Antikrist es la única ópera de Rued Langgaard
(1893-1952), músico danés que se movió con gran elegancia desde tardío romanticismo
simbolista hasta un futurismo excéntrico, pasando por un período neoclásico.
Hombre visionario e idealista, educado en un ambiente
familiar donde la música era un nexo espiritual con la divinidad, con apenas veinte
años pudo disfrutar de un concierto exclusivo de su obra por parte de la
Filarmónica de Berlín, en pleno comienzo de su exitosa época modernista.
En este período se puede incluir Antikrist, al igual que su
preciosa Sinfonía N. 6; la primera versión de la ópera data de 1921-23. La
denominada por él mismo “Ópera de Iglesia” o también “Escenas del Juicio Final”
es una obra teosófica, un drama alegórico preñado de moral religiosa que trata
de la decadencia de la civilización occidental ¡sí, ya por entonces! Una
llamada de atención sobre el egoísmo, la vanidad, la arrogancia y la ausencia
de valores espirituales de la sociedad.
Para esa labor, Langgaard escribió un libreto, plagado de monólogos, valiéndose de
un poema dramático homómino de P.E. Benzon y del personaje bíblico del
Anticristo, figura diabólicamente seductora que nos devuelve al eterno
conflicto entre construcción y destrucción. Fuertemente simbólico, hasta casi
el absurdo, mira también al Wagner libretista.
La música, influenciada por su compatriota C. Nielsen, bebe
directamente en el Romanticismo alemán, Schumann y Wagner especialmente, para
continuar la línea post-romántica y expresionista del Richard Strauss de Salome,
con toda su carga de voluptuosidad, belleza y decadencia. Orquesta amenazante y
omnipresente, y voces de intensa expresividad. G. Ligeti, considerado epígono
de Langgaard, nos legó un gran remedo, su Grand Macabre.
Debido al rechazo de la ópera por el Real Teatro Danés, la
rehizo entre 1926 y 1930 para dejarla en su versión definitiva, que también
sería rechazada y que no pudo ser montada en escena hasta 1999.
Preludio
Prólogo
(Lucifer, La Voz de Dios): creación del Anticristo:
Acto I
Escena I. La
Luz de la Sabiduría (Espíritu Enigmático, Eco del Espíritu Enigmático): introducción que caracteriza el espíritu de la época justo después de la llegada del Anticristo.
Escena II. Vanagloria (La Boca que dice Grandes Cosas): representa la superficialidad de la vida moderna.
Escena III.
La Desesperación (El Abatimiento): describe el pesimismo y la apatía de la época.
Acto II
Escena IV. La Lujuria (La Gran Prostituta, La Bestia Escarlata): ejemplifica la erótica del Poder:
Escena V. La Lucha de Todos contra Todos (La Gran Prostituta, La Mentira, El Odio): el mundo del Anticristo.
Escena VI. La
Perdición (Voz Mística, La Voz de Dios): Dios destruye al Anticristo.
Conclusión:
Coro "Ephphatha": desde la luz celestial canta la enseñanza moral.
vídeos Barbebleue.i
Interpretación: corresponde a la de la ilustración.
Interpretación: corresponde a la de la ilustración.
6 comentarios:
buenooooo, ¡cómo canta Lucifer¡
(muy wagneriana, ¿no?)
par de besos, barbazul
Lucifer es una tentación!
(muy rstraussiana, diría yo)
otro par, pfp
no se lo discuto, barbazul, que Vd sí que sabe¡
lo de la tentación?
no hombre, no, de ópera, que de tentaciones, también se yo un rato¡
... como Lucifer!
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