Estamos ante un álbum único, una rareza. Van Morrison nunca había hecho algo así, ni lo repetiría. Ni él ni nadie. Ni el optimista y extrovertido Moondance ni el otoñal Back on Top se le acercan, tan solo el fenomenal Veedon Fleece se le aproxima en intensidad emocional.
Apaga la luz y déjate llevar: es Música fieramente humana.
Tres temas representativos:
La magia de Astral Weeks tal vez se asiente en su contexto. Otoño de 1968, Van cumplía veintritrés años, acababa de abandonar a los Them y ponía los cimientos de su carrera en solitario. Necesitaba y exigía libertad total para expresar todo lo que le bullía dentro. Ni siquiera él mismo conocía de dónde venía tal caudal, pero era muy intenso.
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Las circunstancias se aliaron: un potente sello, Warner; un selecto puñado de excelentes músicos de sesión del ambiente jazzístico neoyorquino:
Jay Berliner - guitarra
Richard Davis – contrabajo (inmenso)
Connie Kay - batería
John Payne - flauta, saxo soprano
Warren Smith, Jr. – percusión, vibráfono
Jay Berliner - guitarra
Richard Davis – contrabajo (inmenso)
Connie Kay - batería
John Payne - flauta, saxo soprano
Warren Smith, Jr. – percusión, vibráfono
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Algunos arreglos de cuerda en la producción; y completa libertad creativa. Fueron suficientes cuarenta y ocho horas en el estudio de grabación. Así comenzó la leyenda, no necesitaba nada más: ligeras instrucciones a los músicos y dejar fluir toda la expresividad sin cortapisas.
Surgieron temas íntimos e impresionistas, místicos y simbolistas, sentidos no interpretados, que se deslizan fácil, como dotados de vida y existencia propias, como una plegaria. Los versos se encadenan y las palabras se repiten una y otra vez, insistentes en su demanda. El estribillo desaparece y nos queda un continuo fluir de sentimientos desde el alma, en busca del clímax que Morrison alcanza desconstruyendo los versos, como buscando tan sólo la esencia. El estilo es personal, indefinible: sobre una base jazzy, despliega todo su arsenal de soul, rythm&blues, folclore irlandés.
Sin duda un disco para una isla desierta. Un milagro. Una obra innovadora y profundamente influyente.
Surgieron temas íntimos e impresionistas, místicos y simbolistas, sentidos no interpretados, que se deslizan fácil, como dotados de vida y existencia propias, como una plegaria. Los versos se encadenan y las palabras se repiten una y otra vez, insistentes en su demanda. El estribillo desaparece y nos queda un continuo fluir de sentimientos desde el alma, en busca del clímax que Morrison alcanza desconstruyendo los versos, como buscando tan sólo la esencia. El estilo es personal, indefinible: sobre una base jazzy, despliega todo su arsenal de soul, rythm&blues, folclore irlandés.
Sin duda un disco para una isla desierta. Un milagro. Una obra innovadora y profundamente influyente.
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Apaga la luz y déjate llevar: es Música fieramente humana.
Tres temas representativos:
Astral Weeks :
El intensísimo Beside you, mi favorito:
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3 comentarios:
Me ha dado una alegría al ver esta entrada porque es uno de los discos que conservo en vinilo, me lo recomendó un amigo hace años y me ha traído buenos recuerdos, sin embargo el contenido musical y yo somos como el agua y el aceite, cada uno para un lado, lo escuché un montón de veces esperando que saltara la chispa y nada de nada... ¡Qué le voy a hacer!
Es una pena que todavía no te haya inundado. Lo conservo desde hace más de treinta años, en distintos formatos, y sigue tan vigente como impactante resultó cuando fue publicado.
De lo que no tengo dudas es de que tienes buenos y entendidos amigos...
Hasta con la luz encendida, genial, genial, genial, fantástico¡¡¡
la de cosas que me perdería si no entrar en tú Castillo besos
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