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A partir de su formación en la capilla de la corte de Saboya de Turín, recorrió la gran Europa musical de la época dejando y tomando influencias en cada jornada. Tras pasar por Dresde, Berlín, Varsovia y San Petersburgo, debutó en París en 1782 con gran éxito, entrando al servicio de la corte de María Antonieta. En la capital francesa llegó al cargo de Director de la Ópera Paris y a fundar su propio teatro: el Teatro Monsieur. En este período compuso los llamados Conciertos parisinos: los 19 primeros.
En 1792 se trasladó a Londres, coincidiendo con FJ Haydn en los Salomon Concerts, donde rivalizaban sus composiciones, y alcanzando el cargo de director del King’s Theatre. Aquí completó su opus concertístico para violín. Aunque volvió a Paris por motivos religioso-políticos, acabó muriendo en la capital inglesa en 1824.
Su influencia violinística fue inmensa, gracias a su cosmopolitismo y a su calidad, partiendo de la tradición clásica italiana, nacida con Corelli, supo enriquecerla con el dramatismo teatral francés y la robustez sinfónica alemana. Siendo un egregio representante del galante rococó, se asomó, sobre todo en sus conciertos londinenses, al primer Romanticismo. Su prestigio lo podemos rastrear en nombres como Beethoven (concierto para violín), Mozart que añadió trompetas y trombones a su concierto n.5 (K470) o Brahms, quien amaba profundamente su número 22.
Escuchemos precisamente los tres movimientos (Moderato – Adagio - Agitato assai) de este Concierto para violín en la menor N.22 de GB Viotti, en la refinada versión de Itzhak Perlman:.
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8 comentarios:
Me ha gustado más Perlman que Viotti. Un músico todoterreno, tan bueno tocando este concierto como el de Berg.
Tal vez le ocurrió lo mismo a Brahms con Joseph Joachim...
pues una preciosidad...
oye, ¿es cierto, que lo dejó todo por el negocio de los vinos y fracasó, (con los vinos) y volvió entonces con el violín?
Me ha parecido precioso y no creo que el mérito sea sólo de Perlman si bien es cierto que tocado por un violinista standard este concierto resultaría uno de tantos. Me temo, sin embargo, que muchas excelentes piezas musicales pueden quedar opacadas a causa de un ejecutante vulgar.
Que vale: Precioso.
Sí, Pilar, he leído que se arruinó con el negocio de vinos; lo que desconozco es si había abandonado la profesión. En todo caso seguro que retomó el instrumento con más ímpetu si cabe.
Te puedo asegurar, Gloria, que pierden mucho con una interpretación digamos más corriente, como por ejemplo Franco Mezzena y la "plana" Symphonia Perusina. No es nada nuevo: la excelencia es la excelencia...
Aunque siempre sigo tus entradas,no siempre comento porque no puedo decir nada digno de interés, más allá del simple "me encanta" "me chifla" o "no entiendo". Pero supongo que sabes que estoy aquí. Esta de hoy es de las de "me encanta", más, me pareció fantástica. Un abrazo.
Te entiendo Conchita, me chifla que estés aquí, y me encantan tus comentarios.
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