miércoles, 13 de febrero de 2008

Álbumes de una vida (3): Thick as a Brick

Prólogo: fiel compañero de muchas ociosas tardes veraniegas, en una adolescencia que se agitaba entre la rebeldía canalizada contra los estertores de una dictadura, y la represión sexual cocinada con la rancia moral del nacional-catolicismo vigente.
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En 1972 se publicaba una obra conceptual, casi pionera en el mundo del rock y adelantada a su tiempo. Tras varios trabajos abiertos al blues, el grupo británico Jethro Tull, liderado por Ian Anderson, daba a luz a uno de las más grandes discos de la década dorada del pop-rock: 1965- 1975. Embutido, además, en una exótica estética en la escena rock: un moderno juglar armado con una flauta que pretendía domesticar y suavizar toda la electricidad de una potente banda de rock ’n' roll.

Thick as a Brick, algo así como “duro como un ladrillo”, o “torpe como un zoquete” o “cerrado de mollera”, … es una ininterrumpida suite de temas, de cuarenta y tres minutos de duración, con todo su desparrame melódico e instrumental. Una estructura más próxima a la clásica que a la música popular. Hasta siete temas ampliamente desarrollados, con sus consiguientes interludios puente, sus variaciones e incluso un final da Capo para cerrar el círculo.

Y el mayor mérito: dar coherencia a esa amalgama sónica que va desde suaves rasgueos acústicos, potentes riffs eléctricos, aterciopeladas melodías folclóricas en la flauta, melismáticos adornos vocales, hasta transiciones de cuerda sinfónica. Instrumentalmente conducidos por la guitarra acústica y la flauta de Anderson, y el omnipresente órgano de John Evans, logran dar credibilidad y sentimiento a unos textos líricos y oníricos, atribuídos, para más regodeo, a un pequeño niño de diez años apodado Little Milton, que ocupaba la portada del imaginativo envase del álbum: un auténtico periódico desplegable que contenía el elepé.
Enlace a las letras

Pequeña guía de escucha: (he escogido la primera parte de la versión oficial de estudio, pues es más fiel y permite una mejor apreciación de la instrumentación; la división en dos partes fue obligada por el formato LP imperante en la época) Presentación realizada sobre unas obras de Kandinsky, todavía no sé muy bien el por qué...

1. Tema principal (Really don’t mind if you sit this one out), retomado al final a modo de da capo. Eminentemente acústico sobre guitarra, flauta y vibráfono.

Realmente no me importa si pasas de esto.
Mis palabras no son sino un susurro,
tu sordera, un GRITO.
Puedo hacerte sentir pero no puedo hacerte pensar.
Tu esperma está en el sumidero
tu amor en el vertedero.
Así pues os lanzáis a través de los campos y
hacéis negocios con el ganado y
vuestros sabios no saben lo que se siente
cuando se es duro como un ladrillo.

3’ Primera descarga energética (See there! A son is born) a cargo de eléctrica y órgano sobre un bajo ostinato.

6’ Segundo tema (The poet and the painter): bella melodía dibujada sobre la flauta. Un puente de órgano conduce al...

13’ Interludio (What do you do when the old man’s gone)

16’30’’ Tercer tema (I’ve come down from the upper class) repetitivo, también protagonizado por la flauta que se va imponiendo a toda la banda.

17’30’’ Interludio (You curl you toes in fun)

21’ Cuarto tema (So come on ye childhood heroes!) tutti proteico que pone fin a la primera parte de la obra.

Un derroche de imaginación, capacidad, lucidez, mística, vitalidad y rebeldía. El rock se hacía adulto, y nosotros también…

Como colofón, una actuación de 1976 en Florida presentando el álbum:


(dedicado a Cecilia)

3 comentarios:

Titus dijo...

Hombre, parece que hoy nos ha dado por los clásicos del rock a los dos. "Thick as a brick" es uno de los discos que he escuchado más veces en mi vida, tanto que llegué a aprenderme la letra de la cara A de carrerilla, la cara B no porque no me gustaba tanto. Además de una música inspiradísima, las letras con sus dobles y triples lecturas, casi siempre en tono erótico-festivo, son impagables.

Anónimo dijo...

Fiel compañero en la cumbres y las horas más bajas... en una adolescencia que se agita entre la angustia de la búsqueda infructuosa del yo y el mundo... Hiciste bien darmelo en ese momento, la persona que lo escucha ahora ya no es la misma. Todo cambia y da vueltas por serpenteantes linderos... es bueno acompañarse de un reflejo de lo intemporal.

Anónimo dijo...
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