En el mismo lugar, a la misma hora, una semana después se
celebró el penúltimo concierto del VIII Festival Pórtico do Paraíso. Esta vez
se había programado a Céline Frisch,
una estupenda clavecinista francesa.
Habitual colaboradora del grupo Café Zimmerman, atesora
diversos premios, como los Diapason d’Or o el Charles Cros por sus registros de la obra de JS
Bach y JP Rameau. Céline Frisch posee una pulsación
de exquisita sensibilidad de la que logra extraer una polifonía magistral.
El recital se dividió en dos partes, ambas
dedicadas al barroco alemán. La primera repasó obras de las llamadas fuentes
musicales de JS Bach (como su disco homónimo). Algunos autores de los que el
gran Bach aprendió su oficio y maestría: D. Buxtehude, JJ Froberger, JK Kerll y JA Reincken. Destacó la solidez constructiva de la Suite en do de Buxtehude y la extraordinaria
belleza virtuosística de la Toccata en sol mayor de Reincken.
La segunda parte se centró exclusivamente en la música del
Kantor de Santo Tomás de Leipzig:
Una Toccata de juventud, la BWV 912 en mi menor; tres preludios y fugas del volumen I del Clave bien Temperado, y como colofón, una sensacional lectura de una de las
obras cumbres para este instrumento: el Concierto Italiano en fa mayor BWV971. Un concierto tripartito, a la manera de Vivaldi, en donde el clave ejercita a la perfección las partes de solista y el ripieno, en un prodigio de escritura contrapuntística.
2 comentarios:
Hace muchísimos años la vi, en el Salón Teatro de Stgo, con las Variaciones Goldberg, las primeras que vi en directo, con instrumentos originales (clavicémbalo, no piano). Todavía la recuerdo, con admiración y cariño, y desde luego, es de las variaciones que más me han gustado.
Desde luego una extraordinaria intérprete de clave, que nos ofrece un Bach soleado y cercano. Aún alejada estilísticamente, por momentos durante el concierto, me hizo pensar en la pionera Wanda Landowska.
Un saludo, Carlos.
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