miércoles, 28 de octubre de 2009

SIEGFRIED, mejor soltero

Palacio de la ópera de A Coruña, sábado 24 de octubre de 2009: inauguración de la temporada de la OSG. “Siegfried” en concierto.
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Entiendo que es complicado suplir la cancelación de Brünnhilde a una semana del estreno, pero para salvar una función casi perdemos una obra. Janice Baird dejó sin valquiria el estreno de Siegfried por parte de la Sinfónica gallega. Nadine Secunde fue la sustituta de última hora. Y pronto quedó claro que, para cantar la hija de Wotan aunque sea en la segunda jornada del Anillo, una lírica sin voz ni aire nunca puede funcionar.
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Lo que estaba siendo un Siegfried resultón, a mitad de camino entre lo heroico y lo pedestre, se vino estruendosamente abajo en la bellísima escena final del Despertar de Brünnhilde y su incandescente dúo de amor. Sin pareja, Jon Fredric West-Siegfried, apurado, tiró de oficio, ímpetu y resolución para salvar al menos el tesoro del mundo. Nadine Secunde, una voz cansada, escasamente timbrada, sin homogeneidad alguna, fuera de rol, huérfana de fiato, de una tirantez que provocaba angustia, no es que calara aquí o allá, (algo que podríamos perdonar) sino que desafinaba compases enteros. Sin canto ni resuello hizo el papelón de su vida, incapaz en todo momento con la partitura: tan pronto gritaba un agudo, como aparecía otro timbre en un grave o directamente se ahogaba en un sin palabras. Un desastre sin paliativos.
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JF West, reconocido tenor wagneriano, un Siegfried maduro que puso sobre el escenario más oficio que vocalidad. Su voz, lejos del broncíneo timbre del legendario heldentenor, sonaba algo opaca, dando muestra de ciertas dificultades. Pero fue capaz de suplir esas carencias convenciendo, sobre todo en el heroico primer acto, con un impulso casi juvenil y un dominio de la escena y el papel que le crecieron ante la audiencia. En la enérgica aria de la forja se ganó al respetable por la heroicidad de su ataque (a veces descontrolado), el convencimiento de su impulso y el ardor de su fogosidad, potente, bien ritmada y algo destemplada. Admirable y convincente, al menos en directo.
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Mime, Gerhardt Siegel, compuso un enano de manual. Sigiloso, serpenteante, venenoso, hipócrita: tiene en su voz todo lo que precisa el personaje y mucho más. Extraordinario.
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Wanderer, Alan Titus, mucho mejor que en las últimas ocasiones que le había escuchado. Aunque algo mate, controló hasta casi desaparecer su molesto vibrato y el engolamiento, dejando frases de gran altura y perfecta emisión. Más que correcto.
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Alberich, Oleg Bryjak, poderosa voz de enorme emisión para un estremecedor nibelungo negro, tal vez sin la oscuridad requerida para un personaje que se quedó en gris. Suficiente y sobrado.
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Jill Grove, consistente y adecuada Erda.
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Pájaro, María José Moreno, y Fafner, Attila Jun: cumplidores.
La OSG mejor que su director: extraordinaria en los metales con trompas y trombones de fábula, con una tímbrica de altura, pero, como a lo largo de toda esta Tetralogía anual, sin el vuelo poético, la cuerda encendida de las mejores escenas líricas. Víctor Pablo Pérez resulta en Wagner un kapellmeister que lee con estruendo la partitura. Rico en texturas, ritmos y dinámicas, carece del control de tempi y el romántico rubato de un gran director wagneriano; cacharrea más que poetiza.
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Una pena porque así al alma le cuesta salir a pasear…
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Como ilustración veamos una escena de la película Siegfried (1924) de Fritz Lang; un film mudo al que se le ha añadido en esta ocasión la célebre aria de la forja de Wagner:
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video de einherjar1965

9 comentarios:

Joaquim dijo...

Cuanto lo siento Barbe.
Ya es mala suerte que la Brünnhilde se cargue la obra, cuando se ha pasado con aprobado el temible primer acto y el complicado segundo.
Claro que es peor un Siegfried sin Siegfried, pero que triste tener que estar siempre buscando paliativos en las óperas wagnerianas.

Barbebleue dijo...

Sí, Joaquim, esa escena final es capital en toda la Tetralogía. Todo se incendia y se pone en marcha, y claro si la valquiria no retoma su destino...

Casi peor es en Bayreuth actualmente, así que los wagnerianos debemos seguir bebiendo en las sagradas fuentes/grabaciones, donde estaban todos los mimbres necesarios.

Me alegra verte de nuevo por el ciberespacio

maac dijo...

Una pena que en obras que no se programan con frecuencia pasen estas cosas que cuentas. El consuelo de "a la próxima" a saber cuándo llegará.

Alberich el enano dijo...

Vamos por partes con la señora Secude. FUE muy buena, entre mediados de los 80 y mediados de los 90... Que estaría cascada ya lo esperábamos todos, pero lo que se esuchó el sábado fue una de las pocas voces en mi vida que verdaderamente ME MOLESTÓ. Impresentable. El problema no es que sea la sustituta que viene a salvar la función, el problema es que una señora con la carrera de Nadine Secunde insista en cavarse la fosa paseándose en este estado terrible por teatros de provincias.
Y lo más triste, hasta que esa mujer abrió la boca, yo estaba disfrutando como un enano, porque West estuvo más que aprobado (para mí nunca llegó al notable), Siegel de matrícula de honor, y todos los demás francamente notables. Pero de repente tuvo que salir esa señora a estropearlo todo, a demostrar que se puede cantar mal (pero que muy mal) un papel breve (muy) breve.
Víctor Pablo, para lo que es normalmente, se contuvo más que otras veces en cuanto al volumen...insisto, para ser Víctor Pablo. Esto es, estuvo pasado de rosca, sí; pero esta vez no pasadísimo....

Barbebleue dijo...

Maac y enano: si hubiesen traído a Jennifer Wilson, como el pasado año, otro gallo hubiese cantado, quiero decir no hubiese cantado el gallo.

Ahora estaríamos hablando de una función, sino para recordar, si para disfrutar...

Titus dijo...

Hombre, entre Wilson, que para mí es de lo mejor en este papel y el fiasco que cuentas de Secunde hay unas cuantas Brünhildes que pueden salvar una función, sobre todo tratándose de Siegfried, donde canta tan poco. Una lástima que no se optara por ninguna de ellas, supongo que debido a lo urgente de la sustitución.

Barbebleue dijo...

La lástima fue, Titus, que no se optara por ella como primera opción; para dar continuidad al rol, además.

Ya veremos quién canta la Brünhilde del Ocaso...

Miss Golightly dijo...

Mi "qué lástima por la función" se traduce en un (parafraseando a Roberto Bolaño) qué lástima que nos hagamos viejos...

Gracias por la información de la Bartoli. Ayy qué ganas de Xacobeo Classics y Via Stellae! Pero de momento, a calmar el mono con lo que hay.

Barbebleue dijo...

Miss: hay cuestiones inevitables y otras que no lo son tanto.

Para calmar el mono, tiene de forma inmediata el Festival Are-More en Vigo: Larmore y Mingardo.