La Sonata nº 6 en Re mayor K 284 “Dürnitz”, integrada en la primer grupo de sonatas para piano, es la más elaborada, brillante y expansiva de todas ellas. Fruto de un encargo en Munich por parte del Barón Thaddäus von Dürnitz, fue escrita en 1775 y es considerada como la primera realmente mozartiana, traductora de su personalidad musical; una partitura que Mozart siempre mantuvo en repertorio.
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Tras un convencional Allegro, tal vez más amplio y sinfónico; un Rondó en Polonesa, rico en ornamentación y deudor de un tempo rígido, Mozart da rienda suelta a una de sus formas musicales favoritas, y más logradas: las variaciones, la transformación temática, que rellenan la atmósfera musical de “acentos inéditos, íntimos y misteriosos”
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Así el tercer movimiento es un Andante con Tema (una gavota de melodía en corcheas y bajo quebrado) y XII Variaciones, agrupadas por carácter. Y es en la XI, un Adagio Cantabile de florido ornato y delicado sentimiento, donde Mozart logra elevar el vuelo lírico a unas alturas propias de su madurez y de su legado. Con la duodécima, resuelve la obra con un energético final...
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Pasemos a escuchar estas dos últimas variaciones en la soberana interpretación de Maria Joao Pires:
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(vídeo Barbebleuei)
2 comentarios:
¿Más!
Me he sentido tan bien escuchándolas. Gracias, Barbebleue.
Que tengas una tarde deliciosa.
¡Más! la transparencia acuosa es incontenible y benefactora, Anderea.
Feliz abril.
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