Concierto de Brandemburgo n.3 en Sol mayor para tres violines, tres violas, tres violonchelos y continuo BWV 1048: en este tercer concierto JS Bach nos propone un juego de cuerdas en diálogo rítmico, una exploración de la sonoridad de la cuerda: su densidad, esa es la palabra. Utiliza este grupo instrumental de la orquesta formando 3 coros de violín, viola y violonchelo para conseguir un efecto de potencia y plenitud arquitectónicas sobre las que cimentar la perfección de la forma: La Armonía de las Esferas.
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La obsesión por los números, la simbología del 3 y sus múltiplos, lleva a Philip Pickett a hablarnos de un concierto astrológico, desde la Trinidad hasta las Nueve Musas.
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El primer movimiento, sin indicación de tempo, es tripartito en forma da capo, en la cual el retorno a la sección inicial deviene más amplio y con contratema asociado. Con el añadido de algunas partes de viento fue utilizado en la Cantata BWV 174
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El Adagio intermedio se compone de tan solo dos acordes de una cadencia frigia, sobre la que puede improvisar una voz de violín, o merodear el clave del continuo en bellas figuraciones.
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El Allegro final resulta una danza binaria que transita, de forma fugada en animado ritmo, entre las secciones de la cuerda, para mantener las esferas en perpetuo movimiento.
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Aquí lo tenemos en la versión del Concerto Italiano dirigidos por Rinaldo Alessandrini (vídeo HARMONICO101):
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La obsesión por los números, la simbología del 3 y sus múltiplos, lleva a Philip Pickett a hablarnos de un concierto astrológico, desde la Trinidad hasta las Nueve Musas.
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El primer movimiento, sin indicación de tempo, es tripartito en forma da capo, en la cual el retorno a la sección inicial deviene más amplio y con contratema asociado. Con el añadido de algunas partes de viento fue utilizado en la Cantata BWV 174
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El Adagio intermedio se compone de tan solo dos acordes de una cadencia frigia, sobre la que puede improvisar una voz de violín, o merodear el clave del continuo en bellas figuraciones.
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El Allegro final resulta una danza binaria que transita, de forma fugada en animado ritmo, entre las secciones de la cuerda, para mantener las esferas en perpetuo movimiento.
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Aquí lo tenemos en la versión del Concerto Italiano dirigidos por Rinaldo Alessandrini (vídeo HARMONICO101):
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ya no hay maderas ni cobres...
4 comentarios:
no hubiera imaginado nunca que esos dos acordes tan breves que enlazan el primer con el tercer movimiento fueran el adagio segundo movimiento¡
que curioso, y precioso, gracias por tus explicaciones Barbazul
la caída de blogger dejó mi comentario perdido por esas redes tan abstractas para mí como la música,...te decía, que me sorprendió ese par de acordes que enlazan el primer movimiento con el tercero fuera un movimiento también,... ¡ el no saber¡
gracias por tus explicaciones Barbazul
soy Pilar, desde el 5011 de Ezcaray,
mucho se ha elucubrado sobre este mini-movimiento: desde la teoría, ya descartada, del extravío; hasta las capacidades improvisatorias de la orquesta de Cöthen, y de Él mismo.
5011 agradecimientos.
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