domingo, 23 de junio de 2013

Tendido...


Con los años el tren de la vida va sufriendo cambios, modificaciones sensibles; al principio imperceptibles, o casi.

Un día, sin cita previa, te das cuenta de que ya no tienes el mando de la locomotora; y lo que resulta aún más odioso: a través de la ventanilla el paisaje se va tornando borroso. Debido a la velocidad, que parece acrecentarse, se hace indistinguible el cielo de los árboles, la nube de los campos, la sombra de los soles; incluso la luz de los túneles.

Como el proceso se acelera gradualmente, ya no conoces lo que ves; la visión se vuelve vértigo. Te haces consciente de que ni eres maquinista ni viajero libre; tan solo un obligado pasajero repleto de recuerdos que, en el mejor de los casos, controlas a voluntad para amenizar el viaje obligado; porque ya no hay forma ni manera de detener la máquina. Vas tendido sobre la vida…

Y, de repente, en una recta infinita, a la hora de la siesta, evocas a Víctor Manuel; aquel joven, uno de los nuestros, que traía desde la niebla, la profundidad del músico sensible y las hechuras del poeta del pueblo.

Un hombre sencillo, tímido, cercano, que sabía contar cosas pequeñas, esas que conocemos tan bien pero que nos cuesta tanto decir, y que nos hacen sentir como un Corazón Tendido al Sol...


(vídeo victorialuciana)

... y entonces percibes que todavía queda algo por descubrir, que existe una estrella que no habías visitado, que no has agotado la admiración ni la capacidad de asombro... ¡Reconfortante! pero ¡es tan arduo volar desde las ruinas de uno mismo!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Valiente, Barbebleue!

Barbebleue dijo...

¿Quién dijo miedo?
solo los cobardes pierden de antemano...

Esdedesear dijo...

Sin ti no hubiera revisitado a Victor Manuel, sin ti me hubiera perdido esta nueva y a la vez vieja emoción , que es pasión y es amor, solo compatibles con la vida, incluso tendida. Esdedesear con todo mi corazón.

Barbebleue dijo...

Emociones tendidas sobre la vida; todo corazón, Esdedesear.

pfp dijo...

...venciendo nuestras pequeñas muertes, esas que llamamos sueños¡...

besos a Milú

Josefina dijo...

Si supiera escribir como tú lo haces, lo hubiera hecho sobre tus palabras porque son el espejo de mi vivir hoy.
Quise construir mi castillo con la fuerza del Amor y así se sostuvo durante muchos, muchos años. Lo contemplé al amanecer y al ocaso del día: era hermoso, quise pensar que único como es el tuyo.

Luego, a través del tiempo he comprendido que todo pasó al desván de los recuerdos y, entonces, quise ser pájaro para posarme sobre una almena y seguir soñando.

Pero llegaron lluvias y vendavales, algunos no presentidos que fueron dejándome sin mis plumas que habían tenido bellos resplandores y ahora se transformaron poco a poco, en defensas opacas, pegadas a mis propias ruinas.

Y sí, es tan difícil emprender el vuelo nuevamente que casi me he convencido de que todo pasó y en algún rincón, entre piedras ya legendarias, pueda encontrar un rincón, tenderme al sol y seguir esperando esos momentos mágicos que la vida nos ofrece y por los que seguimos siendo lo que fuimos, porque seguimos creyendo en el Amor.

Barbebleue dijo...

... al final, los sueños son lo único que nos queda de vida, pfp.

guau, guau !

Barbebleue dijo...

Pues mientras creamos en el Amor, Josefina, tendremos vida, y sueños, y castillos mágicos, y flores perfumadas; incluso podremos volar desde las ruinas...

... y lo de que sé escribir, lo vamos a aparcar, al menos mientras te leo.

Anónimo dijo...

Y yo sigo pensando que es un regalo poder leer vuestros comentarios, vuestra vida.

Escribir de ese modo desde nuestro corazón, compartiendo, arriesgando, alzándose sobre sobre muros y desánimos, se parece mucho a vivir. Vaya, que yo diría que es vivir y ¡olé!

¡Buen finde! Si es con una brisilla de alegría, delicioso. Y si es con amor tendido al sol... ¡bombón!

Que disfrutéis levemente, suavemente, ferozmente, ávidamente, realmente... mente. Y sin mente, también.

¡Gracias!

Barbebleue dijo...

Un beso de vida, Anderea; tendido...