jueves, 21 de abril de 2011

Schubert: tierna desolación en forma de Cuarteto

- cinturón de Orión-
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Entre 1824 y 1826, tras unos años de profunda oscuridad y depresión, Franz Schubert dio vida a sus tres últimos Cuartetos de Cuerda: tres obras maestras del género.
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El Cuarteto n. 13 “Rosamunda” D 804 op 29 n.1 en la menor es un fiel reflejo de su período de abatimiento: destella una desolación fluida y aceptada, casi amable; alejada del dramatismo retorcido de su coetáneo “La Muerte y la Doncella” D810. Aquí todo fluye de forma pacífica, triste pero resignada…
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I. Allegro ma non troppo: dos temas se entrecruzan con momentos de batalla de contrastes: el primero nostálgico, desolador, vehiculado por el primer violín; el segundo, confiado, ingenuo…
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II. Andante: el tema principal, tomado de su ballet Rosamunda (de ahí el nominativo del Cuarteto) transpira ternura y desánimo, sombras en forma de variación. Dulce inquietud en una formulación purísima…
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Takacs Quartet (vídeo HARMONICO101)
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III. Menuetto: Allegretto: proviene del lied “Los dioses de Grecia” y quiere arrojar luz sobre la obra, pero en su tristeza no alcanza a traspasar una débil y humilde incandescencia de tungsteno; el trío intenta, sin conseguirlo, animar el movimiento con su sabor popular…
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Quartetto Italiano (vídeo Barbebleuei)
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IV. Allegro moderato: ¿contraste? ¿risa sardónica? en el fondo de sus animados y rítmicos temas subyace el negro color de la tribulación…

4 comentarios:

pfp dijo...

en su belleza, este Schubert me ha paracido más consolador que desolador...

gracias Barbazul, ¡Feliz Pascua¡

Barbebleue dijo...

¡...y a mi que me parece intensamente triste!

gracias, pilar ¡Feliz Todo!

Josefina dijo...

Esa intensidad de tristeza, tal vez todos la hemos vivido en nuestra vida, alguna vez. Tal vez sea la tendencia de nuestras emociones, en alguno de nosotros, que sabemos de ese gris azulado de la melancolía, necesario en
en el contraste de los colores de la alegría y la siempre efímera felicidad.
Me identifico con la música, suaviza la estridencia de quien - con todo mi respeto -, vive la vida sólo como una fiesta.
Y la vida es vida de gratitud y de admiración, vida de anhelo y, por encima de todo, vida para el amor.

Gracias Barbebleue; ya me he ido por las ramas, como siempre.
Discúlpame...

Barbebleue dijo...

Amor, dolor, felicidad, emoción, tristeza... esos son los troncos; de la Música y otros Artes, Josefina.