La melodía de amplio aliento, profunda, amplia, eterna, pasional, forma parte sustancial del alma de la música eslava, y por extensión de toda su inmensa cultura. Una seña de identidad a través de generaciones, épocas y estilos.
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Paradigma del romanticismo en la cultura rusa, el compositor Sergei Rachmaninov (1873-1943) estrenó en 1901 su Sonata para violonchelo y piano en sol menor op 19, tras su muy popular Segundo Concierto para piano.
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En la sabia combinación de dos naturalezas instrumentales como son el piano y el violonchelo, se alcanza uno de los hitos de la música de cámara. La textura arquitectónica del teclado bañado por el color envolvente de la cuerda grave logran recrear los más variados estados anímicos..
Paradigma del romanticismo en la cultura rusa, el compositor Sergei Rachmaninov (1873-1943) estrenó en 1901 su Sonata para violonchelo y piano en sol menor op 19, tras su muy popular Segundo Concierto para piano.
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Esta Sonata en cuatro movimientos, deudora del Schumann más juguetón y de los humores de Brahms, nos atrapa en su vena melódica tan rica y poderosa, tan romántica, tan rusa, tan eslava…
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I. Lento – Allegro moderato - Moderato: íntima introducción que cede paso a dos temas melódicos de generoso desarrollo, y poderosa conclusión.
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II. Allegro scherzando: jugueteo en un piano ingenuo que sosiega el violonchelo en su sensata melodía.
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III. Andante: sencillez y serenidad, con atisbos melancólicos, en la siempre refinada melodía del lied, enriquecida en dos temas de gran hermosura e intensidad, que presenta siempre el piano y con un violonchelo que nos hunde en simas de gravedad infinita. Una serenidad a la que siempre tiende ese ente que denominamos, sin saber explicarlo, alma. Yo-yo Ma y Emanuel Ax nos proponen su lectura en un video de rovingeye2:
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IV. Allegro mosso – Moderato – Vivace: vivacidad pasional en su tratamiento melódico, contrastando al máximo las dos naturalezas instrumentales, sin primacías.
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IV. Allegro mosso – Moderato – Vivace: vivacidad pasional en su tratamiento melódico, contrastando al máximo las dos naturalezas instrumentales, sin primacías.
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Una pieza de impactante belleza, apropiada para regalar…el alma.
8 comentarios:
!El Andante! De los países eslavos, la música rusa me apasiona, me siento identificada, explicada y comprendida.
Hoy he llegado a leer en ese misterioso "ente al que llamamos alma" las notas escritas en la sinfonía de lo más íntimo que me une al Universo donde, si supiera, tejería un velo de estrellas para cobijar mis sentimientos...
Gracias Barbebleue.
Josefina, me impresiona su extraordinario comentario. Gracias.
Y gracias a Barbebleue, una vez más.
Es que es una locura de sonata.
No sé cuantas veces llevo oyéndola y sigo y sigo y sigo dejando que me envuelva.
Sí: gracias.
le robo una estrella del velo que ha tejido Josefina (con tu permiso Josefina) y te la dejo en agradecimiento por estos regalos maravillososque nos dejas, y nos llegan al alma Barbazul.
Puedes incluirlo en tu colección de consuelos, este regalo así me lo parece también. Quizás el anterior, la sinfonía de Brahms era como un consuelo en forma de conversación serena y éste en forma de abrazo y abandono apasionado. Preciosa sonata. Muchas gracias.
Desde la locura del abandono os dejo de regalo un velo de besos, Josefina, Anderea, Pilar, Conchita...
Y entre todos los conocidos se cuela un ángulo de irrealidad donde se concentran los espacios infinitos de la Historia, hermosa olvidada, entre los brazos de alguna tierna amada.
Hermoso blog; delimitaré audiciones en letras.
Bienvenido Rudolf, y gracias.
Sabes? los sueños nunca son vanos...
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