La Sinfonía n.3 en fa mayor op 90 de J Brahms fue estrenada por la Filarmónica de Viena en 1883, obteniendo un gran éxito de público y crítica. Catalogada por el director del estreno, Hans Richter, como la Heroica brahmsiana, es considerada la más perfecta de sus obras sinfónicas.
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Escuchemos dos movimientos en la lúcida, decidida e imprescindible versión de la orquesta Philharmonia dirigida por Otto Klemperer. (vídeos de Addiobelpassato)
El tercer movimiento Poco allegretto, que se abre en una fluida y amplia melodía de los violonchelos, es de clima sereno pero sombrío, en el cual las cuerdas semejan maderas, las trompas, al retomar el tema inicial, parecen maderas; junto con las propias maderas del viento, forman la leña que arde en el hogar; un excepcional caso en el que la energía no se transforma sino que se bifurca:
El cuarto movimiento Allegro, trufado de temas y de un heroísmo muy personal, animoso y contenido, anima a salir a pasear en trineo entre abetos blancos, en las escasas horas de sol helado, sabiendo que nos espera la lumbre, para en sus rescoldos caer en la meditación: en la siempre meditativa música de Brahms:
6 comentarios:
También mis pensamientos, en la escucha de los dos movimientos de esta sinfonía, se han bifurcado en en nubes de ensueños, para transformarse al fin en la emoción placentera y serena de una meditación acunada por el calor del fuego del hogar.
Lo has hecho posible.
Gracias Barbebleue.
Gracias, Barbebleue.
Que sea una cálida noche de Reyes.
tengo que confesar que ayer noche mientras escuchaba esta maravilla me dió por meditar poco, al contrario no pude reprimer la tentación de comenzar el roscón de Reyes y abrir una botella de cava...
¡como en el cielo¡
No te engañes, Josefina: quien lo hace posible es Brahms.
Anderea: Brahms siempre arropa.
pilar, hay muchas maneras de combatir el invierno: la tuya es tripartita ¡como en el cielo!
Gracias por la visita, a las tres.
Ya pasada la fiesta de Reyes recibo este hermoso regalo de cuyas virtudes ya nos preparas en tu poético texto.
¡Feliz vuelta a la vida cotidiana y gracias, Barbe!
Hola Glòria: aunque uno no esté dotado para ir más allá de lo cursi o lo pedante, lo importante, lo trascendente, es que Brahms regala sentimientos; es su virtud. La nuestra, nada cotidiana, es saber recibirlos, manejarlos y hasta expandirlos...
Gracias.
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