domingo, 7 de diciembre de 2014

El Arte como Liberación

philippe jaroussky by Simon Fowler

La verdad es que era igual que fuese el último día laborable de la última semana del mes más gris. Era lo mismo que hubiese que salir de viaje con la noche otoñal ya encima. No importaba que el cansancio y las preocupaciones se fuesen amontonando día tras día hasta dejarte exhausto. Sabes que el esfuerzo merece la pena, que la terapia es muy eficaz, y nada te arredra. Esperas el Arte con toda su carga liberadora. En mayor medida, si cabe, cuando el motivo de la excursión se llamaba Philippe Jaroussky, un valor seguro, una medicación deliciosa más aún cuando el excipiente es ciento por ciento Antonio Vivaldi. Por si todo ésto fuera poco, si a todo ello se le une algún amistoso reencuentro al calor de una taza de chocolate y unos churros de Bonilla compartidos, coges el coche como un niño en la víspera de Reyes.

La cita era en el teatro Rosalía de Castro, calle Riego de Agua en A Coruña, dentro del ciclo de otoño de la Temporada Lírica. Viernes, 28 de noviembre 20:30 h.

Ante todo, seamos justos: el excelso contratenor francés no llegaba solo. Como compañía instrumental se envolvía en el Ensemble Artaserse, un grupo de cuerdas y continuo de sonoridad deliciosa y elegante, perfecto envoltorio para el Arte de Jaroussky. Sus intervenciones en solitario revisaron tres Conciertos para cuerdas y una Sinfonía del prete rosso, alcanzando el cénit con el precioso RV522 para dos violines, número 8 de L'Estro Armonico, en el cual el diálogo de los dos solistas hizo olvidar por unos minutos el nombre de Philippe.

Pero no nos engañemos, el mago que oficiaba, el motivo de la quedada, era un joven de impoluto aspecto y musicalidad extrema. Jaroussky hace natural al contratenor, convierte cualquier sentimiento (affetto) sea furor, melancolía, resignación, ternura… en vocalidad emitida desde una aparente facilidad, para un efecto balsámico sobre una audiencia que la recoge como un solo ser, transformando penas y fragilidades en paz y felicidad. Y si creen que estoy exagerando, pregunten a la salida de un concierto.

Porque el Arte de Jaroussky  está por encima del completo dominio de todas las cualidades de la voz humana: fraseo exquisito, coloratura sencilla, articulación natural, manejo del fiato, de la regulación… No, no! su Arte radica en la expresividad, descarada y contagiosa; habita en una musicalidad tan asombrosa que parece sobrenatural. Es una continua siembra de flores vocales. Jaroussky es Música, y punto…

El programa era también exquisito y bien estudiado; Vivaldi a tiempo completo, pero, con gran acierto, comenzando con piezas de su maravillosa Música Sacra, para calentar voz y audiencia. En primer lugar, el Stabat Mater RV621, dolor contenido en hermosura profundamente humana; su Eia Mater fue de arrobamiento. Fantástico el cierre de la primera parte con el motete Longe mala, umbrae, terrores RV629, otra delicia expresiva.

(vídeo SJuli)

La segunda parte, como era de esperar, ofreció el ataque a variadas arias de ópera: la pirotecnia vocal del aria de Argillano “Se in ogni guardo” del Orlando finto pazzo, la melancolía del aria de Anastasio “Vedro con mio dilecto” del Giustino, y las dos arias de Licida de L’Olimpiade, la plácida “Mentre dormi” y la frenética “Gemo in un punto e fremo”

Tres bises y despedida a lo grande:

 “Sento in seno ch’in pioggia di lagrime” de Giustino:  una maravilla en pizzicati:

(vídeo KARL MORE)

"Se lento ancora il fulmine" de Agrippo: el furor desatado.

"Cum dederit" del Nisi Dominus RV608: angelical o arcangelical, tengo dudas.

Y sin embargo, juraría que la emoción fue más intensa cuando vino a SdC hace tres años…
¡Qué cosas tiene el recuerdo!



17 comentarios:

Tatiana Lobo dijo...

Viajé desde Costa Rica a Lima para escuchar a Jaroussky-Artaserse-Vivaldi ¡y nunca volverán a estar mejor justificadas mis horas de vuelo!

Unknown dijo...

Hoy el sistema no me deja enviar comentarios. Precioso y muy inspirado tu escrito. Miraré con mejores ojos a Jarousky ya que siempre me ha parecido un poco afectado. Mi contratenor ha sido el maravilloso David Daniels. Hay que oírlo con Schubert o el propio Vivaldi o mi adorado Händel. De todas formas tengo el bellísimo Stabat mater de pergolesi y me parece perfecto.
Saludos afectuosos.

Barbebleue dijo...

Hola Tatiana, yo diría que ha sido un vuelo para "volar". Experiencia espiritual.

Barbebleue dijo...

Fíjate, Glòria, que yo nunca he sido muy de contratenores, pero he de reconocer que lo que me ha dado, en vivo, Jaroussky no lo he recibido de ningún otro. Hablo de emotividad.

Besos.

pfp dijo...

el arte como emoción!

Barbebleue dijo...

emoción liberadora!

Karenina dijo...

de acuerdo con todo lo dicho y de tan hermosa manera (continua siembra de flores vocales). La verdad que no merece menos este chico. Podría uno morirse de hermosura escuchándole. A ver si los dioses lo traen al sur..

Barbebleue dijo...

¡Soplaremos desde el norte!

Tatiana Lobo dijo...

pero que no lo lleven a la Antártica porque derrite el hielo

Barbebleue dijo...

... pues sí, porque de hielo nos estamos quedando pobres.

Karenina dijo...

vale, soplad, pero tendrá que ser bien fuerte!

Barbebleue dijo...

¿llegó?

Karenina dijo...

Nooo,no llegó, no habéis soplado bien fuerte y en diagonal!! o si..y se lo ha quedao por camino cualquiera que lo haya visto

Barbebleue dijo...

Dame las coordenadas para pasárselas a Céfiro!

Karenina dijo...

jajjaa, ese ha soplado para el oeste, fijo, y esto está al este, donde el Cabo de Gata, justo en diagonal al de Finisterre

Barbebleue dijo...

¿Un inmenso coral es tu hermosa bahía?

Karenina dijo...

jjjajjaaaajja exacto! bueno, los corales no los he visto, pero hermosa sí es la bahía, ya lo creo!