sábado, 15 de junio de 2013

WOZZECK o la modernidad


“La gente como yo
es siempre desgraciada en cualquier parte”
-Wozzeck

Alban Berg, el gran discípulo de Schönberg y admirador rendido de Mahler, sorprendió al mundo musical de su época, y todavía lo hace, llevando el atonalismo al gran formato, con enorme éxito y repercusión entre crítica y público. Eso es Wozzeck  op. 7, bueno, eso y mucho más…

Wozzeck es también la puesta al día, sin fecha de caducidad como todavía podemos comprobar, de una obra dramática del atrevido poeta alemán Georg Büchner (1813-1837): Woyzeck. Berg, en su aggiornamento con tintes autobiográficos, consigue clarificar el texto, condensar la estructura, aumentar el dramatismo intrínseco de la pieza convirtiéndolo en una máquina de precisión de tres actos de cinco escenas cada uno (3 x 5); y también ajustarlo a una musicalización extrema, salvaje y preciosista, donde cada pieza cobra valor propio y de conjunto.

En la misma condensación de las escenas, siempre cortas y cortantes, habita su fuerza dramática, su esquizofrenia, su psicosis sonora in crescendo, que se van engarzando, como cuentas de un collar de perlas, con unos mínimos interludios orquestales que barren cualquier atisbo de fragmentación.

Pero nuestro compositor no solo pone al día la letra sino que la música, lanzada en un lenguaje nuevo sin esclavitudes tonales, recoge posos y anclas de la mejor tradición, fugas, suites, passacaglias, invenciones, etc, para elevarse a profundidades que solo un alma lacerada conoce. Allí donde el expresionismo simbolista nace y se hace…

Acto I –Exposición: las primeras escenas sirven para presentar a los personajes, siempre secundarios y grotescos, que conforman el pequeño universo, inestable, de Wozzeck: el Capitán, el amigo Andrés, Marie, la novia-madre-mujer, el Doctor, el Tambor Mayor. Pequeños e interrelacionados círculos que crean el medio social injusto, indignante y cruel para una mente en desestructuración.

Es en la breve, motívica y salvaje quinta escena cuando se produce el punto de inflexión, el motivo y motor de toda la acción dramática: la seducción de Marie por el Tambor Mayor. Un andante affetuoso que es puro asfalto sobre la piel… “Vayamos, nada importa!   -Marie


Acto II –Desenlace: las cinco escenas van conformando la toma de decisión por parte de un Wozzeck cada vez más enajenado; la tensión nerviosa y dramática va en aumento. Musicalmente se configura como una Sinfonía en cinco movimientos, siendo la tercera escena, el Largo, el enfrentamiento directo con su diana de culpabilidad, Marie; al tiempo que encuentra la salida al conflicto “prefiero un cuchillo”; otro momento decisivo. La discusión se desarrolla sobre una atmósfera de música de cámara, guiño al Schönberg de la Kammersymphonie, entre figuras de clarinete:


Acto III –Catástrofe: ahora las cinco escenas son cinco invenciones, más una sexta de regalo que corresponde al epílogo orquestal, tras el suicidio de Wozzeck ¡curiosamente una invención sobre una tonalidad, re menor! Y precisamente antes de ese genial final que Berg hace recaer, en perpetuum mobile, en el niño, ajeno, solo, autista…

Pero la escena culmen, la primera liberación de la tensión dramática (habrá una segunda, con el suicidio) es la del asesinato de Marie, que se hace insoportable en el crescendo en fortissimo de los timbales, al tiempo que desfilan los motiv de la infortunada:

-¡Qué roja sale la luna!
-¡Como un acero sangriento!


(vídeos Barbebleuei)
Dietrich Fisher-Dieskau -Wozzeck
Evelyn Lear -Marie
Orquesta de la Ópera de Berlín
Karl Böhm

Una Obra Genial, moderna por lenguaje; actual,  por desgracia, como la violencia de género, la violencia social, el fanatismo. La Injusticia Global.

Tal vez por todo ello Wozzeck no toma prisioneros.
¡¿No hemos aprendido nada?!





2 comentarios:

pfp dijo...

esta ópera tiene un problema; en el dramatismo de sus protagonistas y los hechos que relata, puede que no lleguemos a ahondar en la música que los acompaña y los eleva a una tensión dificilmente superable...

gracias por tus explicaciones,barbazul, me vienen de perlas, para conocerla y disfrutarla mejor...

Barbebleue dijo...

pfp, yo creo que el gran acierto de esta obra, y de Berg, es la excelente solución a ese problema que planteas: un lenguaje musical ad hoc.

me alegro por las perlas...