domingo, 12 de octubre de 2014

Armonizando

Cabo Vilano - Barbebleue 2014

En ocasiones es el azar, esa inaprensible cadena de acontecimientos, quien configura una armonía: conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras; un conjunto superpuesto de hermosos elementos que se expanden en la yuxtaposición, como si necesitasen al otro para ofrecer lo mejor de sí mismos, concurriendo al mismo fin.

La belleza natural de la Costa da Morte gallega no tiene parangón; a su desabrida orografía, tejida a golpe de pedal por un océano entero y casi siempre de mal humor, se unen unas construcciones fálicas, Arquitectura de la Luz, cuya función está a la altura del atractivo con que adornan roquedos avanzados.

Ningún recorrido más seductor que la pista de tierra de la Red Natura, que desde las inmediaciones de Arou viene bordeando la costa hacia el sur, cayendo como la marea hasta el cabo y faro Vilano, cerca de Camariñas; pasando por el simbólico Cementerio de los Ingleses (en 1890, el navío inglés Serpent, que navegaba hacia Sierra Leona -hoy tan de moda- se hundió cerca de aquí a causa de un temporal. Perecieron 172 hombres, que están enterrados en este cementerio)

Por aquí el mar ruge toda su espantosa hermosura, mientras descubre y soporta la avanzadilla terrestre del Vilano, con su gran perro a modo de dique de abrigo. Por aquí el viento instala un arenal en la ladera de un monte, una duna remontante de proporciones bíblicas.

Y es en la atronadora belleza de este mar hambriento de hombres donde, en mi mente, quiso llegar Giuseppe Antonio Brescianello (1690-1758) con sus Concerti e Sinfonie opus 1, editadas en Amsterdam en 1738. El empuje y virtuosismo tardobarroco del maestro de capilla de la corte Wurttenberg en Stuttgart armonizó a la perfección con la bravura costera.

Las olas baten rocas y arenales mientras la cuerda de la Sinfonía n.5 en Fa mayor para dos violines, viola y bajo continuo cubre de humedad musical el recuerdo y la evocación. Escuchen el Allegro y el Presto:


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(vídeos Barbebleuei)
 La Cetra Barockorchester Basel

8 comentarios:

pfp dijo...

hermoso regalo nos dejas hoy en el Castillo, barbazul, mientras, en Madrid, por si no tuviéramos poco con lo que tenemos, nos atruenan el cielo con vuelos rasantes de aviones que nos recuerdan la finalidad para lo que están hechos....

un placer inmenso, disfrutar hoy de la música y la naturaleza de tu tierra en el Castillo. Gracias siempre.

Barbebleue dijo...

parecía una locura meter a un italiano emigrado a Alemania en pleno cementerio de los ingleses, pero marida bien ¿no?
(¡toma cursilería!)

un placer tu visita; besos, pfp

Unknown dijo...

Es una banda sonora perfecta o quizá es el texto la banda sonora de la música. Rugen olas e instrumentos. Me pregunto cuánta de tu poesía no aprovechas.

Barbebleue dijo...

Casi toda, Glòria ¡no encuentro editor!

Bueno, en serio: hay parajes que son un poema; solo es preciso transcribirlos.

Mara dijo...

Sí. A la hermosura del regalo, al maridaje, a la pregunta de Gloria y a los parajes que son poemas.

Buena semana y... gracias.

Barbebleue dijo...

O sea: ¡Sí a Todo! ... gracias pues, Mara. Feliz semana.

Karenina dijo...

Cuanta belleza, qué hermosura!!
Este blog tiene bien merecido el nombre que lleva. Voy a procurar no olvidarlo, no sea que me pierda regalos tan preciosos como este.
Gracias, gracias

Barbebleue dijo...

Me alegra mucho que te guste, Karenina; bienvenida!
Aquí tienes parada y fonda cuando quieras; hermosuras, cuando pueda.