martes, 21 de septiembre de 2010

Equinoccio de Otoño

hoja de Acer Freemanii (rubrum x saccharinum)
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El jueves 23 de septiembre de 2010, a las 5h 9m hora oficial peninsular, se inicia el otoño en el hemisferio Norte, según el convenio astronómico. Científico pero pedestre…
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Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
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La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.
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Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
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También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la luz del que las piensa.
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La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario con ellas.
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¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
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¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema?
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¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizá no exista,
y del Mal que late cerca?
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¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos en la Tierra?
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¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el Amor no tiene flechas?
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¿Y si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
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¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
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Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.
Federico García Lorca -Canción otoñal- (1918)
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Y si hay un instrumento de timbre otoñal, melancólico, caduco, es el clarinete… y si hay un súmmum de belleza musical es WA Mozart… y si los juntamos, pues ya tenemos el otoño auditivo.
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Concierto para Clarinete en La mayor K 622 -Adagio- Sabine Meyer, clarinete. Claudio Abbado, dirección. Berliner Philharmoniker orquesta. John Constable, pintor (vídeo de fairlytaleofnewyork):
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13 comentarios:

maac dijo...

A mí me encanta el otoño, el suave otoño del mediterráneo, lejos de la insoportable calor veraniega. Seguramente más al noroeste es distinto.

Barbebleue dijo...

Al noroeste el otoño llega con el monzón. Aún así, es la estación más bella...

pfp dijo...

Mozart, antorcha, siempre...

Josefina dijo...

El poema de Federico viene a embellecer los pensamientos que nacen de la admiración con la cual el Otoño me sorprende cada año, aunque siempre lo espero como quien vuelve al orígen, tal vez porque en Otoño nací.
Gracias Barbebleue por la hermosísima conjunción lograda con la música de Mozart...

Barbebleue dijo...

Pilar: Mozart, esperanza, también en otoño...

Josefina: después de todo, Lorca y Mozart parece que maridan bien...

Esdedesear dijo...

¡Por Júpiter, ese clarinete maravilloso! Gracias, Barbe, considero esta entrada como de una hermosa bienvenida.
También me recuerda a otro otoño, el de los amores imposibles de Karen y Denis en Memorias de África, cuando todavía soñaban un baile. "..Denis llevaba su gramófono hasta en sus safaris..." ¿que tal marida Mozart con la selva? Un abrazo.

Barbebleue dijo...

¡Por Zeus, bienvuelta Esde! Felicidades por lo que te toca, mientras aguardamos tus actualizaciones.
Sinceramente, Mozart es polígamo ¿recuerdas?

GLÒRIA dijo...

Un hermoso y triste poema, una hoja de ardiente color rojo. La estación más triste e inspiradora. Y el incomparable Concierto de Clarinete, uno de mis Mozarts predilectos.
Gracias. Se lo habrán dicho mil veces: Es Vd. exquisito.

Barbebleue dijo...

Gracias, Gloria, temo que mi sino es ser un ex-

Joaquim dijo...

Todo retoma su ritmo en otoño, incluso la decadencia.
Preciosa evocacion poético-musical, de maridaje y gran Reserva.

Come d'abitudine maestro

Barbebleue dijo...

El otoño y la decadencia inspiran... Maestro bloguero Joaquim

Anónimo dijo...

Y sin embargo yo tenía asociada a esta pieza una soleada tarde de primavera donde un suave brisa juega con las pequeñas hojas de los árboles y la ligera cortina...

¡Qué entrada tan hermosa!

Gracias, Barbebleue.

Barbebleue dijo...

Gracias por los elogios, Anderea. Bien mirado, encaja bien en la suavidad de la primavera temprana. Este Mozart vale igual para un roto que para un descosido... ¡qué bárbaro!