Este año no tenía pensada ninguna música navideña, salvo la obligada y casi litúrgica audición del Oratorio de JS Bach. Pero ya sabemos que la contaminación se suda, y entre turrones, pasas y lucerío he sucumbido al festejo. Y como la música todo lo ennoblece me he dejado arrastrar, no sin deleite, hasta los albores del XVII.
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Michael Praetorius (1571-1621) el prolífico y autodidacta compositor de Creuzburg, hijo de un alumno de Lutero, sintetizó la ortodoxia del luteranismo legándonos un ingente acopio de Corales (himnos de la Reforma) de hermosa factura y elevada espiritualidad. En el preciso cruce de la tradición alemana y la nueva escuela italiana, acertó a amalgamar el sentimiento melódico (casi madrigalesco) con la sólida estructura armónica protestante.
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Para el tiempo de Navidad están escritos muchos de sus más conocidos motetes-corales como “In dulci Jubilo” que hoy propongo, perteneciente a la colección de hermoso nombre Polyhymnia caduceatrix et panegyrica (1619). Una pieza donde la más delicada homofonía se ensalza en el contraste con la poderosa polifonía (y policoralidad) creando un irreal efecto espacial en el paso a través de las distintas voces, de los solistas al tutti; y en la conjunción de ellas con una instrumentación henchida de metal.
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Aquí lo adjunto en la sobrenatural interpretación de los Gabrieli Consort & Players, y el Roskilde Cathedral Boys' Choir, dirigidos por Paul McCreesh:
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Michael Praetorius (1571-1621) el prolífico y autodidacta compositor de Creuzburg, hijo de un alumno de Lutero, sintetizó la ortodoxia del luteranismo legándonos un ingente acopio de Corales (himnos de la Reforma) de hermosa factura y elevada espiritualidad. En el preciso cruce de la tradición alemana y la nueva escuela italiana, acertó a amalgamar el sentimiento melódico (casi madrigalesco) con la sólida estructura armónica protestante.
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Para el tiempo de Navidad están escritos muchos de sus más conocidos motetes-corales como “In dulci Jubilo” que hoy propongo, perteneciente a la colección de hermoso nombre Polyhymnia caduceatrix et panegyrica (1619). Una pieza donde la más delicada homofonía se ensalza en el contraste con la poderosa polifonía (y policoralidad) creando un irreal efecto espacial en el paso a través de las distintas voces, de los solistas al tutti; y en la conjunción de ellas con una instrumentación henchida de metal.
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Aquí lo adjunto en la sobrenatural interpretación de los Gabrieli Consort & Players, y el Roskilde Cathedral Boys' Choir, dirigidos por Paul McCreesh:
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¡¡¡ FELIZ Y MUSICAL AÑO NUEVO !!!
9 comentarios:
Excelente elección...
¡Feliz año nuevo...!
Y que no pare la música... :-)
Una suerte que te hayas contagiado, Barbebleue.
¡Feliz y musical año nuevo!
La buena música nos acompañará siempre y si algún día nos despistamos, sabemos que en el castillo la encontraremos.
Feliz Año Barbe
Tú si que sabes celebrar el año nuevo a lo grande. ¡Impresionante el motete de Praetorius!
¡Feliz 2010!
No puede despedirse al año con una música más “jubilosa” y exultante… Es preciosa e invita a prolongarla y celebrarla con la llegada del nuevo año. ¿Dónde guardas estas maravillas Barbebleue? ¿Será en la séptima puerta?. Ya sé que es un secreto de tu castillo por el que sobrevuelo al atardecer de todos los días.
¡!FELIZ AÑO 2010!! Que la Música nos acompañe.
Un autor que desconocía y una hermosa música llena de júbilo. En el Castillo confirmo, aprendo, descubro. ¿Quién daría más?
Feliz 2010.
Musicalmente el 2010 promete, al menos por el noroeste...
Gracias Mei, Anderea, Joaquim, Titus, Josefina, Gloria, por visitar el Castillo.
larga vida llena de música y felicidad, a este Castillo tuyo Barbazul, feliz Año¡¡¡
(una preciosidad lo que nos has colgado en esta entrada)
... y tú que lo disfrutes, pfp !
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