Siempre he estado poco predispuesto hacia el Belcantismo. Hasta donde puedo recordar tan sólo significaba un género cuya única atracción era puramente de conocimiento, de bagaje cultural, sin aportar un gran goce sensorial.
Pero para ello existen los puntos de inflexión, la ráfaga inesperada que entreabre una puerta e invita al descubrimiento.
En mi caso esta labor fue llevada a cabo por una grabación muy concreta: la Lucia di Lammermoor de Callas y Karajan en la Städtischer Oper de Berlin el 29 de septiembre de 1955. Toda una revelación, una emoción, un antes y un después. ¿Por qué?
En primer lugar por la propia obra de Donizetti, melódica como muchas pero cuidada como pocas, y de una intensidad dramática perfectamente expresada en la música. Una ejemplar simbiosis que la catapulta al concepto de obra maestra.
Pero es que además está la interpretación. Me dirán los puristas que no aparece el Edgardo de Bergonzi, ni habita el Enrico de Gobbi, o que los cortes son excesivos aunque normales para la época ¡Poco importa!
María Callas despliega su arte desde la profunda introspección del personaje y sobre una voz impoluta y juvenil. El drama se agiganta en el fraseo. La locura aparece en el color. Y no sólo, si no bastara, porque ahí perdura todo el marchamo del género: agudos demenciales, , filados vertiginosos, apianados de pura apnea, … (venga, añadan lo que quieran)
Di Stefano secunda desde el arrojo, el atrevimiento, tal vez sin el estilo preciso por momentos, pero siempre valiente y convincente en el magisterio de su fraseo hermosísimo.
Karajan, etéreo y elegante, extiende el hilo de la orquesta con gran refinamiento y traza el camino del drama.
Pero para ello existen los puntos de inflexión, la ráfaga inesperada que entreabre una puerta e invita al descubrimiento.
En mi caso esta labor fue llevada a cabo por una grabación muy concreta: la Lucia di Lammermoor de Callas y Karajan en la Städtischer Oper de Berlin el 29 de septiembre de 1955. Toda una revelación, una emoción, un antes y un después. ¿Por qué?
En primer lugar por la propia obra de Donizetti, melódica como muchas pero cuidada como pocas, y de una intensidad dramática perfectamente expresada en la música. Una ejemplar simbiosis que la catapulta al concepto de obra maestra.
Pero es que además está la interpretación. Me dirán los puristas que no aparece el Edgardo de Bergonzi, ni habita el Enrico de Gobbi, o que los cortes son excesivos aunque normales para la época ¡Poco importa!
María Callas despliega su arte desde la profunda introspección del personaje y sobre una voz impoluta y juvenil. El drama se agiganta en el fraseo. La locura aparece en el color. Y no sólo, si no bastara, porque ahí perdura todo el marchamo del género: agudos demenciales, , filados vertiginosos, apianados de pura apnea, … (venga, añadan lo que quieran)
Di Stefano secunda desde el arrojo, el atrevimiento, tal vez sin el estilo preciso por momentos, pero siempre valiente y convincente en el magisterio de su fraseo hermosísimo.
Karajan, etéreo y elegante, extiende el hilo de la orquesta con gran refinamiento y traza el camino del drama.
Acto I: "Regnava nel silenzio alta la notte e bruna"
Acto II: "Soffriva nel pianto"
Acto III: "Spargi d'amaro pianto"
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Bueno, a mí me ha conmovido. Desde entonces yo ya no sido el mismo, Lucia tampoco.
Bueno, a mí me ha conmovido. Desde entonces yo ya no sido el mismo, Lucia tampoco.
6 comentarios:
Qué curioso, una compañera de trabajo lleva dos días dándome la tabarra con esta grabación. La verdad es que el belcanto es el único estilo operístico que me aburre, y el timbre de la Callas no me produce precisamente bienestar, pero creo que voy a darle una oportunidad a esta Lucia, aunque sólo sea por él despliegue dramático que seguro derrocha la Divina.
Besos :-)
Dudo mucho que nadie eche en falta a Gobbi, con la de cosas que se dicen de él por ahí y lo poco adecuado para el belcanto que era el pobre. Lo cierto es que el belcanto necesita de auténticos superclase que levanten la función o no hay por dónde cogerlo. En este caso, Callas hace que valga la pena la escucha. No puedo escuchar los fragmentos, problemas de mi PC, supongo, así que hablo de memoria y puedo equivocarme, pero creo que en esta función Di Stefano estaba ya de bajada respecto a los Edgardos magníficos que había cantado años antes. Quien tuvo retuvo, sí, pero es que el Edgardo de Di Stefano en sus mejores días era de escándalo.
Ay, el alma enamorada, el alma enamorada.....
Pobre Lucía, pobre María...
Llevaba tiempo sin usarlo pero es de ley sacarlo para esta ocasión:
¡¡¡RECLINATORIO!!!
!!Lucia di Lammermoor!! Estoy tan impresionada que no acierto a deciros lo que siempre ha significado para mí... desde que era muy joven me ha acompañado, pero hoy, nos hemos encontrado. Ximo amigo, préstame el reclinatorio un momento, lo necesito. Gracias Bbb, como siempre.
Una grabación muy emocionante, con el famoso bis del sexteto del segundo acto, y el público aplaudiendo sobre Karajan tras el "Fra poco a me ricovero" de Di Stefano. Callas ha sido Lucia, eso es innegable, paradigma del bel canto romántico. Pienso que en el 55 la voz ya no está impoluta, aunque tampoco hay grandes problemas. Y Di Stefano, ya perdido, suple todo con la entrega. Panerai mucho mejor que Gobbi. Karajan da más vida y relieve a la orquesta que un director italiano tradicional, lo cual a mí me gusta. Es una grabación para dejarse llevar.
Yo también pienso que Lucia es una obra maestra, y eso no depende de quién la interprete.
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