanuel Ax al piano, en una lectura de impetuosa tensión y briosa dinámica, dejando la piel en cada arista. Escuchemos el segundo de sus tres movimientos:
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2. Andante molto sostenuto: un piano ostinato acoge un delicado diálogo melódico entre flauta y viola, el cual, tras unas figuraciones del solista, introduce un solo de violín que encadena un formidable crescendo en el tutti; un clímax que se relaja y evapora en delicados timbres cristalinos, avanzados por la flauta y sonorizados en el marfil:
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(vídeo Barbebleuei)

viernes, 3 de febrero de 2012

HWV 18

La decimoctava ópera de GF Händel tuvo por título TAMERLANO (1724), y fue fruto literario de una adaptación del libreto de CA Piovene sobre la tragedia Tamerlán o La Muerte de Bayaceto de J Pradon. Obra teatral de gran aceptación en el mundo lírico pues son varias las óperas sobre la misma temática:
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Il Gran Tamerlano (1706), de A Scarlatti
Il Tamerlano (1711), de F Gasparini
Il Gran Tamerlano (1771), de J Myslivecek
Y podemos añadir el pasticcio Bajazet (1735), de A Vivaldi
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Pero nadie mejor que Händel para moverse por esta imposible trama de locos amores cruzados y de míticos emperadores bipolares. Nadie mejor que el genio de Halle para poner en la voz del Senesino el fundamental papel de Andronico, o elevar a la tesitura de tenor al emperador otomano Bayaceto, consiguiendo, siglos después, que el ecléctico Domingo se sintiese atraído por el rol. Nadie mejor, efectivamente, que este formidable dramaturgo musical para navegar en un océano de dudas y malentendidos, con escenas de gran fuerza emocional, aromas exóticos y variedad de afectos:
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Acto I: presentación
Melancolía en el aria de Asteria S’ei non mi vuol amar:
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(vídeo tenar41146)
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Acto II: nudo
Pena en el aria de Andronico Cerco in vano:
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(vídeo sosarme1)
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Acto III: desenlace
Dulzura, valor y consuelo en el dúo de amantes, Andronico y Asteria, Vivo in te, mio caro bene:
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(vídeo tenar41146)
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Nancy Argenta, Asteria
Michael Chance, Andronico
English Baroque Soloists
Sir John Elliot Gardiner